La Primera Guerra Mundial: Orígenes, Consecuencias y Crisis Económicas

1. Orígenes de la Primera Guerra Mundial

Crecimiento Militar e Innovaciones Tecnológicas

  • Importante crecimiento de los ejércitos
  • Innovaciones tecnológicas en armamento
  • Nuevas técnicas de obtención de acero y aluminio
  • Mejoras en los transportes y comunicaciones

Rivalidades y Alianzas Internacionales

  • Rivalidades y alianzas coloniales
  • Enfrentamientos entre los imperios (alemán, ruso, austriaco, turco)
  • Reivindicaciones de Francia sobre Alsacia-Lorena

Contexto Socioeconómico

  • Aumento de la producción por la 2ª Revolución Tecnológica
  • Lucha por los mercados internacionales
  • Aumento de los gastos de defensa

Los Imperios Centrales (Alemania, Austro-Hungría, Turquía, Bulgaria) se enfrentaron a la Triple Entente (Gran Bretaña, Francia y Rusia).

2. Características del Conflicto

La Primera Guerra Mundial fue la primera guerra industrial, caracterizada por:

  • Nuevo armamento más potente y destructivo, afectando a la población civil.
  • Importancia crucial de la economía en sus causas y consecuencias (abastecimiento y financiación).
  • Guerra total: traspaso de recursos del consumo a la guerra (innovaciones en productos, coches, etc.).

3. Consecuencias de la Primera Guerra Mundial

La guerra, inicialmente prevista como corta, resultó larga y destructiva, dejando un saldo de:

  • 65 millones de combatientes
  • 8 millones de fallecidos
  • 7 millones de incapacitados (del sector de población más productivo)

Las consecuencias económicas incluyeron:

  • Excedentes de producción en las industrias de guerra y falta de productos para la reconstrucción y el consumo.
  • Falta de capital.
  • Gran malestar social entre los desmovilizados.

Estados Unidos, Canadá, Argentina y Japón, junto con los dominios británicos, fueron los más favorecidos. El resultado fue el fin de la supremacía de Europa en el mundo y el ascenso de Estados Unidos como la primera potencia mundial.

4. Financiación de la Guerra

La financiación de la guerra se basó en:

  • Aumento de impuestos
  • Endeudamiento
  • Expoliación de territorios ocupados
  • Reservas de oro
  • Aumento de la circulación fiduciaria (emisión de billetes) y paralización del patrón oro.

El cambio de moneda real a moneda fiduciaria, junto con la restricción de la oferta de mercancías, provocó inflación. Al final de la guerra, todos los países, excepto Estados Unidos, tenían menos reservas de oro y más billetes en circulación, resultando en una inflación generalizada y una devaluación de las monedas.

5. El Tratado de Versalles

El Tratado de Versalles impuso sanciones económicas a los países vencidos, obligándolos a pagar los costes de la guerra. Alemania, en particular, sufrió:

  • Pagos en especie
  • Pérdida de territorios europeos (10% de sus territorios y población)
  • Pérdida de colonias

La dificultad para pagar las reparaciones llevó a una reducción final de la cantidad a pagar y a una moratoria (al final, una cuarta parte de la cantidad inicial).

6. El Regreso al Patrón Oro

Tras la guerra, la mayoría de los países intentaron volver al patrón oro y a la libertad de importación y exportación. Sin embargo, la disminución de las reservas de oro y la abundancia de moneda fiduciaria dificultaron este proceso. Los gobiernos suspendieron la conversión debido a la falta de oro suficiente para asegurar la convertibilidad, lo que provocó un aumento de precios y una pérdida de poder adquisitivo. La retirada repentina del crédito por parte de Estados Unidos agravó la situación. Se aceptó el regreso al patrón oro, pero con restricciones: solo se permitía la conversión de grandes cantidades de dinero entre bancos, y los países secundarios podían tener reservas en monedas convertibles. La diversidad de las economías nacionales dificultó la consecución de este objetivo.

7. La Hiperinflación Alemana

Alemania experimentó la hiperinflación más elevada, dejando el marco sin valor. Existen dos escuelas de pensamiento sobre sus causas:

  • La primera atribuye la hiperinflación al descenso de la cotización del marco en el mercado exterior, debido al exceso de marcos para pagar las reparaciones de guerra y el déficit comercial (balanza de pagos).
  • La segunda señala la falta de equilibrio presupuestario como la causa principal. El déficit se cubría mediante la emisión de billetes, lo que generó inflación. Inicialmente beneficiosa, la inflación aumentó las ventas, pero luego disminuyó la capacidad de compra interna, aumentando los stocks, disminuyendo la producción y aumentando los precios y los sueldos. La hiperinflación solo pudo detenerse en 1923 al prescindir de las reparaciones de guerra (aunque se pidieron más pagos en especie), fijando una tasa de cambio del marco con el dólar, creando una nueva moneda (rentemark), limitando las emisiones y aplicando medidas drásticas para lograr el equilibrio presupuestario, además de suavizar las demandas aliadas de pago.

8. Gran Bretaña: Ortodoxia y Deflación

Gran Bretaña no dudaba en volver al patrón oro, pero debatía sobre la paridad y el momento adecuado. Para recuperar Londres como centro económico internacional y el valor anterior de la libra, se requería reducir la moneda circulante. Esto implicaba un superávit presupuestario (más impuestos y disminución de prestaciones sociales) y una reducción del crédito. La deflación y el aumento del tipo de interés provocaron una disminución de la inversión, paro y malestar social. La incapacidad de mantener la paridad llevó a la especulación contra la libra, y el centro financiero se trasladó a Nueva York.

Francia: Inflación y Devaluación

Francia, con una situación inversa, también intentó volver al patrón oro, pero con una paridad un quinto de su valor anterior, lo que representó una fuerte depreciación. La falta de reservas de oro, la gran cantidad de moneda en circulación y el endeudamiento obligaron a emitir billetes para hacer frente a la presión de Estados Unidos para cobrar las deudas y a la falta de pago de Alemania. La inflación, junto con el crédito y los bajos intereses, permitió la creación de nuevas fábricas más competitivas (y la esperanza de que Alemania pagara). La baja cotización favoreció las exportaciones, la entrada de oro y, finalmente, resultó beneficioso para Francia.

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