La Restauración Borbónica en España: Alfonso XII, Regencia y Oposición (1874-1923)

El Reinado de Alfonso XII y la Regencia (1874-1923)

El Dominio del Partido Conservador (1876-1881)

La presidencia de Cánovas del Castillo se extendió desde 1876 hasta 1881. Su principal objetivo fue garantizar la consolidación de la monarquía restaurada y construir un sistema político de orden, autoritario y muy centralizado. El recorte de libertades y la censura de prensa buscaron acallar las protestas. La libertad de reunión quedó regulada por la ley de 1880, mientras que la ley electoral de 1878 redujo el censo de votantes, privando del derecho a voto a cinco de cada seis personas.

Durante esta etapa, dos conflictos marcaron el panorama político:

  • El conflicto carlista: Se saldó con la derrota de Carlos VII y la abolición de los fueros vascos, lo que se convirtió en el germen del nacionalismo vasco.
  • La guerra de Cuba: Iniciada en 1868, finalizó con la firma de la Paz de Zanjón en 1878. Aunque se introdujeron algunas mejoras, Cuba se mantuvo como colonia española.

La Consolidación del Sistema (1881-1885)

La llegada al gobierno del Partido Liberal de Sagasta en febrero de 1881 supuso la puesta en práctica de derechos y libertades. Sin embargo, el gobierno de Sagasta finalizó en 1883 debido a una sublevación militar republicana que fracasó. La última etapa del reinado de Alfonso XII devolvió el gobierno a Cánovas. El rey murió el 25 de noviembre de 1885, dando paso a la regencia de su viuda, María Cristina. El monarca no tenía heredero varón, pero su mujer estaba embarazada. Para evitar el posible regreso al trono de Isabel II, se firmó el Pacto de El Pardo, por el que Cánovas cedía el gobierno al Partido Liberal.

El Gobierno Largo Liberal (1885-1890)

El «gobierno largo» de Sagasta fue el de mayor duración de la Restauración. Durante este periodo, se emprendieron una serie de reformas:

  • Ley de Asociaciones: Legalizó los sindicatos obreros.
  • Ley de Jurado: Favorecía la libertad de prensa.
  • Ley de Sufragio Universal: Permitió integrar en el sistema a los republicanos de Castelar.
  • Código Civil y Ley de Procedimiento Administrativo.
  • Reforma del ejército con el objetivo de modernizarlo.

Crisis de Fin de Siglo

En 1890, Sagasta tuvo que abandonar el gobierno debido a la división interna de su partido. A pesar de las dificultades, el sistema canovista se consolidó. Francisco Silvela, conservador, intentó una regeneración de la vida política, pero fracasó. En 1892, José Martí creó el Partido Revolucionario Cubano y José Rizal, la Liga Filipina. Estos acontecimientos dieron lugar al inicio de otra guerra que desembocó en la independencia de ambas colonias.

La Oposición a la Restauración

Varios grupos políticos, sociales e ideológicos se opusieron, con escaso éxito hasta 1923, al régimen de la Restauración:

  • Los carlistas: Una fuerza cada vez más residual que, finalmente, decidió renunciar a las armas. Con presencia en el País Vasco y Navarra, nunca consiguieron más del 3% en las elecciones.
  • Los partidos republicanos: Con base social en las clases medias urbanas, defendieron la democratización del régimen y diversas reformas sociales. Estuvieron bastante desorganizados, destacando los republicanos moderados de Melquiades Álvarez y el Partido Radical Republicano, fundado en 1908 por Alejandro Lerroux, un político populista y demagogo que en sus primeros años destacó por su anticlericalismo.
  • El movimiento obrero: anarquistas y socialistas: Tras el nacimiento de la sección española de la AIT durante el Sexenio Democrático gracias a la labor del anarquista Fanelli y el marxista Lafargue, el movimiento obrero fue reprimido tras el golpe de Pavía en 1874. La ruptura entre Marx y Bakunin en el Congreso de La Haya en 1872 propició la escisión de las fuerzas obreras en Europa y también en España:
    • Anarquistas: Grupo mayoritario en España. Tras la Ley de Asociaciones de 1881, aprobada por el gobierno liberal de Sagasta, se lanzaron a una intensa actividad organizativa y de luchas sociales. En 1881 nació la Federación de Trabajadores de la Región Española, en la que destacó Anselmo Lorenzo, uno de los principales líderes de los inicios del movimiento anarquista. A partir de 1901, diversos grupos se organizaron en torno a la publicación Solidaridad Obrera. Finalmente, en el Congreso de Barcelona de 1910, nació la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), el mayor sindicato español, con gran fuerza entre los obreros agrícolas andaluces y los obreros industriales catalanes. Los anarquistas defendieron una ideología colectivista, libertaria, apolítica, anticlerical y revolucionaria.
    • Socialistas: Minoritarios en España. En 1879 nació en Madrid, de forma clandestina, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), con Pablo Iglesias como principal figura. En 1888, el PSOE celebró su primer congreso y se fundó la Unión General de Trabajadores (UGT), sindicato socialista. Opuestos a los anarquistas, los socialistas mantuvieron una ideología colectivista, anticlerical y antiburguesa, pero más moderada que la de la otra gran corriente del movimiento obrero español. Partidarios de la lucha política, Pablo Iglesias fue elegido diputado en 1910.
  • La oposición intelectual: Pensadores, profesores universitarios y novelistas contrarios a un sistema que impedía la modernización del país y su aproximación a la Europa avanzada.
  • El regionalismo y nacionalismo en Cataluña y el País Vasco.

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