1. Causas de la Primera Guerra Mundial
1.1 Las rivalidades entre grandes potencias europeas
Las relaciones entre Francia y Alemania en el último tercio del siglo XIX fueron muy tensas por las reivindicaciones territoriales francesas sobre los territorios de Alsacia y Lorena que había perdido en 1870. También las rivalidades económicas generaron un clima de enfrentamiento. El notable impulso de las relaciones comerciales y financieras, especialmente entre Reino Unido y Alemania, provocó rivalidades en la batalla económica por conseguir nuevos mercados. Un punto importante en la desconfianza de Reino Unido radicaba en la política naval alemana, que perseguía crear una poderosa marina de guerra equiparable a la británica. Por todas estas razones, Reino Unido abandonó su tradicional aislamiento y buscó la alianza con Francia.
1.2 Formación de los bloques y la carrera de armamentos
A partir de 1907, las principales potencias europeas estaban divididas en dos bloques: la Triple Alianza y la Triple Entente.
La Triple Alianza estaba formada por Alemania, Austria-Hungría e Italia. Había sido creada por el canciller alemán Bismarck. Sus objetivos fueron lograr un equilibrio en Europa favorable a Alemania; aislar diplomáticamente a Francia; asegurar a los austriacos la protección de su frontera sur en el caso de conflicto con Rusia en los Balcanes, mientras Italia recibía garantías frente a un ataque francés. Pero tras la dimisión de Bismarck, en 1890, Guillermo II y su gobierno dieron un giro en la política exterior alemana con la Weltpolitik. Esta política se caracterizó por un nacionalismo expansionista, por el militarismo y el desarrollo de una poderosa flota de guerra.
La Triple Entente, formada por Francia, Rusia y Reino Unido, se constituyó en 1907 a través de una serie de acuerdos:
- En 1893, Francia y Rusia firmaban un pacto militar por el que se comprometían a movilizar sus tropas en caso de ser atacadas por uno de los miembros de la Triple Alianza.
- Otro paso lo constituyó la firma entre Reino Unido y Francia de la Entente Cordiale, en 1904, por la que Francia renunciaba a sus ambiciones sobre Egipto a cambio del apoyo británico a la aspiración francesa de establecer un protectorado sobre Marruecos.
- Finalmente, en 1907, se adhirió a esta alianza el Imperio ruso y se formó la Triple Entente.
La carrera de armamentos constituyó otro paso decisivo hacia la crisis. Entre 1890 y 1914, los ejércitos de todas las potencias europeas doblaron sus efectivos de tierra y mar. El punto culminante de esta etapa, llamada paz armada, tuvo lugar en los años que precedieron a la guerra. Entre 1912 y 1914, las posturas diplomáticas y militares de las potencias europeas se endurecieron. Alemania fue quien tomó la iniciativa. Esta carrera de armamentos causó la inquietud en la opinión pública. Los gobiernos y sus Estados Mayores se vieron forzados a insistir en el peligro inminente de guerra para justificar sus políticas ante la población. En Alemania y Francia, las ligas nacionalistas desataron una campaña de propaganda de exaltación bélica.
1.3 Los enfrentamientos coloniales: las crisis marroquíes
A comienzos del siglo XX, también resurgieron los enfrentamientos imperialistas. El escenario fue el norte de África (Marruecos), y el país protagonista, Alemania, que había quedado insatisfecha del reparto de África realizado en la Conferencia de Berlín de 1884-1885. En 1905, se desató la primera crisis marroquí. Alemania se negó a aceptar el acuerdo entre Francia y Reino Unido de repartir ese territorio entre España y Francia, por considerar que perjudicaba a sus intereses coloniales en el norte de África.
La Conferencia de Algeciras de 1906 se realizó para evitar una guerra en Europa. Se acordó reconocer la independencia de Marruecos y se establecía un protectorado franco-español. En 1911, se produjo el enfrentamiento por el tema de Marruecos, dando lugar a la crisis de Agadir. La intención de Alemania era abrir una nueva negociación para forzar a Francia a cederle el Congo a cambio de la plena libertad de acción en Marruecos. La determinación británica de apoyar a Francia frenó las desorbitadas demandas de Alemania. En 1911, se firmó un acuerdo por el que Francia entregaba a Alemania una parte importante de su colonia del Congo, una vez que Alemania reconoció el protectorado francés y español sobre Marruecos.
