La resolución de la ONU sobre las relaciones con España
1. En el año 1946, la Asamblea General de las Naciones Unidas votó en contra del ingreso de España en dicha organización. España salió de la Guerra Civil comprometida con los países fascistas, firmó con Hitler un Tratado de Amistad. En octubre de 1940, tras la invasión nazi de Francia, tuvo lugar la entrevista entre Franco y Hitler, que al no aceptar las pretensiones de Franco sobre Marruecos y ver la situación ruinosa del país, no fue partidario ni mostró gran interés de que participara junto al Eje. Sin embargo, para mostrar su apoyo a las potencias fascistas colaboró con el envío de la División Azul al frente ruso (1941) para luchar junto a las tropas nazis en el frente ruso.
En el primer párrafo del texto se señala el carácter fascista del régimen de Franco, y así fue. La Falange jugó un papel muy importante en los primeros momentos de la dictadura del caudillo. En el segundo párrafo se hace referencia a las ayudas prestadas por Franco de forma «muy considerable» a los países del Eje durante la II Guerra Mundial. Seguidamente se señala la imposibilidad de admitir a un régimen no representativo si no hay intentos democratizadores por parte de Franco.
Las derrotas del Eje hicieron que, a partir de 1942, Franco comenzara un cauteloso giro en su política internacional buscando la conciliación con los países aliados. La destitución de su cuñado Serrano Súñer, excesivamente germanófilo para los nuevos tiempos muestra este cambio de actitud. La dictadura trató de lavar su imagen internacional, reduciendo el protagonismo de los falangistas y de todos los símbolos (saludo fascista…) que recordaran a las potencias del Eje.
El régimen español vivió los peores momentos de su historia tras el cierre de la frontera francesa y la resolución condenatoria de la ONU en 1946, por el aislamiento económico y político, con la posterior retirada de embajadores de la casi totalidad de los países. Destacamos que la Argentina de Perón ayudó mucho a pasar esta situación y en algunos casos los embajadores fueron sustituidos por encargados de negocios.
El aislamiento internacional del régimen fue abrumador en los años cuarenta y parte de la década siguiente, marcado también por la imposibilidad de acceder a los fondos del Plan Marshall. Los años 1939-1942 fueron de hambre generalizada, se dio un movimiento de ruralización y la batalla contra el hambre provocó ciclos epidémicos de tuberculosis y tifus. El reparto de alimentos se hacía mediante la cartilla de racionamiento, que generó un mercado negro. Los principales beneficiarios de la corrupción fueron los adictos al régimen, pues manejaban los fondos públicos tenían competencias mercantiles e industriales.
El comienzo de la guerra fría fue favorable para el régimen franquista y facilitó su reconocimiento por la comunidad internacional. El franquismo fue aceptado por su postura anticomunista y consigue la amistad con Estados Unidos y sus aliados, y se le considera una pieza clave en la defensa occidental. A partir de 1948, con la reapertura de la frontera francesa y la firma de tratados comerciales con Inglaterra y Francia, se refleja una mejor situación internacional para el franquismo.
Los acuerdos con Estados Unidos, firmados en septiembre de 1953, fueron el final de un proceso de conversaciones, relaciones comerciales discretas y visitas de técnicos y militares. Dichos acuerdos permitían a este país instalar bases militares en Rota, Zaragoza, Morón y Torrejón, que podrían utilizarse en caso de ataque a Occidente por la URSS. Este arreglo histórico con los estadounidenses no llegó a tiempo para que España entrara de lleno en el Plan Marshall y hubo que conformarse con algunas de sus migajas. La llegada de productos como leche en polvo o aceite de soja sirvió para suprimir el racionamiento y se terminará con el mercado negro. El fin del aislamiento termina cuando la ONU recomendó la vuelta de los embajadores a Madrid y permitió el ingreso de España en este organismo internacional en 1955.
La guerra fría y el consiguiente cambio en la política internacional norteamericana propiciaron que desde 1951 comenzara a llegar ayuda económica norteamericana. Aunque inferior a la recibida por los países beneficiarios del Plan Marshall, esta ayuda permitió importaciones de bienes de equipo imprescindibles para el desarrollo industrial.
El incipiente desarrollo trajo, sin embargo, una fuerte inflación que propició un fuerte malestar social. La necesidad de reformas estructurales en la economía era evidente. Finalmente, Franco, tras veinte años de políticas económicas nocivas, permitió la entrada en el gobierno en 1957 de un grupo de tecnócratas del Opus Dei. Estos nuevos ministros diseñaron el giro definitivo en la política económica: el Plan de Estabilización de 1959.