La Restauración Borbónica (1874-1931)

1. Reinado de Alfonso XII y el Sistema Canovista (1874-1885)

1.1. El Retorno de la Monarquía

La Restauración fue protagonizada por el general Martínez Campos, quien proclamó rey a Alfonso XII en 1874. Cánovas del Castillo, artífice del nuevo régimen, hizo firmar al príncipe Alfonso el Manifiesto de Sandhurst, que sentaba las bases ideológicas de la Restauración:

  • Liberalismo doctrinario.
  • Teoría de la Constitución histórica.
  • Soberanía compartida.
  • Alternancia pactada entre partidos dinásticos: moderados (conservador) y liberales.

1.2. La Constitución de 1876

Cánovas, político pragmático y líder del Partido Alfonsino, impulsó la elaboración de una nueva Constitución en 1876. Sus principios fundamentales eran:

  • Soberanía compartida entre el Rey y las Cortes.
  • Reparto de poderes.
  • El Rey tenía un poder hegemónico sobre el Parlamento.
  • En el ámbito legislativo, el gobierno necesitaba la doble confianza del Rey y de las Cortes.

Las Cortes seguían un sistema bicameral. El Congreso era elegido por sufragio censitario. La Constitución también incluía una Declaración de Derechos y establecía el catolicismo como religión oficial.

1.3. El Turno de Partidos

El sistema político de la Restauración se basaba en la alternancia pactada entre dos partidos:

  • El Partido Conservador de Cánovas del Castillo.
  • El Partido Liberal, encabezado por Mateo Sagasta, un progresista que había dirigido el Partido Constitucionalista durante el Sexenio Democrático. El partido atrajo a conservadores y a antiguos demócratas y progresistas.

El Turno de Partidos era arbitrado por el monarca. El candidato a presidente del gobierno debía ser designado por el Rey y contar también con una mayoría sólida en las Cortes para gobernar. El procedimiento era el siguiente:

  1. El partido en el poder obtenía el decreto de disolución de las Cortes.
  2. Se promovía la convocatoria de elecciones.
  3. El partido designado por el Rey lograba una mayoría gracias al fraude electoral.

1.4. El Caciquismo

El caciquismo era un sistema de control político local que permitía la manipulación de las elecciones. Cada cacique, generalmente un terrateniente o persona influyente, controlaba políticamente una comarca. El conjunto de prácticas fraudulentas en las elecciones recibió el nombre de pucherazo.

El Ministerio de Gobernación era el organismo encargado de controlar el proceso electoral a través de los gobernadores civiles y las personalidades locales. Este ministerio se ocupaba de elaborar el encasillado, es decir, la lista de candidatos que debían resultar elegidos en cada distrito.

Los políticos que realizaban estas prácticas fraudulentas para obtener votos eran los caciques, que llegaron a ejercer un poder paralelo al del Estado. El caciquismo era más eficaz en las áreas rurales, apoliticas y desmovilizadas.

2. Regencia de María Cristina de Habsburgo y el Turno de Partidos (1885-1902)

2.1. La Regencia

Tras la prematura muerte de Alfonso XII en 1885, su esposa María Cristina de Habsburgo, embarazada, asumió la regencia. Cánovas, jefe de gobierno, acordó con Sagasta cederle el poder durante los primeros años de la regencia (Pacto de El Pardo).

2.2. El Parlamento Largo (1885-1890)

El partido de Sagasta, durante el llamado Parlamento Largo, trató de introducir todos los derechos individuales del texto constitucional de 1869 que la Constitución de 1876 le permitiera:

  • Libertad de prensa e imprenta.
  • Libertad de cátedra.
  • Libertad de asociación, que permitió la aparición de sindicatos como la UGT.
  • Ley del Jurado.
  • Código Civil.
  • Sufragio universal masculino.

2.3. Alternancia entre Conservadores y Liberales

Los gobiernos conservadores respetaron las medidas tomadas por los liberales. Durante los gobiernos liberales se produjo la Primera Guerra del Rif (1893-1894).

