La Restauración en España
Con el pronunciamiento del general Martínez Campos en Sagunto, en 1874, se estableció la monarquía borbónica en España con Alfonso XII. Da así comienzo la Restauración. Se consiguió asentar un sistema político liberal con el apoyo del ejército, la Iglesia, la aristocracia y la alta burguesía, al mismo tiempo que marginaba a los republicanos que no estaban dispuestos a aceptar la monarquía y las reglas impuestas. El proceso que conduce a la restauración de la monarquía está basado en el turno de partidos (conservador y liberal) ideado por Antonio Cánovas del Castillo, su labor fue fácil ya que había una inestabilidad del periodo anterior. Es una etapa de estabilidad política, pero con defectos, ya que se basa en el fraude electoral y deja a la mayoría de la población al margen del sistema político.
Desarrollo
La monarquía se restablece con el golpe del general Pavía en enero de 1874, la República parlamentaria muere y Serrano inicia un gobierno de corte dictatorial. En diciembre de 1874, el príncipe Alfonso firma y dirige a la nación el Manifiesto de Sandhurst, redactado por Cánovas del Castillo. En él la monarquía se presenta como la única capaz de asegurar el orden, la prosperidad y la libertad, define al futuro rey como liberal y católico y se compromete a respetar un nuevo marco constitucional. Cánovas del Castillo pretendía una vuelta pacífica de la monarquía. Sin embargo, el pronunciamiento de Martínez Campos en diciembre de 1874, que tuvo lugar en Sagunto, apoyado por la mayor parte del ejército, dará el trono a Alfonso XII.
Serrano abandonará el poder, que quedará en manos de una regencia civil presidida por Cánovas del Castillo, hasta la llegada de Alfonso XII. Los Borbones volvían al trono, comenzando así la Restauración. El sistema político de la Restauración será obra de Antonio Cánovas del Castillo, líder del partido conservador y asumirá sus bases ideológicas. Se decide el establecimiento de un sistema bipartidista sobre el respeto a la Constitución y la monarquía, se limitan las libertades y la política pasa al poder civil. El primer gobierno de Cánovas anula las reformas del sexenio democrático y pone nuevas bases con una nueva constitución. También puso fin a la tercera guerra carlista y a la insurrección cubana. Por ello, Alfonso XII recibió el sobrenombre de “el Pacificador”.
La Constitución de 1876 y el sistema canovista
El sistema político de la Restauración se basó en la Constitución de 1876, que fue aprobada el 24 de mayo y se mantuvo vigente hasta 1931 (excepto durante la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930). Se establece la soberanía compartida por el rey, las Cortes y una división de poderes no muy clara. La monarquía es parlamentaria y el rey mantenía amplios poderes: es el jefe del ejército, sanciona y promulga leyes, nombra a los ministros, tiene derecho de veto y a él corresponde declarar la guerra y firmar la paz. Las Cortes son bicamerales (Congreso y Senado) y el sufragio será establecido por el partido en el poder. Hay una pequeña declaración de derechos, una administración central y se establece la confesionalidad católica del Estado, aunque se admite el libre culto, así la Iglesia vuelve a tener protagonismo en la sociedad.
Se establecieron una serie de leyes que complementarán el sistema de la Restauración como la Ley de Imprenta, a partir de la que se crean tribunales que juzgaban delitos relacionados con la libertad de expresión, o la Ley de Reunión, bastante retractiva. Se aprueba la ley electoral que establece de nuevo el sufragio censitario masculino en España, con el que solo el 5% de españoles tenían derecho a voto. Los grandes pilares del sistema canovista serán:
- La Corona: el rey comparte soberanía con las Cortes y tiene amplios poderes.
- Las Cortes: son bicamerales, tienen poderes restringidos y se basan en la alternancia de dos partidos que se turnan para tener el poder.
- El predominio civil en la política: aparta al ejército de la política por una amplia autonomía jurisdiccional.
- El conservadurismo político, social y económico: se basa en la defensa de la monarquía, la unidad del país, el orden social, la defensa de la propiedad privada, el catolicismo y los valores tradicionales.
El turno de partidos
Respecto a los partidos políticos con Cánovas del Castillo, se crea un sistema similar al británico en el que dos partidos se turnarán en el poder. Se trata de partidos construidos sobre una red de personas de gran influencia local, provincial o estatal, no existían grandes diferencias ideológicas entre ambos.
- El Partido Conservador fue fundado y liderado por Cánovas del Castillo.
- El Partido Liberal Fusionista fue fundado y liderado por Práxedes Mateo Sagasta.
Con la muerte de Alfonso XII en 1885, su mujer se hará cargo de la regencia hasta la mayoría de edad del futuro Alfonso XIII. En el llamado Pacto del Pardo, reunión mantenida entre ambos líderes de los partidos, se comprometen a mantener el sistema.
Este sistema estaba reflejado en el turno pacífico que tenía su base en el control y la manipulación del voto. Este turno era arbitrado por el rey del siguiente modo: una vez decidido quién debía ser el nuevo presidente del país, el monarca disolvía las Cortes y convocaba elecciones. Para ellos se contaba con tres poderosos instrumentos: el Ministerio de la Gobernación, el caciquismo y el pucherazo. El ministro de la Gobernación controlaba qué escaños debían tener cada partido. El caciquismo permitía la manipulación política gracias a la relación de dependencia, ya que el cacique era una persona de gran influencia política y obtenía beneficios para sí mismo. Cuando había elecciones, movilizaban a sus clientes y amigos para obtener los mayores votos para asegurar la victoria del candidato con los números previstos. Se hacía a través de la coacción, la presión, la compra de votos o el fraude electoral.
El pucherazo consistía en la manipulación electoral que permitía que el candidato elegido por el rey contara con el apoyo popular preciso. El caciquismo era más frecuente y eficaz en las áreas rurales, donde el cacique representaba un poder cercano y de respeto, mientras que en las ciudades, donde la opinión pública era más difícil de controlar, no tuvo tanto éxito.
Conclusión
El sistema canovista funcionó hasta principios del siglo XX, habiendo una estabilidad política y un progreso económico. Pero, será incapaz de solucionar los problemas reales de España, de abandonar la corrupción electoral, así como de integrar al resto de fuerzas políticas. La oposición política irá creciendo a lo largo de los años. La crisis de 1898 con la pérdida de Cuba y Filipinas, abrirá una crisis social y favorecerá la aparición de los movimientos que criticaron el sistema de la Restauración, como la Generación del 98.