1.4 Las crisis de los Balcanes
Desde mediados del siglo XIX, otro de los puntos de fricción de la política internacional había sido la llamada cuestión de Oriente. Su escenario era la zona de los Balcanes, ocupada por el Imperio turco. Distintos pueblos (Serbia, Grecia, Rumanía, Bulgaria) se levantaron contra los turcos y lograron la independencia. Entre 1908 y 1913, sucedieron tres crisis en los Balcanes que pusieron a prueba los complejos sistemas de alianzas entre los estados europeos.
En 1908, el Imperio austrohúngaro se anexionó Bosnia-Herzegovina, lo que provocó la protesta de Serbia. Pero la actitud de Reino Unido de mantenerse al margen, el escaso interés de Francia por intervenir en el conflicto y la debilidad rusa obligaron a los serbios a ceder.
En 1912, los estados balcánicos, apoyados por Rusia, formaron la Liga Balcánica con el objeto de repartirse la franja de territorios balcánicos que poseía el Imperio turco entre los mares Adriático y Egeo. La Liga derrotó a Turquía, forzándola a reconocer la independencia de Albania y ceder el resto de los territorios. El reparto entre los miembros de la Liga de estos restos del Imperio turco originó, en 1913, una guerra entre Bulgaria y Serbia, esta última apoyada por el resto de los estados balcánicos. Serbia amplió sus fronteras y Rusia acrecentó su influencia en los Balcanes, mientras Austria y Alemania vieron reducido su poder en la zona. Esta situación fue el precedente de una nueva y definitiva crisis.
1.5 La marcha hacia la guerra: la crisis de julio de 1914
Así sucedió a raíz del asesinato del heredero de la corona austrohúngara, el archiduque Francisco Fernando, y su esposa, en Sarajevo (Bosnia), el 28 de junio de 1914. El autor fue un estudiante nacionalista bosnio. El atentado de Sarajevo fue el pretexto deseado por Austria para aplastar al nacionalismo serbio. El 23 de julio, el gobierno austrohúngaro envió un ultimátum a Serbia, con el consentimiento alemán. Austria consideró insatisfactoria la respuesta de Serbia. El intento de Reino Unido de mediar fue rechazado. El 28 de julio, Austria declaró la guerra a Serbia. Rusia, que no podía aceptar una hegemonía austriaca en los Balcanes, movilizó sus tropas el 30 de julio. A partir de esa fecha, se puso en marcha el sistema de alianzas. Alemania y Francia decidieron apoyar a sus respectivos aliados. El 4 de agosto, por último, Reino Unido decidió intervenir ante la penetración de tropas alemanas en Bélgica, violando su neutralidad.
2. La Gran Guerra (1914-1918)
2.1 Fuerzas enfrentadas y escenarios del conflicto
En agosto de 1914, estallaba la Gran Guerra, que enfrentó, de un lado, a los Imperios Centrales (Alemania y Austria-Hungría) y, de otro, a la Triple Entente (Francia, Rusia y Reino Unido). En el momento del estallido, la situación de los dos bloques, por lo que se refiere a las fuerzas militares, mostraba una clara superioridad numérica de la Entente. Pero la posición estratégica de Alemania y Austria-Hungría en el centro de Europa favoreció el movimiento de sus tropas, mientras que la Entente y sus aliados estuvieron enfrentados en dos frentes. Por lo que se refiere a las fuerzas navales, los países de la Entente, y sobre todo Reino Unido, fueron dominantes. Eso redujo a los alemanes a la guerra submarina, como la única forma de contrarrestar la superioridad naval inglesa y francesa. Los dos bloques buscaron a lo largo de la guerra nuevos aliados, lo que significó la mundialización del conflicto.
2.2 Carácter de la guerra
Fue la primera guerra total de la historia contemporánea. Se movilizaron casi 70 millones de soldados. Los avances técnicos e industriales del último tercio del siglo XIX se pusieron al servicio de la fabricación de armamento moderno y mortífero. En todos los países beligerantes se impuso una economía de guerra dirigida por los Estados. Se creó una industria de guerra para proveer de armas y municiones al ejército, mientras que la población civil sufrió el racionamiento y la penuria. Ningún estado pensó que el conflicto iba a durar tanto, ni que fuera una guerra total y de desgaste. Para obtener recursos con los que sufragar los elevados gastos militares, los gobiernos recurrieron a la emisión de deuda pública y a los préstamos del exterior. Otro rasgo característico fue el uso que se hizo de la propaganda en el interior de los países para inflamar el patriotismo y el espíritu de resistencia de la población civil y de los soldados.
