La Reconquista
Reconquista: Es el proceso militar por el que los reinos cristianos del norte peninsular incorporan los territorios de Al-Andalus. Se extiende desde el siglo VIII al XV, y alterna fases bélicas con épocas de convivencia o sumisión al poderío musulmán. La fase más intensa se sitúa desde la desintegración del Califato de Córdoba (1031) hasta finales del siglo XIII. Los reinos que más territorios reconquistaron fueron Castilla y Aragón, mientras que Navarra quedó pronto “encerrada” entre ambos reinos y sin posibilidades de expandirse hacia el sur.
Dos fueron los principales argumentos para justificar la reconquista: el ideal neogótico (los reinos cristianos eran herederos legítimos de la monarquía visigoda y debían expulsar a los invasores musulmanes) y la cruzada (la guerra santa contra el islam). Un proceso paralelo fue la repoblación, que originó la creación de grandes latifundios de la nobleza y las órdenes militares (Calatrava, Santiago, Alcántara).
La Batalla de las Navas de Tolosa y el Reino de Pamplona
Batalla de las Navas de Tolosa
Navas de Tolosa: Batalla más célebre de la Reconquista, en 1212, cerca de Despeñaperros (Sierra Morena), en la que el ejército almohade fue derrotado por una coalición de ejércitos cristianos de Castilla (Alfonso VIII), Aragón (Pedro II) y Navarra. Las consecuencias de la batalla fueron el derrumbe definitivo del poder musulmán y el notable avance de la reconquista: Castilla avanzó por el valle del Guadalquivir y Aragón por el Levante y Baleares. A raíz de esta victoria, en que resultó decisiva la intervención de los caballeros navarros liderados por el rey Sancho VII el Fuerte, se trajeron a Navarra las cadenas que rodeaban la tienda del rey musulmán, y tiempo después, según la interpretación tradicional, se incluirían como parte del escudo oficial de Navarra.
Reino de Pamplona
Reino de Pamplona: Organización política cristiana que surgió en el Pirineo occidental, en torno a Pamplona, cuando sus pobladores lograron independizarse de francos y musulmanes (s. IX, Íñigo Arista). En el s. X se proclamó el primer rey, Sancho Garcés I (905-925), que inició la reconquista en tierras de Estella y la alta Rioja. El apogeo del reino de Pamplona se dio con Sancho III el Mayor (1004-1035), que extendió el territorio y se convirtió en el monarca más influyente de la España cristiana. A su muerte se producirá la división del reino entre sus hijos, con el nacimiento subsiguiente de los reinos de Castilla y de Aragón. En las décadas siguientes, el reino entró en una profunda crisis por enfrentamientos entre el rey y la nobleza, que desembocó (en el último cuarto del s. XI) en la ocupación castellana de los territorios riojanos y del oeste y la unión de los reinos de Pamplona y Aragón durante más de medio siglo. Después de recuperar la independencia, y ya en el reinado de Sancho VI el Sabio, a mediados del s. XII, pasa a denominarse Reino de Navarra.
Sucesión de Sancho III el Mayor
Durante el reinado de Sancho III el Mayor (1004-1035) el Reino de Pamplona, ejerce la hegemonía dentro de la España cristiana y alcanza su mayor extensión geográfica. Como queda estipulado en su testamento, a su muerte en 1035 sus dominios quedan repartidos entre sus hijos.
- García Sánchez III «el Najerense», como hijo mayor, hereda los territoriospatrimoniales del Reino de Pamplona (el Reino de Pamplona, con los territorios de la Rioja y País Vasco) y ejerce la potestad regia sobre el resto de los territorios, por lo que sus hermanos le deben fidelidad y vasallaje.
- Fernando hereda el condado de Castilla.
- Ramiro, el condado de Aragón.
- Gonzalo, los condados de Sobrarbe y Ribagorza.
Este testamento deriva en el nacimiento de los principales reinos cristianos: Fernando y Ramiro rechazan la sumisión a García y convierten sus condados en Reinos de Castilla y Aragón, que serán los impulsores de la reconquista, mientras que el Reino de Pamplona con los sucesores de Sancho el Mayor pierde su posición hegemónica y, a partir de entonces, su supervivencia peligrará ante la superioridad de los nuevos reinos de Castilla-León y Aragón.
Las Cortes Medievales y la Formación de la Corona de Aragón
Cortes Medievales
Cortes Medievales: Institución política representativa del Reino a través de los tres estamentos, nobleza, clero y estado llano (sólo representado por algunas ciudades), característica de los reinos medievales. Aparece a finales del siglo XII en el reino de León y alcanza su máximo desarrollo en el siglo XIV. Eran convocadas siempre por el rey y sus competencias eran básicamente consultivas, no tenían poder legislativo en sentido estricto, aunque en la Corona de Aragón (en la que cada reino tenía sus propias Cortes) actuaban como limitadoras del poder real. Trataban de la sucesión a la corona, la toma del juramento del nuevo rey, la aprobación de los impuestos extraordinarios, la revisión de las leyes y la presentación de agravios o quejas. El voto era por estamentos (no individual). En Aragón y, en menor medida en Navarra, los acuerdos tomados en Cortes eran controlados por las Diputaciones.
Formación y Estructura de la Corona de Aragón
Conjunto territorial y político de la España cristiana medieval que englobaba los territorios bajo la jurisdicción del rey de Aragón de 1164 a 1707. Su origen está en la unión del Reino de Aragón y los condados catalanes por el matrimonio de Petronila de Aragón y Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona (1137), siendo su hijo Alfonso II el primer rey de la Corona de Aragón (1164). La monarquía aragonesa emprende a lo largo de los siglos XIII y XIV un notable impulso expansivo mediterráneo, incorporando nuevos territorios a la Corona de Aragón: reino de Valencia y Baleares (Jaime I), Sicilia (Pedro III), Cerdeña (Jaime II) y Nápoles (Alfonso V). Desde el punto de vista político, la Corona de Aragón adopta la forma de una confederación de territorios, basada en la unión dinástica pero no institucional: el único nexo común es la monarquía aragonesa, pero cada territorio mantiene su independencia administrativa, económica y jurídica, sus propias instituciones, usos, costumbres, leyes y moneda. Esto se traduce en una peculiar estructura estatal presidida por la monarquía pactista, y una serie de órganos de administración central en cada territorio (Cortes separadas en Aragón, Cataluña y Valencia).