2.4. Los Movimientos Antidinásticos

Durante la Regencia surgieron diversos movimientos que se oponían al sistema de la Restauración:

  • Los Carlistas: Tras su derrota en la Tercera Guerra Carlista (1872-1876), se dividieron en dos grupos: los que rechazaban el régimen y los que creyeron más conveniente formar un partido político y luchar dentro de la legalidad. El primer grupo, conocido como corriente integrista, liderada por Ramón Nocedal, fue expulsado del carlismo.
  • Los Republicanos: Estaban también muy desunidos tras la experiencia del Sexenio Democrático. Castelar lideraba el grupo de los posibilistas, que colaboraron con el partido de Sagasta. El grupo encabezado por Ruiz Zorrilla organizó un pronunciamiento militar. Por su parte, Salmerón y Pi i Margall estaban divididos por su concepción de la república: Salmerón dirigía el grupo de los que querían una república unitaria, mientras que la fracción de Pi i Margall aspiraba a una república federal.
  • El Movimiento Obrero: Dividido en dos tendencias: el anarquismo y el socialismo. El principal partido obrero era el PSOE, un partido minúsculo sin apenas incidencia electoral.

2.5. Los Nacionalismos

Durante este periodo surgieron con fuerza los nacionalismos periféricos, destacando el nacionalismo catalán y el vasco, y en menor medida el gallego y el valenciano. Los factores que propiciaron su aparición fueron:

  • Culturales: Se rescataban las lenguas vernáculas y el Romanticismo impulsó el interés por el folclore popular. Se produjo un renacimiento cultural catalán, vasco y gallego.
  • Políticos: Los movimientos anticentralistas se oponían al centralismo del Estado liberal. Existían dos corrientes dentro del anticentralismo: una conservadora, antiliberal y partidaria de recuperar los antiguos fueros; y otra progresista, federalista y republicana.
  • Económicos: El desarrollo de Cataluña era muy superior al del resto del país. En el País Vasco ocurrió a la inversa: el cambio fue muy rápido y la llegada masiva de inmigrantes procedentes del resto de España en busca de trabajo fue percibida por algunos intelectuales y políticos como una amenaza hacia las tradiciones y costumbres vascas. Los gallegos, por su parte, sufrieron la emigración y el atraso económico.
2.5.1. El Nacionalismo Catalán

Surgido a través del federalismo, durante la Restauración fundó el Centre Catalá para aglutinar a todos los catalanistas de signo tradicionalista, rural y antiliberal. La Unió Catalanista intentó unificar todas las tendencias en torno a la burguesía nacionalista, ilustrada y conservadora, y promovió las Bases de Manresa, que recogían el primer programa explícito de catalanismo e incluían un proyecto de Estatuto de Autonomía. En 1901 se fundó la Lliga Regionalista, liderada por Enric Prat de la Riba y Francesc Cambó.

2.5.2. El Nacionalismo Vasco

Defendía los fueros perdidos y rechazaba el proceso de industrialización, que erosionaba la sociedad tradicional vasca. Identificó el capitalismo y el centralismo con lo español y señaló a los maketos (inmigrantes españoles) como los culpables de la degeneración de la «raza vasca» a causa del mestizaje. Estas ideas se identificaban con un pensamiento católico y antiliberal que se resumía en el lema «Dios y Ley Vieja». Sabino Arana fundó el Eusko Alderdi Jeltzalea (EAJ-PNV) en 1895. El nacionalismo vasco osciló entre el independentismo radical y la defensa de la autonomía como entidad autónoma dentro de España.

3. La Guerra Colonial y la Crisis de 1898

El régimen de la Restauración se vio muy afectado por la llamada cuestión cubana.

3.1. Antecedentes de la Guerra

Cuba era la última colonia española en América. Desde mediados del siglo XIX se produjeron diversos brotes de conflictividad, como la Guerra Chiquita (1879-1880). Estos conflictos alimentaron el nacionalismo cubano, al que se sumaron tanto los esclavos como los criollos ricos (fundación del Partido Revolucionario Cubano en 1892).

Los burócratas y comerciantes españoles residentes en la isla se opusieron a cualquier tipo de autonomía, ya que disfrutaban de un mercado en régimen de monopolio. La negativa de España a conceder la autonomía a Cuba provocó el estallido de la guerra en 1895.

3.2. La Guerra de Cuba (1895-1898)

La guerra estalló con el Grito de Baire y se proclamó el Manifiesto de Montecristi, redactado por José Martí. A la guerra de Cuba se unió la de Filipinas, encabezada por Emilio Aguinaldo.

El gobierno español envió a Cuba al general Martínez Campos, pero su estrategia fracasó. Se intentó implantar un sistema de autonomía, pero también fracasó. El general Polavieja actuó con extrema dureza y ejecutó al principal intelectual independentista del archipiélago filipino, José Rizal.

