REVOLUCION DE 1868
Las causas de la revolución fueron: (poner economicas, politicas y sociales)
La revolución comenzó con el pronunciamiento de la Armada en Cádiz, al mando del almirante Topete, y del Ejército, con los generales Prim y Serrano.
Pero la revolución se consolidó gracias a la formación de Juntas Revolucionarias.
Gobierno Provisional se constituyó bajo la presidencia de Serrano
En este momento se asiste a una dualidad de poderes:
El del Gobierno, que preconiza la fórmula monárquica; y el de las Juntas (siguen existiendo), inclinadas por la República.
El gobierno puso en marcha medidas anticlericales.La reforma económica, desarrollada por Figuerola, fue importante: creó la peseta como unidad monetaria, creó un arancel que introducía el librecambismo en España, rebajando la barrera comercial. La situación se complicó debido a una oleada de tumultos y el añadido del problema colonial en Cuba.
Se habían aprobado una serie de medidas como el sufragio universal, las libertades de religión, imprenta, reunión y asociación; y ahora el gobierno convocó elecciones para la formación de Cortes Constituyentes, que serían por sufragio universal (masculino y directo). Una fracción del Partido demócrata, partidaria de la República, formó el Partido republicano federal.
Los carlistas también consiguieron algunos diputados.
LA CONSTITUCIÓN DE 1869
Ofrecía el diseño de una monarquía constitucional y democrática.
Se establece la soberanía nacional. Resulta muy característica la declaración de derechos, pues a los habituales se añaden: la libertad de residencia y la libertad de enseñanza y cultos (se obliga a mantener el católico). Se reconocen la división de poderes y descentralización. Las cortes, integradas por dos cámaras (Congreso y Senado) y elegidas por sufragio universal, asumen completamente el poder legislativo. Independencia y la democratización de la justicia, al regular la carrera judicial por el sistema de oposiciones y al introducir la figura del jurado. Establece también la elección democrática de ayuntamientos y diputaciones.
El poder ejecutivo recae en el Rey de acuerdo con la fórmula británica del «rey reina pero no gobierna», lo ejerce a través de los ministros, que son responsables ante las Cortes. Las Cortes nombran a Serrano regente del reino y a Prim se le encarga la formación de gobierno, y tenía la responsabilidad de buscar un rey que tenía que ser católico y liberal y su favorito era Amadeo de Saboya, el hijo del rey de Italia.
EL REINADO DE AMADEO I
era el candidato de los progresistas y de Prim; en su breve reinado contó con escasos apoyos, con el rechazo aristocrático y popular y tuvo que enfrentarse a graves problemas. El asesinato de Prim le privó de un apoyo fundamental. Nada pudo hacer ante la descomposición de la coalición gobernante, la ruptura en el seno del partido progresista (radicales, de Ruiz Zorrilla; y constitucionalistas, de Sagasta)
. Las dificultades económicas y el problema de la guerra de Cuba contribuyeron a la creciente inestabilidad política interior.
La nobleza y la aristocracia latifundista
no habían aceptado la política del 68. Sus componentes van a engrosar las filas del partido Alfonsino. La burguesía mercantil e industrial también simpatizó con la causa del hijo de Isabel II, aunque en principio (burguesía catalana) había apoyado a Prim. Las causas de este giro están en la política económica librecambista y en el temor al movimiento obrero que, al amparo del derecho de asociación y de la I Internacional (AIT)
, comenzó a formar organizaciones sindicales.
La oposición carlista había renacido tras la caída del régimen isabelino, poco después se desencadena un nuevo conflicto bélico carlista. Los republicanos se opusieron a la solución monárquica. El principal dirigente del federalismo fue Pi y Margall.
Sin embargo, los republicanos estuvieron divididos desde sus comienzos en unitarios y federales.
El momento culminante de la crisis se produjo a partir de 1872. Amadeo aprovechó para abdicar en 1873.
El Congreso y el Senado en sesión conjunta (Asamblea Nacional) proclamaron ese día la República.
La Asamblea nombró a Figueras como presidente del ejecutivo de una República unitaria.
Su principal cometido era convocar unas Cortes Constituyentes para promulgar una nueva Constitución, habiendo graves problemas, como una incipiente guerra carlista en el norte, el problema de Cuba y un ejército inclinado al moderantismo.
En sus meses de gobierno pudo poner en marcha ciertas medidas democráticas., como la supresión de las quintas.
Las nuevas Cortes proclamaron la República federal, siendo propuesto como presidente del gobierno Pi y Margall. Pero pronto surgieron, entre los republicanos federales, discrepancias sobre cómo debía organizarse (17 estados).
Los «transigentes», que constituían la mayoría (encabezados por Pi y Margall), consideraban primordial conseguir el orden social para luego proceder a la construcción de la República federal desde arriba; los «intransigentes» defendían que se debía comenzar la construcción de la federación desde abajo, lograda la cual, llegarían la paz y el orden.
El proyecto constitucional fue rechazado. Esto fue el punto de partida de una revolución cantonal que comenzó en Cartagena y se extendió por ciudades del sur y levante peninsular.
En esta revolución (cada población se proclamaba cantón, autónomo del poder central confluyeron tres revoluciones distintas: la regionalista, la política y la social. Las clases populares creyeron encontrar en el federalismo:
igualdad plena y un mayor reparto de la riqueza, por ello seguían a los intransigentes.
Pi y Margall dimitió y le sucedió Salmerón, que más tarde también dimitiría por problemas de conciencia. El nuevo presidente Castelar se redujo a establecer el orden.
El intento de dirigir la República de nuevo a la izquierda fue interrumpido por el golpe de Estado del general Pavía, quien acabó con las Cortes Constituyentes y puso fin a la Primera República republicano, pero que puede calificarse como dictadura (República pretoriana)
: el general
Serrano fue nombrado presidente del ejecutivo, hecho que daba fin a la revolución de 1868. Restableció el orden público, tomando medidas excepcionales, y se propuso finalizar la guerra carlista.
La causa del hijo de Isabel II, Alfonso, promovida por Cánovas del Castillo, progresaba. El general
Martínez Campos, se pronunció en Sagunto a favor de la restauración de la monarquía, que se produciría en 1875, con Alfonso XII.