La Restauración Borbónica en España: Sistema Canovista y Auge de los Nacionalismos

1. El Sistema Canovista

1.1 Primeras Medidas del Régimen

Tras el Golpe de Estado de Pavía y la disolución de las Cortes de 1874, se estableció un gobierno provisional. En teoría, la Segunda República, pero en la práctica fue una dictadura del general Serrano. Las oposiciones republicanas fueron anuladas y las organizaciones obreras, prohibidas. Sin embargo, la posición de Serrano se debilitó y comenzó el apoyo a Alfonso. El 1 de diciembre de 1974, el Príncipe Alfonso, con 17 años, firmó el Manifiesto de Sandhurst, en el que, siguiendo a Cánovas, garantizaba una monarquía constitucional y democrática, además de aceptar los avances del Sexenio. Los generales monárquicos Martínez Campos y Jovellar se adelantaron a Cánovas y se pronunciaron a favor de la monarquía. El 29 de diciembre proclamaron rey a Alfonso. Las primeras medidas estaban destinadas a restablecer la autoridad de la corona. Para ello, Cánovas nombró nuevos gobernantes y alcaldes, instauró la censura y cerró periódicos republicanos. Más tarde, el ejército puso fin a dos conflictos: en 1876 se firmó la rendición carlista.

1.2 Constitución de 1876

Era un texto flexible cuyo objetivo era permitir gobernar de manera estable a los partidos con una política conservadora. Se amplía la declaración de derechos y deberes. En los poderes del Estado, las leyes se crean en las Cortes con el Rey. Las Cortes son bicamerales. El poder ejecutivo lo ejercen los ministros, y el Rey elige al jefe de gobierno. Por último, se permiten otros cultos, siempre que no se manifiesten públicamente.

1.3 Fundamentos Políticos del Sistema Canovista

Cánovas fue la figura clave de la Restauración. Su primer objetivo fue asentar la monarquía, ya que, para él, junto con las Cortes, eran los pilares de la Historia de España. En segundo lugar, el sistema debía acoger a todos los partidos burgueses, con la condición de aceptar la monarquía. El ejército debía volver a los cuarteles y garantizar el orden social. El modelo ideal para Cánovas era el británico, en el cual existían dos grandes partidos que aceptaban turnarse en el poder.

1.4 Caciquismo y Corrupción Electoral

El modelo teórico no se correspondió con la práctica, ya que el funcionamiento constitucional fue adulterado por sus defensores. Cuando los líderes políticos consideraban necesario un cambio en el poder, se sugería a la Corona el nombramiento de un nuevo presidente. Este convocaba unas elecciones. Entonces, actuaban los ministros, quienes daban votos a los adversarios, y a continuación se pasaba al falseamiento mediante el caciquismo. Debido al analfabetismo, hacer esto posible era sencillo. El régimen, en general, fue conservador, ya que la Corona había sido restablecida por los conservadores, hombres de negocios y mandos militares. Tuvo respaldo amplio, pero cuando se empezó a saber que, aunque votaran, iban a hacer lo que quisieran, dejó de tener apoyo.

1.5 Práctica Política hasta 1885

Hasta 1881 gobernó el Partido Conservador, dirigido por Cánovas. Tras la aprobación de la Constitución, se mantuvo la política represiva, con cierre de periódicos, recorte de las libertades de reunión y la prohibición de las asociaciones obreras. En mayo de 1880 se fundó el Partido Fusionista, que pasó a llamarse Partido Liberal, liderado por Sagasta.

1.6 Regencia de María Cristina

En 1885 murió Alfonso XII y quedó como regente su esposa, María Cristina. La necesidad de garantizar la estabilidad del régimen durante la regencia llevó a los líderes Sagasta y Cánovas a ayudar a la regente. Entre 1885 y 1890 gobernó el Partido Liberal. Se amplió la libertad de expresión y, en 1890, se creó una nueva ley electoral que estableció el sufragio universal masculino. Hasta 1895, con el estallido de la insurrección en Cuba, ambos partidos fueron alternándose.

2. Nacionalismos

2.1 Republicanismo

Durante la Restauración, el movimiento republicano experimentó un fuerte retroceso y se limitó a actuar en las elecciones, de las que sacaban pocos votos. Sus posibilidades de éxito eran muy pequeñas, y ya no tenían el respaldo del movimiento obrero y la burguesía. En la década de los 90 mejoraron su situación con la implantación del sufragio universal.

2.2 Nacionalismos y Regionalismo

Después de la Restauración, el republicanismo y el carlismo estaban debilitados. Entonces, surgieron movimientos que reivindicaban los derechos históricos. El regionalista fue el más fuerte y surgió en Cataluña y el País Vasco. En Cataluña surgió de la mano de Prat de la Riba y Valentí Almirall. En 1892, los grupos liderados por ambos se fusionaron en la Unió Catalanista. Este movimiento no luchaba contra el Estado español, sino que proponía para cada región un régimen de autogobierno, con instituciones propias. En el País Vasco surgió en 1895 con el PNV, fundado por Sabino Arana, y tenía planteamientos radicales.

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