El régimen político de la Restauración y sus fundamentos sociales
Entre 1874 y 1923, la historia de España está marcada por el deseo de estabilidad, que se consigue con la restauración borbónica y la consolidación del sistema canovista. Sin embargo, cualquier intento de comprender el retorno de la dinastía de los Borbones exige tener en cuenta varios factores.
Ante esta difícil situación, Cánovas preparaba el regreso de don Alfonso con gran prudencia. Pero los acontecimientos se precipitaron porque el general Martínez Campos proclamó rey a Alfonso XII en diciembre de 1874 tras el pronunciamiento de Sagunto.
El nuevo monarca fue aclamado por todos, por su juventud, comprensión e inteligencia, pronto se ganó la simpatía popular de la clase política.
En la evolución de la Restauración cabe distinguir tres fases:
- 1874-1885: Cuando se produce la muerte de Alfonso XII.
- 1885-1902: Regencia de María Cristina.
- 1902-1923: Mayoría de edad de Alfonso XIII. En esta etapa se produce un progresivo desmoronamiento del sistema canovista.
El sistema político de la Restauración fue ideado y ejecutado por Antonio Cánovas del Castillo, que inició el proceso constitucional convocando una asamblea en la que creó la Constitución de 1876.
Posteriormente, Cánovas se consagró a configurar su propio partido, el Liberal Conservador (apoyado por las clases altas) y, al contrario, el Partido Liberal (sostenido por la burguesía industrial y las clases medias urbanas). Al frente de este último partido se encontraba Sagasta.
Para gobernar en el sistema canovista se necesitaba una doble confianza: la de las Cortes y la de la Corona.
Entre los principales logros del canovismo cabe destacar la reconciliación entre la Iglesia y el Estado, el reencuentro por parte del Ejército y el Trono, el fin de las Guerras Carlistas y la pacificación de Cuba tras el convenio de Zanjón (1878).
La Crisis del 98: Causas y Consecuencias
Históricamente, la crisis del 98 es considerada como el comienzo del declive del sistema canovista.
Cánovas, reconociendo las limitaciones de España, adoptó una política exterior prudente. Sin embargo, hacia 1895 estallaron insurrecciones independentistas en Cuba y Filipinas. Las causas que produjeron semejante conflicto son las siguientes:
- El incumplimiento del pacto de Zanjón (1878). Cuba requería autonomía para la isla, así como mayor representación en el gobierno español.
- Incapacidad española para abastecer a la colonia de productos manufacturados y para dar salida a la producción de azúcar.
- Significativo aumento de un sentir patriótico urbano alentado por EE. UU., que tenía sus propios intereses en la isla (económicos con las minas y las plantaciones; estratégico para controlar el Caribe).
Como consecuencia de la pérdida y destrucción del imperio español, el país queda sumido en una profunda depresión que trajo numerosas repercusiones:
- Se vive la derrota como un trauma nacional, extendiéndose los sentimientos de inferioridad, desmoralización e impotencia.
- En el plano exterior, el 98 tuvo como consecuencia la liquidación de los restos del imperio colonial ultramarino español con la venta de los archipiélagos del Pacífico a Alemania.
- El desastre influyó en el desarrollo del “Regeneracionismo”, así como en las amargas y pesimistas reflexiones de los autores de la generación del 98.
Como síntesis final, es importante tener en cuenta que la “Crisis del 98” jugó un papel muy importante en la España de la Restauración.
La Crisis final de la Restauración: Impacto de la I Guerra Mundial y el agotamiento del sistema político
Al comenzar, en 1902, el reinado de Alfonso XIII, la sociedad española se encontraba conmocionada por la crisis del 98 y el sistema político de la Restauración había entrado en una profunda crisis. Surge así el Regeneracionismo, corriente cultural que promulgaba la idea de cambio y modernización del país.
El sistema canovista comenzó un deterioro marcado por la inestabilidad política y por la fragmentación de los partidos liberal y conservador (carencia de un líder).
La guerra de Marruecos
Tras la pérdida de las colonias americanas, España inicia un acercamiento colonialista a Marruecos por intereses económicos, de prestigio y dada la influencia francesa en la zona.
Tras 1912, Marruecos quedó dividido en dos protectorados, adjudicándose España la zona norte, más pobre y reducida. Produciéndose más tarde una guerra por la independencia de la zona, con rechazo social.
Cuestión Constitucional
Se consideraba obsoleta la Constitución de 1876, que no integraba a republicanos y nacionalistas, y daba pie al caciquismo y la falsedad electoral.
Cuestión religiosa
El país se hallaba dividido entre el clericalismo y anticlericalismo.
Cuestión militar
Grave situación con problemas internos y desprestigio social.
Cuestión social
El Movimiento Obrero representó quizás el problema más insistente que tuvieron que afrontar los gobiernos de la Restauración. Debido a la gran tensión social que se generó por la exigencia de mejores condiciones.
Se fundamentaba así el crecimiento de la UGT y la extensión del anarquismo de la CNT por el campesinado y proletariado.
El anarquismo obrero pretendía la destrucción del estado a través del terrorismo (asesinato de Canalejas y Dato). Actividad duramente reprimida por la policía.
La Crisis de 1917
Se originó a raíz de tres problemas distintos:
- Malestar Militar: Se crean las Juntas Militares de Defensa para presionar al gobierno.
- Protesta Política: Unión de la oposición que pedía amplia reforma del sistema.
- Protesta Obrera: Hubo una huelga general debido a las miserables condiciones de trabajo.
El caciquismo se consolidó en España durante la Restauración (1874-1923). Los caciques se encargaban de controlar los votos de todas las personas con capacidad de voto de su localidad, lo cual era la base de la alternancia política que la Restauración demandaba. Los caciques son personas con poder económico, que cuentan con un séquito (gente que trabaja para él) formado por grupos armados, capaces de intimidar a sus convecinos que saben que si las cosas no transcurren según los deseos del cacique pueden sufrir daños físicos.