2.3 Fases de la guerra
La guerra de movimientos: el fracaso del plan alemán (agosto-diciembre 1914)
El plan alemán pretendía un triunfo rápido en el frente occidental, derrotando al ejército francés en las primeras semanas de la guerra, y luego centrar todo su esfuerzo en el frente ruso. Los alemanes penetraron en territorio francés en los primeros momentos, pero los aliados lograron detener el avance alemán mediante una contraofensiva. Se produjo la estabilización del frente occidental y la prolongación de la guerra. En el frente oriental, a pesar de los éxitos parciales austroalemanes, también este frente se estabilizó.
De la guerra de posiciones a la guerra de desgaste (1915-1916)
A partir de 1915, la guerra de movimientos dejó paso a la guerra de posiciones o de trincheras: los ejércitos levantaron una barrera de alambradas para impedir el avance del enemigo y se protegían en zanjas excavadas, las trincheras. La estabilización de los frentes y la renuncia a la guerra de movimientos crearon la necesidad de recurrir a dos nuevas tácticas: intentar abrir brechas o debilitar la fuerza del adversario. Sin embargo, no obtuvieron resultados positivos. La guerra de desgaste caracterizó el año 1916 y tuvo su principal escenario en el frente occidental. La batalla de Verdún, planeada por el Estado Mayor alemán, reflejó la nueva táctica, que trataba de debilitar al máximo al enemigo para obligarle a firmar la paz. Supuso un fracaso para el ejército alemán. En el frente oriental, se aceleró la descomposición del ejército ruso y del régimen zarista. En el mar, las flotas británica y alemana lucharon en la batalla de Jutlandia, que se saldó con la victoria británica. Por eso, Alemania intensificó la guerra submarina: sus sumergibles hundían los barcos aliados o de quienes comerciaban con ellos.
De la crisis de 1917 al final de la guerra
En 1917, dos hechos cambiaron el rumbo de la guerra: la intervención de Estados Unidos y la revolución en Rusia, que supuso la toma del poder de los bolcheviques.
- En abril de 1917, el presidente estadounidense Woodrow Wilson anunció al Congreso su resolución de intervenir en la guerra. Esta intervención supuso una gran ventaja para los aliados, precisamente en el momento en que comenzaba la descomposición del ejército ruso.
- En Rusia, los bolcheviques, partidarios de una paz por separado, tomaron el poder en octubre de 1917 y en diciembre firmaron un armisticio con Alemania como preludio del Tratado de Paz de Brest-Litovsk (marzo de 1918). Con este acuerdo, se puso fin a la guerra en el frente oriental.
En los otros frentes, los aliados derrotaron a los búlgaros, turcos y austrohúngaros. Entre el 26 de septiembre y el 3 de noviembre, firmaron el armisticio Bulgaria, Turquía y Austria-Hungría. Por su parte, el ejército alemán se desmoronó, no solo por las derrotas en el frente, sino también por la grave situación económica y los problemas sociales en la retaguardia. El alto mando militar alemán aconsejó al emperador Guillermo II firmar un armisticio, pero el káiser abdicó el 9 de noviembre, al tiempo que se proclamaba la república. El nuevo gobierno, dirigido por el Partido Socialdemócrata, firmó el armisticio el 11 de noviembre de 1918. Terminaba la Primera Guerra Mundial.
3. La Paz de París y el nuevo mapa de Europa
3.1 Los tratados de paz y la Conferencia de Paz de París
En enero de 1918, Wilson expuso en el Congreso de Estados Unidos los Catorce Puntos por los que, según él, habría de regirse una paz justa y duradera. Sus objetivos eran:
- La supresión de la diplomacia secreta, a la que se le atribuyó el desencadenamiento de la guerra.
- La libertad de navegación y de comercio internacional.
- La reducción de armamentos.
- La desmembración de los viejos imperios y el reconocimiento del derecho a la independencia a las minorías étnicas y lingüísticas de los pueblos que formaban estos imperios.