En febrero de 1898 tuvo lugar el incidente de la voladura del Maine en La Habana. Aunque la causa de la explosión fue probablemente un accidente, la prensa y el gobierno de EEUU culparon a España y se ofrecieron a comprar la isla. El gobierno de la Restauración prefirió una derrota honrosa antes que una paz comprada.

3.3. La Guerra Hispano-Estadounidense (1898)

EEUU declaró la guerra a España en abril de 1898. La guerra fue un desastre para España. La flota española fue derrotada en Cavite (Filipinas) y en Santiago de Cuba. En agosto de 1898 se firmó el Tratado de París, por el cual España reconocía la independencia de Cuba y cedía a EEUU Puerto Rico, la isla de Guam y las Filipinas. España también vendió al Imperio Alemán las islas Carolinas, las Marianas y Palaos.

3.4. Las Repercusiones del 98

La derrota en la guerra tuvo importantes consecuencias para España:

  • Resentimiento de los militares hacia los políticos, a los que culpaban de la derrota.
  • Antimilitarismo popular.
  • Aparición del Regeneracionismo, un importante movimiento intelectual y crítico que buscaba la regeneración moral y política de España.

4. La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)

4.1. El Golpe de Estado

En septiembre de 1923, el general Miguel Primo de Rivera, capitán general de Cataluña, dio un golpe de Estado. Declaró el estado de guerra y repartió el Manifiesto titulado Al país y al ejército españoles. El Rey Alfonso XIII accedió al golpe y nombró a Primo de Rivera presidente de un gobierno militar o Directorio.

4.2. El Directorio Militar (1923-1925)

El Directorio Militar se presentó como una solución temporal. Primo de Rivera era ministro único y el resto de los militares que lo formaban eran vocales. La Constitución no fue derogada, pero se disolvieron las Cortes. Los gobernadores civiles fueron sustituidos por militares, se relegó a todos los políticos liberales y se militarizó la administración.

Durante esta etapa se fundó la Unión Patriótica, un partido único afín al régimen, y se suprimió la Mancomunidad de Cataluña.

4.3. El Directorio Civil (1925-1930)

En 1925, Primo de Rivera formó un gobierno formado por civiles de extrema derecha, con José Calvo Sotelo como ministro de Hacienda. Convocó también una Asamblea Nacional Consultiva, formada por la Unión Patriótica y las corporaciones. Se elaboró un proyecto de Constitución que instituía un Estado corporativo y conservador, pero esta norma nunca se aprobó.

Otras medidas tomadas durante el Directorio Civil fueron:

  • Formación del Somatén Nacional: una institución supeditada al ejército para controlar el orden público.
  • Finalización de la Guerra de Marruecos: en 1925 se llevó a cabo una operación militar conjunta franco-española, el desembarco de Alhucemas, en el que se cercó a Abd el-Krim por la retaguardia.
  • Política social: se creó la Organización Corporativa Nacional, constituida por los comités paritarios, que logró la colaboración de los socialistas y de los sindicatos libres.
  • Política económica: se produjo un periodo de crecimiento económico, con un incremento de los gastos estatales dedicados a obras públicas. Se culminó la red radial de carreteras (Plan Guadalhorce) y se impulsó la construcción de ferrocarriles.

4.4. La Oposición a la Dictadura

La dictadura de Primo de Rivera se enfrentó a la oposición de diversos sectores:

  • Los antiguos partidos de la Restauración, de cuyas filas surgieron muchos republicanos, como el liberal Niceto Alcalá-Zamora y el conservador Miguel Maura.
  • Los republicanos históricos (Alejandro Lerroux) y los nuevos (Manuel Azaña).
  • Determinados sectores del ejército, que organizaron conspiraciones como la Sanjuanada (1926) y el conflicto de los artilleros (1929).
  • Radicalización del nacionalismo catalán, con la aparición de Estat Català, liderado por Francesc Macià.
  • El movimiento obrero: el PSOE y la UGT retiraron su apoyo al dictador en 1929.

4.5. La Caída de la Dictadura

En enero de 1930, Primo de Rivera, ante la pérdida de apoyos, presentó su dimisión al Rey. Alfonso XIII intentó formar un gobierno con el general Dámaso Berenguer, pero la oposición al régimen era ya imparable. En abril de 1931 se celebraron elecciones municipales, en las que los partidos republicanos obtuvieron una amplia victoria. El 14 de abril de 1931 se proclamó la Segunda República Española y el Rey Alfonso XIII se exilió.

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