La Primera Guerra Mundial: Causas, Desarrollo y Consecuencias

Las fases del conflicto bélico (1914-1918)

La Primera Guerra Mundial (1914-1918) fue denominada por sus contemporáneos como la Gran Guerra, porque nunca, hasta entonces, un conflicto había implicado a tantos países y seres humanos.

La guerra de movimientos

Las operaciones bélicas se iniciaron en el frente occidental, cuando los ejércitos alemanes atacaron Francia, entrando por Bélgica y Luxemburgo, con la esperanza de vencer rápidamente y poder concentrar todos sus esfuerzos en el frente oriental.

A comienzos de septiembre de 1914, los alemanes se encontraban a 40 kilómetros de París. Sin embargo, los ejércitos francés e inglés consiguieron reorganizarse y detener el avance del ejército alemán en la batalla del Marne.

En el frente oriental, los alemanes derrotaron a los rusos en la batalla de Tannenberg, pero estos reaccionaron y llegaron a las fronteras del Imperio austrohúngaro. En los Balcanes, la ofensiva austriaca contra Serbia fue detenida.

La guerra de trincheras

Tras la batalla del Marne, los frentes se inmovilizaron. En el frente occidental se abrieron trincheras desde Suiza hasta el Mar del Norte, y se inició una fase de la guerra en la que ganar un palmo de territorio al enemigo significaba decenas de miles de muertos. Entonces se hizo necesaria la búsqueda de nuevos aliados que aportaran más soldados al frente.

A finales de 1914, Turquía entró en la guerra; al año siguiente lo hicieron Italia y Bulgaria y, en 1916, se incorporó Rumanía. Ese mismo año, los alemanes lanzaron una nueva ofensiva para romper el frente occidental, pero en la batalla de Verdún los franceses resistieron durante meses. En julio, británicos y franceses atacaron las líneas alemanas (batalla de Somme), con escaso éxito.

La guerra de trincheras tuvo un elevado coste humano: un millón de bajas (muertos, heridos y desaparecidos) entre los aliados y 800.000 entre los alemanes.

La crisis de 1917 y el fin de la guerra

En 1917 triunfó en Rusia la revolución bolchevique. Los revolucionarios, contrarios a la participación de Rusia en el conflicto, se retiraron de la guerra y firmaron con Alemania el Tratado de Brest-Litovsk (1918), por el cual tuvieron que ceder numerosos territorios en el Báltico.

En principio, esta situación favorecía a los alemanes, pero el abandono de Rusia fue compensado con la intervención de Estados Unidos, que, después del hundimiento del transatlántico Lusitania por un submarino alemán, decidió entrar en el conflicto.

En 1918, en el frente oriental, británicos, franceses e italianos derrotaron a los austriacos y sus aliados. Los imperios austrohúngaro y turco pidieron el armisticio, y los combates cesaron.

En el frente occidental, los alemanes fueron derrotados en la segunda batalla del Marne y se produjeron revueltas en el ejército y la marina, además de manifestaciones obreras contra el gobierno alemán. Atemorizada por la posibilidad de un estallido revolucionario, el 11 de noviembre de 1918 Alemania firmó el armisticio y Guillermo II abdicó, mientras en su país se proclamaba la denominada República de Weimar.

Un nuevo tipo de conflicto

La Primera Guerra Mundial movilizó gran cantidad de recursos económicos y humanos, implicando a toda la población. Los ejércitos nacionales incorporaron a todos los hombres en edad militar y el nuevo tipo de armamento elevó el número de muertos y heridos.

El grado de destrucción de pueblos, fábricas, cosechas, etc. conllevó una situación de gran penuria para la población de la retaguardia. Además, los contendientes reconvirtieron sus industrias con el objetivo de fabricar armamento, pidieron préstamos y sustituyeron la mano de obra masculina, que se había ido al frente, por mujeres. Por último, la utilización de modernas técnicas de propaganda permitió movilizar a la opinión pública y comprometerla activamente en la causa bélica.

Las consecuencias de la guerra

Los tratados de paz

En enero de 1919 se inauguró en París una conferencia para establecer las condiciones de paz. Asistieron 32 países, pero las decisiones fueron tomadas por las cuatro grandes potencias vencedoras de la guerra: Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña e Italia.

