Los Reinos Cristianos en la Península Ibérica
Los Reinos Occidentales: Auge de Castilla y León
El siglo XI se inicia con Sancho III el Mayor de Navarra, quien incorporó a su reino los condados de Castilla, Sobrarbe y Ribagorza. A su muerte, dividió el territorio entre sus hijos, dando origen a los reinos de Navarra, Castilla, Aragón y Sobrarbe-Ribagorza. En la parte occidental, Castilla experimentó un gran crecimiento, convirtiéndose en reino con Fernando I. Su hijo, Alfonso VI, conquistó Toledo en 1085, marcando un hito en la Reconquista. En este contexto surge la figura del Cid Campeador, Rodrigo Díaz de Vivar.
Los Reinos Orientales: Expansión de Aragón
En la zona oriental, se observa una crisis en Navarra y una lenta expansión de Aragón, que se convierte en reino con Ramiro I. A finales del siglo XI, Pedro I sienta las bases del reino aragonés con la conquista de Huesca y Barbastro.
Separación de Castilla y León y Nacimiento de la Corona de Aragón
En la primera mitad del siglo XII, Castilla y León continúan la lucha contra los almorávides y almohades. Alfonso VII divide el reino entre sus hijos, dando lugar a los reinos de Castilla y León. Alfonso I el Batallador conquista Zaragoza y convierte a Navarra en un reino independiente. Su sucesor, Ramiro II el Monje, tiene una hija, Petronila, que se casa con el conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV, formando la Corona de Aragón.
Avance de la Reconquista y Órdenes Militares
En la segunda mitad del siglo XII, surgen las primeras órdenes militares hispánicas para combatir a los musulmanes y repoblar la meseta sur. En Castilla, la muerte de Sancho III deja como heredero al futuro Alfonso VIII, quien organiza una cruzada contra los almohades, culminando en la victoria cristiana en la batalla de las Navas de Tolosa (1212). En la Corona de Aragón, Alfonso II conquista Teruel.
La Repoblación
Repoblación Concejil
Durante los siglos XI, XII y principios del XIII, se establecen concejos, núcleos de población formados por una villa o ciudad amurallada con su alfoz. Los reyes otorgaban fueros para atraer pobladores y defenderse de los musulmanes. En el valle del Ebro, con una importante población musulmana y judía, se destaca la presencia de mudéjares en Zaragoza y sus alrededores.
Repoblación de las Órdenes Militares
Las órdenes militares reciben grandes señoríos en Extremadura y La Mancha, encargándose de defender las tierras y fomentar su poblamiento.
Unificación y Expansión de los Reinos Hispanos
Reunificación de Castilla y León
Tras la batalla de las Navas de Tolosa, la balanza se inclina a favor de los cristianos. El reino de Portugal alcanza la costa sur de la península. En Castilla, el trono pasa por Enrique I, Berenguela y Fernando III, hijo de Alfonso IX. Alfonso X el Sabio conquista la baja Andalucía, incluyendo Cádiz. Castilla se enfrenta al «problema del Estrecho» con los benimerines, logrando victorias con Sancho IV en Tarifa y Alfonso XI en la batalla del Salado. A principios del siglo XV, Enrique III inicia la conquista de las Islas Canarias con Juan de Bethencourt.
El Final de la Reconquista en la Corona de Aragón
Jaime I el Conquistador conquista las Islas Baleares y el reino de Valencia. Los musulmanes quedan reducidos al reino de Granada bajo la dinastía nazarí. Pedro III se apodera de Sicilia, aprovechando el descontento contra el gobierno francés. Jaime II ocupa Cerdeña, mientras los almogávares controlan Atenas y Neopatria. Finalmente, Alfonso V el Magnánimo conquista Nápoles.
Repoblación por Repartimiento
La mayor parte del territorio conquistado se reparte en grandes señoríos entre nobles, clérigos y órdenes militares. La población musulmana permanece hasta la sublevación mudéjar de 1264, que les obliga a emigrar. En las Baleares, los repobladores son catalanes, mientras que en Valencia participan aragoneses y catalanes.
Las Instituciones de Gobierno
Las Cortes
En Castilla, el monarca gozaba de amplios poderes. En la Corona de Aragón, el rey tenía un carácter pactista, debiendo tener en cuenta a los gobernadores para tomar decisiones. El rey contaba con un representante (virrey) en cada territorio de la Corona. Para ejercer su poder, se apoyaban en las Cortes, siendo las primeras las de León. Las Cortes se convocaban para obtener recursos (servicios), pero sus miembros aprovechaban para formular peticiones o «greuges». Para vigilar el cumplimiento de lo aprobado en las Cortes, se crearon instituciones como la Diputación en Castilla, la Generalitat en Cataluña y el Justicia Mayor en Aragón.