2.1. LAS REGENCIAS Y EL PROBLEMA CARLISTA (1833-1368)
Guerra Carlista:
Don Carlos, El hermano de Fernando VII, emitíó el “manifiesto de Abrantes” en Octubre de 1833, con él reclamaba la ley Sálica para poder ascender al trono ya que según Esta ley, al no tener hijos su hermano Fernando VII, es su derecho; defendía el Absolutismo y prometía respetar los fueros. Le apoyaban la nobleza, el clero, Los defensores de los fueros y el campesinado (bando Carlista) y se encontraban En el País Vasco, Navarra, Cataluña y el Maestrazgo.
Por otro lado se encuentra el banco cristino o isabelino, el de María Cristina, mujer de Fernando VII, que defendía la Pragmática Sanción para que pudiera reinar su hija Isabel. Este bando era apoyado por los ilustrados, el ejército español, los burgueses y el resto de la península. El bando carlista o absolutista también es apoyado moralmente por Austria, Prusia y Rusia, y al bando isabelino o liberales Francia, GB y Portugal les envían suministros, armas.
El inicio del primer conflicto por el trono, la primera Guerra Carlista (1833-1340) se inició cuando Don Carlos en 1833 anima a que se levanten sus apoyos. Ante esto GB interviene para evitar que el conflicto sea internacional y que Don Carlos se traslade a GB. Esto se acuerda en el Tratado de Évora-Monte (1833). El encargado carlista de organizar las partidas carlistas es el general
Zumalacárregui, que forma el ejército Carlista y toman Tolosa, Eibar, Durango y Vergara, cercan Bilbao y allí es donde muere Zumalacárregui en 1835 y se queda como general Guergué. Espartero (general isabelino) toma Luchana (1836) y retira el cerco de Bilbao. Los Carlistas realizaron expediciones para conseguir apoyos, destacan la de Guergué en Cataluña en 1835, la de Basilio García en Aragón, y otras expediciones como la de Aragón, Toledo y La Mancha. El general isabelino Pardiñas derrota a Basilio García en Béjar, y la expedición más larga fue la fe Miguel Gómez que la hizo por casi toda España (1836).
En 1837, Don Carlos se dirige a Madrid con la idea de asaltar el Palacio Real, pero cuando está muy cerca se produce una disputa entre la Camarilla Carlista y las tropas militares Carlistas, y los últimos se retiran, por lo que Don Carlos no puede cumplir su misión. A partir de ahí la guerra se dirige al Maestrazgo.
En Agosto de 1839 el general carlista Maroto firma con Espartero el “acuerdo de Vergara” con el que se pone fin a la Guerra Carlista, ya que el ejército carlista se rinde a cambio de la incorporación de estos soldados al ejército isabelino teniendo una paga. Espartero promete que llevara a las Cortes esta cuestión pero no lo cumple. Parte del ejército Carlista (con el general Cabrera) resiste en el Maestrazgo porque no aceptan el acuerdo hasta 1840 tomando Morella.
Regencias:
Regencia de María Cristina (1833-1340):La regente mantiene en el gobierno a Cea Bermúdez (moderado). En 1833, Javier de Burgos divide España en provincias. En 1834 Mª Cristina encarga al moderado Martínez de la Rosa la creación de una Carta Otorgada, llamada Estatuto Real. Este documento establece Cortes bicamerales, formadas por el estamento de Próceres (Iglesia, militares, letrados…), elegido por la reina;
Y el Estamento de Procuradores, que elige el pueblo por sufragio restringido. Las Cortes deben ser convocadas por la reina, quien tiene la iniciativa legislativa, existe el derecho de petición (de las Cortes a la reina), y no hay ni declaración de derechos y deberes de ciudadano ni soberanía nacional. El Estatuto Real satisface a los moderados, pero no a los progresistas. Además, en 1834 se elimina la Inquisición y los gremios definitivamente, y se establece va libertad de industria. Todo esto no contenta a los liberales progresistas y a las clases medias, que comienzan a realizar protestas: en el verano de 1835 se da un movimiento revolucionario de la burguésía liberal, exigiendo una reforma electoral y convocar cortes constituyentes. Mª Cristina se ve obligada a entregar el poder al liberal progresista
Mendizábal. Este introduce medidas liberales como la supresión de la Mesta, creación de la Guardia Civil (1835), reorganización y ampliación del ejército, y la desamortización de Febrero de 1836. Esta desamortización es aplicada al clero regular, permite pagar con deuda pública, y su objetivo es recaudar fondos para la guerra. Se producen revueltas de Iglesia y campesinado, y la regente destituye a Mendizábal. Como consecuencia, en Agosto de 1836 se produce el motín de los Sargentos de La Granja. Mª Cristina nombra un gabinete progresista presidido por Calatrava, y hace convocatoria a Cortes. Estas derogan el Estatuto Real de 1834, y ponen en vigor la Constitución de 1837, la cual establece: monarquía constitucional, soberanía nacional, libertad de prensa (con jurado), de expresión, de propiedad, e inviolabilidad del domicilio. El poder judicial recae un tribunal, el legislativo en las Cortes bicamerales (Senado, elegido por sufragio censitario e indirecto, y Congreso, por directo y censitario), y el ejecutivo en la reina y sus ministros. También establece autonomía municipal, milicia nacional y desamortización.
En 1840 Mª Cristina propone a Cortes dos leyes: la electoral y la municipal, las cuales limitaban la autonomía de los municipios. Ante esto se producen levantamientos, la reina pide ayuda a Espartero pero esta no la apoya. En Octubre de 1840 Mª Cristina renuncia a la regencia, que asume Espartero.
Regencia de Espartero (1840-1843): es un general liberal progresista. Gobierna con la constitución de 1837. En 1841 aprueba la desamortización, que afecta al clero secular. En Octubre de 1841 los moderados (Diego de León, Narváez y O’Donnel) organizan un levantamiento militar que fracasa, y Diego de León fue ejecutado. Ante esto se produjo una división del progresismo, en torno a los progresistas que apoyaban a Espartero y los que no le apoyaban (Olózaga). En 1842 se ponen medidas progresistas como establecer un arancel librecambista (baja la tasa, baja los aranceles del textil), beneficiando a los ingleses y perjudicando a los de las textiles catalanas. Espartero también suspende asociaciones de obreros y alquileres protegidos. En Barcelona se organiza una protesta a finales de 1842 y Espartero bombardea la ciudad. En 1843 se produce un levantamiento de moderados (con Narváez) y progresistas (con Prim) en contra de Espartero. Éste se exilia. En 1843 se declara a la reina Isabel II mayor de edad con 13 años, y empieza a reinar en Noviembre de ese año. En Mayo de 1844 la reina nombra a Narváez (moderado) jefe del gobierno y comienza así la década moderada (1844-1854).