Bases de la Restauración Borbónica
La Revolución de 1868 no consiguió instaurar una forma estable de monarquía ni solucionó ningún problema social. Así comenzó la Restauración, entendida como el restablecimiento de la dinastía borbónica, es decir, la vuelta al moderantismo liberal.
Retorno de la Dinastía Borbónica
El 1 de diciembre, el príncipe Alfonso dirigió un manifiesto a la nación, redactado por Cánovas, donde exponía que la solución para España era el restablecimiento de la monarquía tradicional. El general Martínez Campos proclamó a Alfonso XII como rey de España. Cánovas apelaba a la burguesía para que de nuevo sostuviera el trono de Alfonso XII, y así se inició la Restauración.
El Régimen Canovista: Características y Apoyos
Régimen oligárquico que defendía los intereses de grupos como los latifundistas, la burguesía, etc. Contaba con el apoyo de la Iglesia y también con la alta oficialidad del Ejército.
Primeras Medidas de Cánovas del Castillo
Cánovas encabezó el Gobierno formado tras el golpe de Martínez Campos. Las primeras medidas consistieron en lograr el apoyo de la Iglesia, suspender los periódicos de la oposición, establecer una nueva policía y tribunales especiales para los delitos de imprenta, y conseguir un ejército amigo, depurando al funcionariado.
El Proceso Constituyente
Cánovas lo prepara todo. La monarquía es intocable y las primeras elecciones son amañadas para que los resultados fueran favorables al partido de Cánovas: el Partido Liberal Conservador.
La Constitución de 1876
Esta constitución establece que la potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el rey. Está formada por 89 artículos donde se establece una imperfecta división de poderes, se otorga al monarca la facultad de nombrar al jefe de Gobierno, se reconocen vagamente las libertades políticas básicas, se establece un Parlamento bicameral y un Senado formado por senadores por derecho propio y vitalicios. Determinaba un estado confesional, aunque permitía el ejercicio privado de otras religiones. Fue promulgada en 1876 y duró hasta 1931.
El Sistema Político Canovista
Una vez aprobada la Constitución, siguió su andadura el sistema canovista, sustentado sobre dos pilares: soberanía compartida y las Cortes. La ley electoral de 1878 restableció el sufragio censitario. Con arreglo a estos principios, Cánovas convocó al nuevo partido Liberal-Fusionista, formado por progresistas y demócratas.
Centralismo y Control Ideológico
El centralismo, con eje en Madrid, se hizo patente en la reorganización de las diputaciones provinciales y los ayuntamientos. En las ciudades con más de 30000 habitantes, los alcaldes serían nombrados por el rey, lo que equivalía a ser designados por el gobierno. Se restringió la libertad de prensa.
Corrupción Electoral
Era una fórmula que, gracias a la manipulación electoral, daba a los partidos la posibilidad de alternarse en el gobierno. Así, se pactaba la falsificación permanente, que implicaba estar de acuerdo, además de con la corona y la constitución, con unos planteamientos económicos y sociales, esto con la defensa del sistema de producción capitalista y la propiedad privada. El sistema quedaba asegurado por el liderazgo de los dos partidos y por el control del poder local mediante la práctica caciquil, falseando la voluntad nacional.
El Caciquismo
Fue un hecho sociopolítico que se manifestó en España, que consistía en el control del poder en determinadas zonas por personas de gran influencia y prestigio social. Era un residuo de las antiguas relaciones señoriales. Estos caciques eran miembros de una élite local o comarcal caracterizada por su arraigo en un medio geográfico, económico y social en esa sociedad cerrada.
La Evolución del Régimen
En 1885, murió Alfonso XII, con lo que se creó una situación de riesgo para la continuidad del régimen. Sagasta llegó a un acuerdo con Cánovas para garantizar la alternancia y el turno de partidos, que se plasmó en el llamado Pacto de El Pardo. Comenzó el periodo de la regencia de María Cristina de Habsburgo, que duraría hasta 1902, donde accedió al trono con 17 años el hijo de Alfonso XII.
Sagasta formó Gobierno en varias ocasiones, hasta su retirada en 1901, y se hicieron varias leyes como la ley de libertad de reunión y expresión, la ley de prensa, la ley de libertad sindical y una de las más importantes: la introducción del sufragio universal masculino.
La Oposición al Sistema
Los carlistas, que aceptaban el régimen de monarquía pero no aceptaban la dinastía, estaban vencidos militarmente, y también los partidos republicanos. El gobierno de Sagasta devolvió la legalidad a los partidos de la oposición carlista y republicana, y permitió que volvieran a salir a la calle algunos de sus periódicos suprimidos.
Los Republicanos
El republicano histórico seguía a Castelar y los federales, que eran los mejor organizados y los más numerosos. Los republicanos progresistas-demócratas, dirigidos por Ruiz Zorrilla, pretendían el cambio del régimen establecido por medio de las acciones subversivas. Entre 1875 y 1890 fueron elegidos algunos diputados republicanos. El ejemplo líder fue Castelar.
El Movimiento Obrero
Se encuentran dos grupos dentro del movimiento: los anarquistas y los socialistas.
Los anarquistas andaluces se agruparon en sociedades secretas y decidieron actuar como grupos subversivos. Así surgió la mítica Mano Negra, de la que se decía que era una especie de organización secreta y a la que se atribuyó algunos asesinatos, aunque no hubo pruebas que respaldaran esta acusación, lo que sirvió al poder conservador para acentuar la dura represión sobre los sindicatos agrarios, con el encarcelamiento de cientos de personas en Jerez, Sevilla y Cádiz.
La otra tendencia del movimiento obrero, la socialista, se limitaba en 1874 a unos reducidos núcleos de seguidores de las ideas de Marx, para quienes la Asociación del Arte de Imprimir, convertida en sociedad de resistencia al entrar en la clandestinidad, servía de refugio.
Pablo Iglesias fue llamado a presidir la Asociación, que contaba con cerca de 250 miembros. Este fue convenciendo a sus compañeros de la necesidad de pasar a la acción y formar un partido, hasta que, con ocasión de un banquete, decidieron constituir el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Además, crearon una comisión encargada de redactar el programa y el reglamento. Su aire era netamente marxista y resaltaba la necesidad de la participación política de la clase trabajadora, de la formación de un partido obrero capaz de enfrentarse con el régimen político y con el sistema económico vigente.
El Partido Socialista buscaba crear una organización capaz de proceder de forma coordinada contra el capital. Y el resultado fue la fundación de la Unión General de Trabajadores (UGT).
En 1910, en el reinado de Alfonso XIII, los republicanos y socialistas se unen para tener más fuerza.
Los Nacionalismos
Además de los grupos políticos que se opusieron al poder, surgieron los primeros nacionalismos en España, sobre todo el catalán y el vasco, que no estaban para nada de acuerdo con el centralismo político llevado a cabo por los partidos dinásticos.
Este nacionalismo comenzó como una petición burguesa, simplemente cultural e incluso económica, pero poco a poco estas exigencias empezaron a tomar carácter político, exigiendo independencia.