1) La Restauración Borbónica: Teoría y Práctica del Sistema Canovista
Tras el agitado Sexenio Democrático, la monarquía de los Borbones quedó restaurada en la persona del joven Alfonso XII, hijo de Isabel II. El artífice de ello fue Cánovas del Castillo, quien articuló un sistema conocido con el nombre de restauración.
1.1 Proclamación de Alfonso XII como Rey de España
La inestabilidad de los años anteriores propició que en diversos sectores sociales y políticos tomase cuerpo la idea de restablecer la monarquía borbónica. Su restablecimiento fue el resultado de una doble acción: una civil, impulsada por Cánovas, que deseaba el retorno de la monarquía al margen de la intervención del ejército, y otra militar, liderada por el General Martínez Campos. El 1 de diciembre de 1874, el príncipe Alfonso confirmó en la Academia Militar donde se estaba formando el manifiesto de Sandhurst, en el que proclamó su intención de convertirse en el Rey de España. Esto solo fue posible por la labor propagandística efectuada por Cánovas y los alfonsinos, respaldada por la nobleza, amplios sectores del Ejército, la burguesía industrial, los terratenientes y buena parte de las clases medias urbanas. Sin embargo, la acción militar del general Martínez Campos precipitó los acontecimientos al proclamar en Sagunto, el 29 de diciembre de ese mismo año, al príncipe Alfonso como rey de España. La monarquía era restaurada mediante un golpe militar en contra de los deseos de Cánovas. En enero de 1875, el nuevo rey entraba triunfalmente en Madrid y un nuevo gobierno, presidido por Cánovas, convocó elecciones a Cortes Constituyentes mediante sufragio universal masculino.
1.2 Teoría del Sistema Canovista
Se planteó un doble objetivo: articular un sistema político estable basado en el bipartidismo. Para ello, contó con la inestimable colaboración de Praxedes Mateo Sagasta, que aceptó participar en el nuevo régimen al frente del Partido Liberal, junto con antiguos progresistas.
1.2.1 Principios Doctrinales del Régimen de la Restauración
Los principios doctrinales: la restauración no consistía solo en el regreso al trono de los Borbones, también suponía superar la inestabilidad política anterior. Era necesario realizar una síntesis entre el legado de la historia, es decir, tradiciones y lo nuevo. La constitución interna estaba integrada por unos principios políticos esenciales o verdades madre: la monarquía borbónica, la libertad, la propiedad y el gobierno conjunto del Rey y las Cortes. En opinión de Cánovas, estos principios no eran discutibles, ya que formaban parte del carácter español. En la política debía prevalecer el sentido realista y pragmático; la política es el arte de lo posible, es decir, de adaptarse a las circunstancias. Era necesario buscar acuerdos y establecer un pacto frente a las fuerzas políticas para posibilitar la convivencia.
- Abajo la monarquía parlamentaria
- El carácter civil del régimen frente al intervencionismo militar: el régimen de la Restauración alejó de la vida política al estamento militar y dio mayor protagonismo a las Cortes y a los partidos políticos dinásticos.
1.2.2 Constitución de 1876
Son una pieza clave del régimen por las Cortes Constituyentes elegidas por sufragio universal masculino, según lo previsto por la anterior Constitución de 1869, constituida por 89 artículos. Principales características:
- Supone un equilibrio entre la Constitución moderada de 1845, con la que guarda muchas similitudes, y la democrática de 1869, de la que toma algunos principios progresistas.
- Es moderada y flexible, inspirada en el liberalismo doctrinario o moderado.
- La soberanía está compartida entre el Rey y las Cortes.
- La corona posee un carácter moderador y amplios poderes, como derecho de veto, convocatoria y disolución de las Cortes.
- No define el tipo de sufragio, por lo que la posterior ley electoral de 1878 estableció el voto censitario. Habrá que esperar a 1890 para el establecimiento del sufragio universal masculino.
- Confesionalidad católica del Estado, aunque se permitía el culto de otras religiones en el ámbito privado.
1.3 Funcionamiento del Sistema Canovista: La Alternancia de Partidos
1.3.1 La Alternancia Pacífica
Desde 1876 a 1881, Cánovas del Castillo presidió los sucesivos gobiernos de la monarquía. Desde la última fecha hasta 1899, se mantuvo de manera ininterrumpida el sistema de alternancia pacífica. En 1885, falleció inesperadamente Alfonso XII, lo que acentuó aún más el compromiso de liberales y conservadores para mantener el turno de ambos partidos y apoyar a la regente María Cristina.