- La creación de una Sociedad de Naciones, basada en la igualdad entre los estados al margen de su potencia, que arbitrase las relaciones internacionales y garantizase la seguridad de las naciones y su integridad territorial, así como la imposibilidad de nuevas guerras.
Pero estos principios no fueron respetados, ya que los aliados europeos estaban más preocupados por defender sus propios intereses que por lograr una paz justa. En la Conferencia de Paz de París (1919-1920), se elaboraron los cinco tratados que estipulaban las condiciones de la paz y las nuevas fronteras entre los vencedores y los vencidos. Los países vencidos no fueron escuchados y solo fueron llamados para firmar los tratados impuestos por el Consejo de los Cuatro, formado por los dirigentes de las grandes potencias vencedoras (Estados Unidos, Reino Unido, Francia e Italia).
3.2 Una paz impuesta por los vencedores
De todos los tratados firmados en París, el Tratado de Versalles, que reguló la paz con Alemania, fue el más importante. Por su dureza, fue considerado por el Estado y el pueblo alemán como un diktat.
- En primer lugar, Alemania sufrió fuertes recortes territoriales: perdió Alsacia y Lorena (que volvieron a Francia), así como otros territorios en favor de Bélgica, Dinamarca, Polonia y Checoslovaquia.
- Además, Alemania fue considerada responsable del desencadenamiento de la guerra y, como consecuencia, tuvo que pagar fuertes reparaciones de guerra para compensar las destrucciones causadas a los países vencedores.
- Finalmente, Alemania tuvo que suprimir el servicio militar obligatorio y limitar su ejército a 100.000 hombres. Para prevenir cualquier intento de revancha, los aliados ocuparon la orilla izquierda del Rin durante 15 años, transcurridos los cuales dicha zona quedaría desmilitarizada. Asimismo, se prohibió la unión de Alemania con Austria.
Los tratados de Saint-Germain, Trianon, Neuilly y Sèvres establecieron una nueva organización de las fronteras y de los estados de la Europa centro-oriental y balcánica. Los imperios austrohúngaro y turco se desmembraron en diferentes estados, y se formó un cordón sanitario en torno a Rusia para impedir el contagio de la revolución bolchevique.
3.3 Las repercusiones políticas de los tratados
Con el final de la guerra, desaparecieron los grandes imperios que existían en Europa antes de 1914. En el antiguo Imperio alemán y en el Imperio austrohúngaro se proclamaron repúblicas. También desapareció el Imperio turco, cuyos territorios dieron lugar a nuevos países o pasaron a estar bajo el dominio del Reino Unido y Francia. En aplicación del principio de respeto a las nacionalidades, se construyeron nuevos estados, como Checoslovaquia y Yugoslavia. Hacia 1920, Europa estaba formada por 28 estados, donde se implantó el sufragio universal.
4. Las consecuencias de la guerra
4.1 Consecuencias demográficas
Las pérdidas en vidas humanas se estiman en unos 9 millones de muertes y otros tantos heridos y mutilados. Además, las privaciones alimenticias y las carencias sanitarias facilitaron la propagación de la terrible gripe de 1918, que causó millones de muertos en todo el mundo. Estas pérdidas demográficas conllevaron, además, un descenso de la natalidad en las generaciones posteriores y, con ello, una disminución de la población activa y del número de potenciales consumidores.
4.2 Consecuencias económicas
La guerra tuvo intensas consecuencias en el terreno económico, especialmente en los países europeos que participaron en el conflicto. Las destrucciones fueron enormes, tanto en las ciudades como en el campo, y provocaron graves daños en los medios de producción y en los transportes. Los costes financieros de la guerra resultaron más intensos y generalizados. Por todas esas razones, la Primera Guerra Mundial significó la definitiva pérdida de la hegemonía europea en la economía mundial en beneficio de Estados Unidos y de Japón. En efecto, Estados Unidos se convirtió en la primera potencia económica del planeta. Por otro lado, Japón, aliado de la Entente, experimentó una notable expansión industrial y comercial.
