La Primera República Española (1873-1874)
Proclamación y Primeros Gobiernos
En 1873, tras la renuncia de Amadeo I de Saboya debido a la desintegración gubernamental y la falta de apoyo, las Cortes proclamaron la Primera República con una mayoría de votos a favor. Estanislao Figueras, republicano federal, fue elegido presidente, contando con el apoyo de los republicanos unitarios. Sin embargo, es crucial destacar que gran parte de la cámara era monárquica y solo votaron a favor para ganar tiempo mientras organizaban el retorno de los Borbones.
Internacionalmente, la República apenas tuvo reconocimiento, ya que se percibía como un régimen revolucionario que podría extenderse a otros Estados. En España, fue apoyada por las clases populares, que veían en ella la posibilidad de un cambio social.
Se convocaron elecciones a Cortes Constituyentes, resultando ganadores los republicanos federales. Se proclamó la República Democrática Federal, con Figueras como presidente. Sus primeras medidas incluyeron la supresión de los impuestos de consumos y las quintas. No obstante, la falta de recursos y la desorganización provocaron su dimisión.
El Gobierno de Pi y Margall y la Constitución de 1873
Francisco Pi y Margall sucedió a Figueras, con la misión principal de elaborar una Constitución federal. Esta Constitución de 1873, que nunca llegó a promulgarse, se basaba en la de 1869, manteniendo las características principales de la democracia. La novedad más significativa fue la estructura del Estado, que establecía la división de España en 17 estados (incluyendo Cuba y Puerto Rico) y declaraba que el poder emanaba de los municipios, los estados regionales y el Estado Federal. Se planteaba, por tanto, un Estado no centralista.
Problemas y Desafíos de la Primera República
La Primera República se enfrentó desde sus inicios a graves problemas, entre los que destacan:
- La insurrección carlista.
- La guerra de Cuba.
- Las divisiones entre republicanos y monárquicos.
- La sublevación cantonal, el conflicto más grave del periodo republicano.
El Cantonalismo
El cantonalismo fue un fenómeno complejo que combinó aspiraciones autonomistas con las de revolución social. Fue la consecuencia de aplicar la estructura federal «desde abajo» (donde los territorios podían declararse independientes para luego pactar su unión a una república federal), en contraposición a un federalismo «desde arriba» (impulsado por el gobierno). Se apoyaba en el deseo de avanzar en las reformas sociales.
En zonas con fuerte implantación republicana, la población se organizó en cantones independientes. Los protagonistas de estos levantamientos fueron artesanos, pequeños comerciantes y asalariados, dirigidos por federales intransigentes decepcionados por el rumbo de la República.
Pi y Margall, contrario a sofocar la revuelta por las armas, dimitió. Fue sustituido por Nicolás Salmerón, quien inició una acción militar contra el movimiento cantonalista, que acabó rápidamente con la insurrección, excepto en Cartagena. Sin embargo, Salmerón dimitió al negarse a firmar las penas de muerte contra activistas cantonalistas.
El Gobierno de Castelar y el Fin de la República
La presidencia pasó a Emilio Castelar, republicano unitario, marcando un giro de la República hacia la derecha. Castelar consiguió plenos poderes de las Cortes para reorganizar el ejército y gobernar con el Parlamento cerrado. Esta situación se mantuvo hasta que algunos diputados plantearon una moción de censura. Derrotado Castelar en 1874, el general Manuel Pavía protagonizó un golpe de Estado que disolvió las Cortes.
El poder pasó al general Francisco Serrano, quien intentó estabilizar un régimen republicano de carácter conservador y presidencialista. Este intento fue interrumpido por el pronunciamiento militar de Martínez Campos en Sagunto, que proclamó rey de España a Alfonso XII. Alfonso de Borbón firmó el Manifiesto de Sandhurst, redactado por Cánovas del Castillo, que establecía el programa de la nueva monarquía alfonsina: un régimen conservador y católico.
Reformas en la Política Económica del Sexenio Democrático
Los progresistas y demócratas implementaron una serie de medidas para impulsar el crecimiento económico durante el Sexenio Democrático:
- Creación de la peseta como unidad monetaria.
- Intento de supresión de los «consumos».
- Creación del Banco Hipotecario para abordar los problemas de Hacienda.
- Promulgación de la Ley Arancelaria de 1869 (Arancel Figuerola), que reducía los impuestos aduaneros para favorecer el comercio.
- Aprobación de la Ley de Sociedades Anónimas y la Ley de Minas, que incentivaban la inversión extranjera.
El Sexenio Democrático evidenció la debilidad de los apoyos sociales e institucionales de la democracia en España. No obstante, se produjeron importantes transformaciones en la legislación y la política económica, y se facilitó el desarrollo del movimiento obrero.