1. Teoría y Realidad del Sistema Canovista: La Inspiración en el Modelo Inglés
Tras fracasar el intento de construir un Estado democrático, España inició en 1874 una nueva etapa histórica en la que acabaría por consolidarse el sistema político liberal. A lo largo de 1874, Cánovas del Castillo trabajó en la restauración de la monarquía constitucional en la persona del hijo de Isabel II, Alfonso. El fracaso del sistema democrático del Sexenio y la fuerza de los grupos favorables a un cambio de régimen político fueron los factores que precipitaron la caída de la I República y la vuelta al trono español de los Borbones. La burguesía buscaba tranquilidad y orden para la buena marcha de sus negocios, mientras que los terratenientes reclamaban disciplina y un gobierno enérgico que garantizara la seguridad de sus propiedades.
La Restauración de la monarquía borbónica en la persona de Alfonso XII vino con el pronunciamiento de Martínez Campos en Sagunto el 29 de diciembre de 1874. El malestar militar venía determinado por la existencia de múltiples conflictos como la guerra carlista, la guerra cubana y los desórdenes sociales. El gobierno no opuso resistencia al pronunciamiento. Serrano abandonó España y cedió los poderes a Cánovas del Castillo, quien constituyó un gobierno provisional.
El Sistema Canovista: La Constitución de 1876 y el Bipartidismo
Antonio Cánovas del Castillo fue el creador del sistema político de la Restauración borbónica. Alfonso XII publicó el 1 de diciembre de 1874 el “Manifiesto de Sandhurst”, en el que afirmaba que la única solución para los problemas de España residía en el restablecimiento de la monarquía tradicional de los Borbones. Exponía los principios de la futura proclamación de la monarquía: dialogante, constitucional y democrática.
La teoría política de Cánovas se apoyaba en cuatro pilares:
- Rey: según Cánovas la soberanía nacional tenía su identificación en la Historia de España e históricamente la soberanía había estado representada tanto por el Rey como por las Cortes.
- Cortes: junto al rey formaban la “constitución interna” del país y eran depositarias, conjuntamente, de la soberanía nacional.
- Constitución: consideraba necesario un código escrito que articulara la vida de una nación.
- Turno de Partidos: se apoyaba en el parlamentarismo inglés.
Cánovas del Castillo creía que el ejército debería volver a los cuarteles y que la inestabilidad política anterior había sido consecuencia de su exceso de intervencionismo. Cánovas puso en marcha el proyecto político que desembocaría en la Constitución de 1876.
La Constitución de 1876 buscaba incluir a la mayoría de los grupos políticos para terminar con la sucesión de constituciones que provocaban las alternancias en el poder. Este fin se consiguió siendo la Constitución de más larga duración de toda la historia española, hasta 1923. Era una síntesis de la Constitución de 1845 y 1869 y descansaba en un modelo unitario y centralista del Estado. Las características más importantes son las siguientes:
- Afirmación del principio de soberanía compartida.
- Derechos de reunión, asociación y petición.
- Declaración de la religión católica oficial del Estado.
- Sistema bicameral, Congreso y Senado.
- El rey tiene amplias atribuciones: iniciativa legislativa, sanciona las leyes.
- Modelo centralista del Estado.
El Turno de Partidos, el Caciquismo y el Fraude Electoral
Siguiendo el modelo británico, la vida política se establecía sobre dos partidos que aceptaban la legalidad constitucional:
Partido Liberal Conservador:
Recibió el nombre de Partido Conservador desde 1884. Asumía la herencia de moderados y unionistas. Se integraban en él la alta burguesía, aristocracia, alto funcionariado y clases dirigentes. Entre sus figuras destacaron: Cánovas del Castillo, Antonio Maura y Dato.
Partido Liberal Fusionista:
Recibió el nombre de Partido Liberal desde 1885. Asumía la herencia ideológica de progresistas y parte de demócratas con la defensa de derechos individuales y del sufragio universal. Destacaron figuras como Sagasta y Canalejas.
La práctica del turnismo bipartidista fue rasgo esencial del sistema político de la Restauración. El turno era una fórmula política que, gracias a la manipulación electoral, daba a ambos partidos la posibilidad de alternarse en el gobierno de forma pacífica. Las bases para conseguirlo estaban en la manipulación, la corrupción y el caciquismo.