1.3.2 Caciquismo y Fraude Electoral en España y Andalucía
Se entiende por caciquismo la adulteración de la política por los grupos oligárquicos y las personalidades locales en beneficio de intereses partidistas o particulares. La oligarquía, en estrecha unión con la burguesía y los terratenientes, controló los procesos electorales, provocando un desfase entre la España oficial de los partidos y las Cortes y la España real de la calle. Fue algo característico del sistema canovista. De este modo, los medios para la alternancia política consistieron en acuerdos con los gobernadores civiles y caciques. El caciquismo se dio en toda España, pero especialmente en las áreas rurales y en Andalucía, donde la influencia de los terratenientes era mayor. El cacique era un intermediador perpetuo entre el Estado y la sociedad tradicional y cerrada que representaba. Romero Robledo, ministro de Gobernación con Cánovas, manipuló los procesos electorales de acuerdo con los caciques territoriales. Se trataba, en definitiva, del control de los resultados electorales por parte de personalidades influyentes a cambio de favores. Esto dio lugar a una farsa electoral y a un sistema de poder que proporcionaba la arbitrariedad, contaminando todos los ámbitos de la sociedad española.
2) La Oposición al Sistema
El sistema canovista fue incapaz de dar respuesta a amplios sectores de la sociedad española que no tenían derecho a participar en la vida política o que se veían sin posibilidades de articular una alternativa por el predominio de los dos partidos dinásticos.
2.1 El Republicanismo
Dividido entre varias tendencias (posibilistas de Castelar, progresistas de Ruiz Zorrilla, centralistas de Salmerón, federalistas de Pi i Margall).
2.2 El Carlismo
Defensores del tradicionalismo católico y de los fueros, los carlistas constituyeron una fuerza cada vez más residual que decidió renunciar a las armas tras su derrota en la tercera guerra carlista (1876).
2.3 Los Nacionalismos y Regionalismos Periféricos
Aparecieron sentimientos identitarios en determinadas áreas de España que plantearon una concepción más pluralista:
- 1. En Cataluña: movimiento cultural de la Renaixença. Jacinto Verdaguer reivindicó la lengua y la cultura catalana. El catalanismo, asumido por la burguesía, adquirió un carácter político. Comte de Riba fundó la Unió Catalanista, auténtico proyecto autonomista para Cataluña, inspirado en las instituciones y los usos anteriores al centralismo impuesto en 1714.
- 2. En el País Vasco: fueron suprimidos por Cánovas del Castillo en 1876. Las primeras manifestaciones fueron de tipo cultural. Su principal representante fue Sabino Arana, quien en horas, Vizcaya, mostró posiciones racistas. En 1895 fundó el Partido Nacionalista Vasco. El nacionalismo modeló su radicalismo incluyente inicial y creó un sindicato y diarios nacionalistas como ‘El Berry’.
2.4 El Movimiento Obrero
El socialismo marxista arraigó en 1879 con la creación del Partido Socialista Obrero por Pablo Iglesias, la aparición del semanario ‘El Socialista’ (1886) y la fundación en 1888 del sindicato Unión General de Trabajadores. La fundación de casas de pueblo contribuyó a la extensión del ideario socialista. Se decidió participar en convocatorias electorales y presentaron en una alianza con los republicanos, lo que posibilitó que en 1900 Pablo Iglesias lograra un acta de diputado a las Cortes. El anarquismo, de origen en 1881, a la Federación de Trabajadores de la Región Española, defendía la huelga general y posturas radicales para establecer el comunismo libertario y destruir el Estado. La represión por parte de las autoridades, visible en los sucesos de la Mano Negra, llevó a un sector del anarquismo a practicar la violencia, como atentados contra representantes del Estado. Entre los más sonados se encuentran el asesinato de Cánovas y el atentado contra el cortejo nupcial de Alfonso XIII. El anarquismo fomentó también el sindicato revolucionario que se concretó en la fundación de la Confederación Nacional del Trabajo en 1910.
3) La Pérdida de las Colonias y la Crisis del 98
En 1898, España perdió las últimas colonias de ultramar: Cuba, Puerto Rico y Filipinas, como resultado de los deseos independentistas de sus pueblos, la política imperialista de Estados Unidos y el incumplimiento de las promesas españolas dadas en la paz de Zanjón.
3.1 La Guerra de Cuba y Filipinas. El Tratado de París
En 1895, en un nuevo alzamiento denominado Grito de Baire, liderado por Máximo Gómez, Antonio Maceo y José Martí, España recurrió a la fuerza militar y sustituyó al General Martínez Campos por el general Weyler, por lo que la guerra adquirió una gran dureza. Levantaron numerosas críticas, en particular en la prensa de Estados Unidos, cuyo presidente McKinley, siguiendo la doctrina Monroe, se mostraba inclinado a intervenir en el conflicto. En este momento, la tensión entre el gobierno norteamericano y el español aumentó, cuando presentó una nota de protesta en la que exigía la pacificación de Cuba, amenazando con intervención militar. En un intento por evitar el conflicto, Sagasta sustituyó a Weyler por el general Blanco y enunció la concesión de autonomía a la isla, pero esta propuesta llegaba demasiado tarde.