4.3 Las repercusiones sociales
La guerra repercutió de modo desigual en los distintos grupos sociales. Se ha señalado que la posguerra estuvo marcada por la oposición entre los nuevos ricos (especuladores y empresarios que se habían enriquecido con la guerra) y los nuevos pobres (campesinos, obreros y clases medias cuyos ahorros se habían visto mermados por la inflación). Durante la guerra, las mujeres ocuparon los puestos de trabajo hasta entonces reservados a los hombres. La masiva presencia de la mujer en el mundo del trabajo constituyó un importante acicate para que, una vez acabado el conflicto, se reanudase la lucha organizada por lograr la emancipación femenina. En la época posterior a la guerra, el logro más importante para las mujeres fue el reconocimiento al derecho al voto en muchos países.
5. La Sociedad de Naciones y los problemas de la posguerra
5.1 La Sociedad de Naciones
La Sociedad de Naciones fue una organización internacional, fundada al final de la Primera Guerra Mundial, a iniciativa del presidente Wilson. Su objetivo era asegurar el mantenimiento de la paz, la seguridad colectiva, el desarme y la cooperación económica y cultural entre los diversos estados del mundo. Su sede se estableció en Ginebra. Sus órganos rectores fueron cuatro:
- La Asamblea General, integrada por todos los estados miembros.
- El Consejo, formado por las cinco potencias vencedoras (Reino Unido, Estados Unidos, Francia, Italia y Japón), más cuatro miembros no permanentes elegidos por la Asamblea.
- La Secretaría, un órgano meramente administrativo.
- El Tribunal Permanente de Justicia Internacional, cuya sede se fijó en La Haya.
Sus miembros se comprometían a agotar todos los procedimientos para solucionar de forma pacífica sus conflictos y evitar la guerra. Pero fue una organización frágil que no pudo llevar a la práctica sus objetivos, ya que no disponía ni de ejército ni de capacidad ejecutiva para forzar el cumplimiento de sus resoluciones. Como aspectos positivos de la Sociedad de Naciones se pueden señalar el establecimiento de una diplomacia multilateral, la prohibición de los tratados secretos y la constitución de organismos de carácter humanitario y de cooperación internacional, como la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
5.2 Los problemas de la posguerra en Europa
El período entre 1919 y 1924 fue inestable para Europa, que estuvo sometida a grandes tensiones internacionales. La cuestión de las nacionalidades en los ámbitos de los antiguos imperios alemán y austrohúngaro no quedó totalmente resuelta. Además, los resultados de los tratados de paz no satisficieron a todos y pronto dieron lugar a problemas políticos y fronterizos. Otra cuestión fue la de las cláusulas del Tratado de Versalles, que enfrentó a Alemania y Francia. El eje del problema se hallaba en las reparaciones de guerra. En 1922, el gobierno alemán pidió una moratoria de pago. El gobierno francés se obstinó en que debía pagar y ordenó la ocupación de la cuenca industrial del Ruhr en 1923. Como consecuencia, la economía alemana se hundió. A partir de 1924, se produjo una distensión del ambiente internacional, basado sobre todo en el intento de resolver el problema alemán.
- En 1924, el Plan Dawes dio solución al problema de las reparaciones, y Francia cedió y abandonó el Ruhr.
- En 1925, en la Conferencia de Locarno, se estableció un sistema de garantías mutuas entre Alemania, Francia, Bélgica, Reino Unido e Italia, por el que se comprometieron a respetar las fronteras occidentales de Alemania.
- En 1926, se admitió a Alemania en la Sociedad de Naciones.
5.3 Los problemas de la posguerra en las colonias
La guerra y la afirmación del principio wilsoniano del derecho de los pueblos a decidir su propio destino impulsaron en las colonias el despertar de una conciencia nacional. Destacó el problema del Próximo Oriente. Por una parte, británicos y franceses prometieron a los árabes, a cambio de su lucha contra los turcos, la formación de un gran reino árabe. Pero solo se constituyó un reino en la península Arábiga (Arabia Saudí). Por otra parte, también se ofreció a los judíos, en la Declaración Balfour de 1917, la creación de un hogar nacional judío en Palestina. El descontento de los árabes al constatar que británicos y franceses habían decidido en secreto repartirse los territorios turcos del Próximo Oriente, bajo la forma de mandatos de la Sociedad de Naciones, y la corriente de emigración de judíos procedentes de toda Europa central y oriental hacia Palestina con el propósito de crear un estado, dejó planteado un grave problema para el futuro de esta zona.