Aunque el caciquismo era un fenómeno que ya existía anteriormente, se convertirá en el rasgo más característico del nuevo régimen político y el funcionamiento del sistema político se basará en esta práctica política. Con el nombre de cacique se denominaba a los individuos más poderosos e influyentes de cada localidad. La alternancia en el poder estaba pactada entre Cánovas y Sagasta y suponía que antes de celebrarse las elecciones ya se conocían los resultados.
- El Encasillado: era un método para “fabricar los resultados electorales”. Consistía en la elaboración de listas electorales por parte del ministro de Gobernación en las que figuraban los candidatos que el gobierno quería que fueran elegidos y donde cada casilla correspondía un distrito electoral.
- El “Pucherazo”: era un fraude electoral. Para lograr sus objetivos los caciques se valían de múltiples medios: añadir votos no emitidos si eran necesarios. Usaban además otros medios como amenaza de despido a obreros y campesinos, votos atribuidos a personas que ya habían fallecido…
2. La Oposición al Sistema
A. Catalanismo, Nacionalismo Vasco, Regionalismo Gallego
El nacimiento de los nacionalismos periféricos fue uno de los hechos políticos más significativos de finales del siglo XIX. El liberalismo intentó generar una conciencia de identidad nacional. Para ello los planes de estudio incluían como materia fundamental la historia de nuestro país. El sistema de la Restauración fue el reforzamiento del centralismo político y la primera muestra fue la abolición de los fueros de las provincias vascas en 1876, tras el final de la tercera guerra carlista.
A lo largo del siglo XIX aparecieron en España núcleos de intelectuales y grupos políticos. Estos movimientos regionalistas o nacionalistas reivindicaban su derecho a gobernarse con sus propias leyes e instituciones basándose en una identidad propia, que incluía un idioma, unas leyes y unas costumbres comunes. Se inicia primero en los aspectos culturales con reivindicación del idioma propio, éste es el caso de Cataluña donde se desarrolla la Renaixença catalana con Verdaguer o el Rexurdimento con Rosalía de Castro en Galicia.
Cataluña
Cataluña había contado con sus propias instituciones políticas, leyes e idioma hasta la llegada de los Borbones, tras la Guerra de Sucesión, a principios del siglo XVIII. Destaca la actividad de Prat de la Riba que participa en la fundación, en 1891, de la organización autonomista “Unió Catalanista” de ideas conservadoras.
En 1901 Prat crea la Lliga Regionalista de Catalunya. Era un partido burgués y regionalista que sirvió de elemento de cohesión de la sociedad catalana.
País Vasco
En el País Vasco el nacionalismo tuvo características distintas al catalán. La supresión de los Fueros en 1876 fue considerada como un ataque contra los vascos por parte del gobierno central. Se asiste a una radicalización exaltando la»pureza racial”, el idioma y las tradiciones de los vascos. Realiza una defensa de un País Vasco tradicionalmente agrario, contrario al fenómeno urbano y su industrialización. Su nacionalismo está impregnado de un fuerte catolicismo y de un sentimiento de rechazo hacia los inmigrantes que habían acudido al País Vasco para trabajar en las nacientes industrias vascas.
Las ideas más importantes eran las siguientes:
- Afirmación de la raza y la lengua vasca.
- Defensa de la tradición local y el mundo rural.
- Catolicismo.
- Antiespañolismo.
- Independencia de Euskadi.
- Antiliberalismo y antisocialismo.
Galicia
En Galicia el movimiento regionalista fue más cultural y lingüístico que político, buscando un modelo jurídico-político de descentralización designado con el término de autonomía. El regionalismo gallego y el nacionalismo surgen como una respuesta al atraso económico basado en una estructura económica de agricultura tradicional y en unas actividades mercantiles limitadas y dispersas geográficamente. Nace en un ámbito rural y fue apoyado por los intelectuales que escriben en la lengua gallega. Destacan como ideólogos Alfredo Brañas, de ideología conservadora y Manuel Martínez Murguía, de ideología progresista.
3. Éxitos Políticos: Estabilidad y Consolidación del Poder Civil
El reinado de Alfonso XII consigue poner fin a los problemas heredados del Sexenio.