El presidente estadounidense, Thomas Wilson, había aportado su visión de una paz fundada en la concordia y la ausencia de revancha contra Alemania en un manifiesto (14 puntos de Wilson) escrito antes de finalizar la guerra. Pero las potencias europeas, especialmente Francia, pretendían recibir fuertes compensaciones de los alemanes por las terribles destrucciones y los costes de la guerra.

El más importante de los tratados acordados con Alemania fue el de Versalles. En él se declaraba a Alemania única culpable del estallido del conflicto y se le exigía el pago de fuertes reparaciones de guerra. Además, se le obligaba a desarmarse, a desmantelar su ejército, a ceder amplios territorios y a renunciar a su imperio colonial. Los alemanes consideraron el tratado como una imposición humillante (diktat), que acabaría exacerbando su nacionalismo y el deseo de revancha en el futuro.

En París se firmaron también otros tratados (Saint-Germain con Austria, Trianon con Hungría, Neuilly con Bulgaria y Sèvres con Turquía), en los que se fijaron las condiciones exigidas al resto de vencidos y las compensaciones que debían entregar a los vencedores de la guerra.

El nuevo mapa de Europa

Las cesiones territoriales de los vencidos, junto a la posición expresada por el presidente Wilson, de que cada nación tenía derecho a formar un Estado independiente, dio lugar a una profunda remodelación de Europa:

  • El Imperio turco desapareció casi por completo, quedando reducido sólo a la actual Turquía. Parte de sus antiguos territorios pasaron a Grecia, y en Oriente Próximo también surgieron Irak, Siria, Líbano y Palestina, aunque como protectorados británicos o franceses.
  • El Imperio austrohúngaro se desintegró. Austria perdió todas sus posesiones y se convirtió en república. Hungría se estableció como Estado independiente y cedió parte de su territorio a otro nuevo país, Checoslovaquia. También se realizaron los sueños de Serbia, que se convirtió en cabeza de un nuevo Estado, Yugoslavia, que reunía a eslovenos, croatas y bosnios.
  • Otras remodelaciones territoriales tenían como objetivo aislar a la nueva Rusia revolucionaria. Por ello, se creó una gran Polonia y una gran Rumania, que debían ejercer de tapón frente a Rusia, aunque para ello tuvieran que reunir dentro de sus fronteras a diversas nacionalidades. Además, los territorios cedidos por Rusia en el Tratado de Brest-Litovsk se constituyeron como Estados independientes: Finlandia, Estonia, Letonia y Lituania.

Las consecuencias sociales y económicas

La guerra causó alrededor de diez millones de soldados muertos en combate. A esta cifra hay que añadir las víctimas civiles, afectadas por la subalimentación y las enfermedades, y un elevado número de heridos y mutilados. Se cuentan, además, unos dos millones de viudas y cuatro millones de huérfanos.

Las pérdidas materiales empobrecieron a los Estados, que vieron como disminuía enormemente su riqueza nacional. Muchos pueblos y ciudades fueron arrasados, los campos de cultivo, destruidos, y las infraestructuras e industrias, devastadas.

Para hacer frente a las necesidades bélicas, los Estados tuvieron que emitir moneda y deuda pública, a la vez que pedían préstamos al exterior. Este endeudamiento dificultó la recuperación económica y provocó una gran inflación.

La guerra benefició, sin embargo, a algunos países que permanecieron neutrales y se convirtieron en proveedores de materias primas y alimentos para los contendientes (Brasil, Argentina y España). Pero, fundamentalmente, consolidó la hegemonía de una gran potencia, Estados Unidos, que experimentó un importante crecimiento de su producción industrial y de sus exportaciones, y pasó a ser la principal prestamista de los aliados bélicos.

La Sociedad de Naciones

A propuesta del presidente estadounidense Wilson se creó una nueva organización, la Sociedad de Naciones (SDN), que debía garantizar la paz. La sede se instaló en Ginebra y se establecieron dos organismos: una Asamblea, de la que debían formar parte todos los Estados miembros, y un Consejo, constituido por las potencias vencedoras.

Sin embargo, el hecho de que Estados Unidos no se integrara en el organismo, así como la inicial exclusión de la URSS y la retirada de algunos países descontentos con los resultados de la paz, especialmente Alemania e Italia, convirtieron a la Sociedad de Naciones en una organización de vencedores, sin medios para imponer sus decisiones.

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