En un clima de creciente tensión entre EEUU y España, el acorazado norteamericano Maine, que se encontraba fondeando en La Habana, explotó de forma inesperada el 15 de febrero de 1898. Se culpó a los españoles de su hundimiento. El gobierno norteamericano presentó un ultimátum al español, lo que dio lugar a la declaración de guerra por parte de los Estados Unidos.
El conflicto se desarrolló en el Pacífico y el Caribe, a miles de kilómetros de España y sin medios suficientes para tener éxito.
- En el Pacífico: la anticuada escuadra española del almirante Montojo fue destruida en Cavite por la norteamericana. La consecuencia inmediata fue la generación de levantamiento filipino y la retirada española hacia Manila.
- En el Caribe: la escuadra española del almirante Cervera, enviada desde España, fue fácilmente aniquilada por la escuadra del almirante Sampson en la llamada Batalla Naval de Santiago de Cuba. La resistencia española resultó inútil y, unos días después, capitularon Santiago y La Habana.
Ante estos hechos, el Gobierno español tuvo que aceptar en diciembre el Tratado de París, que constituía un conjunto de exigencias norteamericanas. España renunciaba a Cuba, que se convertía en un país independiente, pero fuertemente mediatizado por los Estados Unidos. A esta potencia se le cedieron Puerto Rico, Filipinas y la isla de Guam. España perdió los últimos restos de su imperio colonial (solo se mantuvieron algunas posiciones en África), vendiendo a Alemania Palaos, las Islas Marianas y las Islas Carolinas.
3.2 Las Recuperaciones Internas. El Regeneracionismo
La pérdida de las colonias provocó un intenso debate sobre la responsabilidad de la guerra y un revisionismo político que se tradujo en una crisis política y moral.
- Las repercusiones económicas: fueron poco importantes; muchos empresarios que operaban en Cuba se trasladaron a España.
- Las consecuencias políticas: se tradujeron en el desprestigio del sistema político. Sagasta hubo de dimitir como presidente del Gobierno y el Partido Liberal recibió severas críticas, al igual que el régimen canovista. Ello propició la aparición de ideas regeneracionistas y el fortalecimiento de los movimientos nacionalistas.
- Las repercusiones morales e ideológicas: España pasó de golpe a convertirse en una potencia secundaria. En la sociedad española se extendió el convencimiento de estar en manos de políticos corruptos e incompetentes. La irrupción en la vida política de los grupos sociales no integrados en los partidos dinásticos alcanzó duras críticas contra el sistema político. La Generación del 98 planteó un proceso de reflexión sobre los males de España y cómo solucionarlos.
En este clima se desarrolló un movimiento intelectual y político conocido como regeneracionismo, que debatió las causas de la decadencia de España y los medios para superarla. Surgió en relación con el ambiente renovador de la Institución Libre de Enseñanza, propuso regenerar España. Entre sus figuras principales sobresalen: Macías Picavea y Joaquín Costa, quienes propugnaban olvidar las glorias pasadas, mejorar la explotación del campo y la educación, y un cambio del sistema político para atajar los males del país. El regeneracionismo propuso una profunda reforma de todas las estructuras del país: las políticas, acabando con el caciquismo y la oligarquía; las económicas, desarrollando una amplia política hidrográfica y modernizando la agricultura; y las sociales, utilizando la educación para combatir el atraso cultural. Algunos planteamientos regeneracionistas calaron en los partidos gobernantes, y bajo la monarquía de Alfonso XIII trataron en los siguientes años de emprender alguna reforma.
4) Logros Políticos: Estabilidad Política, Fin del Problema Carlista y la Cuestión de Cuba
Los primeros años de la restauración estuvieron marcados por los gobiernos de Cánovas del Castillo, quien hizo frente a la tercera guerra carlista y a la pacificación de Cuba. Aprovechando la Revolución de 1868, los carlistas se habían alzado en armas en torno al pretendiente al trono Carlos XII, hasta que finalmente el ejército pacificó la situación. Consecuencia directa de ello fue la abolición de los Fueros vascos. En cuanto a Cuba, en 1878 se llegó a la paz de Zanjón, por la que se preveía la abolición de la esclavitud en la isla. En 1881, el partido de Sagasta accedió al poder por primera vez. Sagasta impulsó una importante obra legislativa y reformadora, que incluyó la abolición de la esclavitud en Cuba, la aplicación de la libertad de prensa y el establecimiento en 1890 del sufragio universal masculino. La muerte del rey Alfonso XII hizo necesaria la colaboración de los dos partidos para respaldar en el trono a María Cristina de Habsburgo-Lorena.