A. Liquidación del Problema Carlista
En 1876 termina la 3ª Guerra Carlista y la victoria asentó aún más el gobierno de la Restauración. La tercera guerra civil del siglo XIX asimiló a los integrantes del bando perdedor sin hacer agravios pero provocó la abolición de los Fueros vascos en julio de 1876:
- Prestación del servicio militar y
- Pago de impuestos existentes en los demás territorios.
Los soldados carlistas que depusieron las armas pudieron incorporarse al ejército gubernamental con el mantenimiento de todos los grados y condecoraciones, pero pocos lo hicieron. El fin del gobierno foral en el País Vasco hizo que el gobierno de Cánovas del Castillo pactase el llamado Primer acuerdo económico vasco. Estos cambios políticos dieron lugar a un gran crecimiento económico e industrial del País Vasco, que se convirtió en una de las regiones más avanzadas e industralizadas del país. Por otra parte, la derrota y posterior supresión de los fueros aumentó el sentimiento fuerista vasco, dando lugar años después a la creación del Partido Nacionalista Vasco en 1895 por Sabino Arana.
Solución Temporal del Problema de Cuba
La revolución de 1868, iniciada con el Grito de Yara, (¡Viva Cuba libre!) de Céspedes, termina en 1878 con la firma de la Paz de Zanjón o Pacto de Zanjón. Se ponía fin a la “guerra larga”. Los gobiernos de la Restauración querían mantener la soberanía sobre Cuba y Filipinas, en vez de aportar soluciones políticas de carácter autonomista que favorecieran las demandas de la burguesía criolla. La paz solo aplazó el problema cubano. Desde 1878 los movimientos independentistas, liderados por José Martí, lograron cada vez mayor apoyo tanto de ciertos sectores cubanos como de Estados Unidos.
4. La Pérdida de las Últimas Colonias y la Crisis del 98
La Guerra de Cuba y con EE. UU. El Tratado de París
En noviembre de 1885 muere Alfonso XII, con 28 años de edad, creando una situación de riesgo para la continuidad del régimen. Su viuda María Cristina de Habsburgo actuará como Regente hasta la mayoría de edad de su hijo Alfonso en 1902. En estas circunstancias se llega a un acuerdo entre conservadores y liberales en 1885 con el llamado “Pacto de El Pardo”.
La presencia española en Cuba era muy importante para ciertos sectores nacionales con intereses económicos en la isla. Entre las causas del proceso independentista destacan tres:
La intransigencia de España que llevó a muchos cubanos al exilio. El sentimiento patriótico de la población autóctona que pedía libertad de comercio entre Cuba y los demás países americanos y Los intereses de EE.UU. en la zona y su cercanía geográfica. En CUBA estalla en 1895 una nueva insurrección armada que supone el definitivo proceso de independencia cubano con el denominado » Grito de Baire». Se produce tras un doble fracaso: El acuerdo establecido por MARTÍNEZ CAMPOS en el Convenio de Zanjón, 1878. No se consigue la aprobación por parte de las Cortes de un plan de reformas que les otorgaba una cierta autonomía, propuesto por el ministro de Ultramar ANTONIO MAURA dentro de un gobierno SAGASTA, Destacan las personalidades de ANTONIO MACEO y MÁXIMO GÓMEZ, como jefes militares, y JOSÉ MARTÍ, como jefe político. En Cuba el ejército español está dirigido primero por MARTÍNEZ CAMPOS, hasta 1896 y después, por WEYLER, hasta 1897. Tras la muerte, de CÁNOVAS en 1897 le sustituye un gobierno liberal con SAGASTA.
El 15 de febrero de 1898 tiene lugar la explosión del crucero norteamericano «MAINE. La opinión norteamericana culpa a los españoles. En España los políticos, la prensa y las masas eran partidarias, en su mayoría, de defender a toda costa la unión de Cuba. El 3 de julio de 1898 la mayor parte de la escuadra española, mandada por CERVERA, es hundida en la bahía de Santiago de Cuba. En 1896, surge también el movimiento independentista en FILIPINAS, dirigido por JOSÉ RIZAL. La inferioridad de las fuerzas militares españolas era evidente y el 1 de mayo de 1898, España sufría la derrota de Cavite en Filipinas. El desenlace en ambos escenarios fue rápido en contra de España que tiene que aceptar el TRATADO DE PARÍS, (10-XII-1898 ), Todo ello provoca la caída de Sagasta y su sustitución por el conservador SILVELA.