La Restauración Española: Bases, Funcionamiento y Crisis (1875-1923)

La Restauración: Bases, Funcionamiento y Crisis (1875-1923)

El Inicio de la Restauración

El régimen de la Restauración fue el resultado del fracaso de la República durante el Sexenio Democrático. Las clases medias y altas apostaron por restaurar la monarquía con Alfonso XII, con el que entraría en consolidación el sistema liberal-burgués español, mediante la implantación de un sistema político ideado por Antonio Cánovas del Castillo. Cánovas creó el partido alfonsino y logró el apoyo de las élites económicas como latifundistas, industriales, banqueros, militares, religiosos y empresarios. Esto se materializó con la Constitución de 1876. Este sistema es conocido como turnismo, porque preveía una alternancia pacífica de los grandes partidos del momento, el conservador de Cánovas y el liberal de Sagasta.

Existía un régimen parlamentario, pero este régimen era corrupto debido a un sistema social marcado por el predominio de los caciques locales y que consistía en amañar las elecciones al gusto de los partidos dinásticos.

Este sistema político fue precedido por el Manifiesto de Sandhurst, redactado por Cánovas en diciembre de 1874. En él se proclamaba la necesidad de la vuelta a una monarquía constitucional a una velocidad mayor que la que deseaba Cánovas, que quería una implantación legal de la monarquía. El día 29 del mismo mes, Martínez Campos se pronunció en Sagunto y proclamó a Alfonso XII rey de España. Se iniciaba así la etapa de la Restauración.

Con la llegada de Alfonso XII se abrió un período de estabilidad política, en el que se trataba de crear un sistema político compartido por los sectores burgueses y la exclusión de las clases bajas de la vida política. Esta etapa duraría hasta 1931, aunque en 1923, con la dictadura de Primo de Rivera, ya se puede dar por finalizada. Se distinguen dos etapas:

  • 1ª: 1875-1902: Reinado de Alfonso XII y regencia de María Cristina.
  • 2ª: 1902-1923: Reinado constitucional de Alfonso XIII.

Los Pilares del Sistema Canovista

Cánovas sentó las bases institucionales y jurídicas de la Restauración, cimentadas en la Constitución de 1876 y el bipartidismo, que daría lugar al turno pacífico entre los partidos dinásticos. Este turno se garantizaba con el fraude electoral manejado por los caciques. En este sistema, la monarquía era su centro y los partidos, un instrumento a su servicio.

Los Partidos Dinásticos

  • Partido Liberal Conservador (moderado): Dirigido por Cánovas y más tarde por Francisco Silvela. Defendían el orden social y público, los valores establecidos por la Iglesia y la propiedad. Además, estaban a favor del sufragio censitario, del exclusivismo de la religión católica, de la restricción de libertades y del proteccionismo. Tenían el apoyo de los grandes propietarios agrarios, de la alta burguesía industrial y financiera, así como de la jerarquía católica. Este partido estaba compuesto por liberales moderados, unionistas y parte de progresistas.

  • Partido Liberal (antiguos progresistas): Dirigido por Sagasta, abogaba por las reformas sociales, la educación y un cierto laicismo. Defendían el sufragio universal, la libertad de cultos, la libertad de cátedra y prensa, así como el librecambismo. Era apoyado por la burguesía industrial y comercial, por las profesiones liberales y por los funcionarios, así como por las clases medias. Estaba compuesto por parte de los progresistas, demócratas y ex republicanos moderados.

Características del Sistema Político de la Restauración

Las características de las bases del sistema político de la Restauración son:

  • La defensa de sus costumbres y su historia.
  • La soberanía compartida rey-Cortes frente a la soberanía nacional.
  • El conservadurismo y la defensa de las libertades compatible con el «orden».
  • La fidelidad a la institución monárquica.
  • El rechazo a la democracia.

El ejército estaba al margen de la política. El sistema, que era un fraude, favorecía a los grupos dominantes. Estas bases son: la Constitución de 1876, la monarquía como centro del sistema y el caciquismo.

La Constitución de 1876

La Constitución de 1876 es un texto intermedio entre las constituciones de 1845 y 1869, buscando una síntesis entre «lo viejo y lo nuevo» y convirtiéndola así en una constitución flexible hasta 1931, aunque fue suspendida y vulnerada en varias ocasiones. Es una Constitución de carácter moderado y conservadora, conforme a los intereses de la oligarquía conservadora. Sus principios son:

  • Soberanía compartida por el Rey y las Cortes.
  • Cortes Bicamerales:
    • Congreso: Elegido por sufragio censitario, y desde 1890 por sufragio universal masculino.
    • Senado: Formado por miembros elegidos y senadores vitalicios.
  • Fortalecimiento del poder de la Corona: Se constituyó como eje del Estado (designa el poder ejecutivo y mando directo del ejército; tiene el derecho de veto sobre las leyes aprobadas por las Cortes y puede convocar y disolver las Cortes).
  • Reconocimiento teórico de derechos y libertades.
  • Religión católica como oficial del Estado.

En ella no se especifica el tipo de sufragio. Posteriormente, bajo el gobierno del Partido Conservador, se aprobó la Ley Electoral de 1878 que establecía el voto censitario. En 1890 se proclamó el sufragio universal masculino con Sagasta.

El Funcionamiento del Sistema: Bipartidismo, Turnismo y Fraude Electoral

La Corona regulaba los tres poderes del Estado. El sistema de la Restauración respondía al modelo de patronazgo (recibir favores a cambio de fidelidad). Esto se plasmaba a través del clientelismo con los altos cargos en Madrid, los gobernadores civiles en las provincias y los «caciques» en los pueblos. Estos tres grupos concedían favores a cambio de votos y apoyo político.

En cuanto a los mecanismos del sistema político de la Restauración, se habla del bipartidismo, del turnismo y del fraude electoral.

Bipartidismo

Cánovas impuso un sistema bipartidista, dominado por los partidos Conservador y Liberal. Ambos tenían una considerable indefinición ideológica. El partido de Cánovas era más conservador, mientras que el de Sagasta estaba más cercano al progresismo.

Al margen estaban los republicanos, el carlismo, los movimientos de base obrerista y los movimientos nacionalistas.

Turnismo

El origen del turnismo estuvo en la exigencia de Sagasta de que el rey llamase a gobernar en el año 1881 a su partido. Se instauró un acuerdo tácito en el que los dos partidos que apoyaban la monarquía de Alfonso XII se turnarían en el poder mediante la manipulación del proceso electoral, un fraude.

El sistema del turno seguía estos pasos:

  1. El rey llamaba a gobernar a uno de los dos grandes partidos del sistema. El primer paso era contar con el apoyo de la Corona.
  2. El nuevo gobierno tenía que contar con el respaldo de las Cortes, así que para ello el rey disolvía las Cortes y se convocaban nuevas elecciones.
  3. Se manipulaban las elecciones para que obtuviera mayoría el partido que debía formar gobierno.

La consolidación del turnismo tuvo lugar en la regencia de María Cristina con el llamado Pacto de El Pardo.

Fraude Electoral

El proceso por el que se fabricaban los resultados era el siguiente: se elaboraba el encasillado y luego se negociaba en las provincias los candidatos por distrito. Después, los gobernadores civiles controlaban a los electores para que votaran al candidato designado previamente. Daban instrucciones a los alcaldes, nombrados por dichos gobernadores, y contaban con la ayuda de los caciques locales. Si este proceso resultaba insuficiente, se recurría a la manipulación directa de los resultados (pucherazo).

El fraude electoral tenía lugar en un país agrario y atrasado. La clave de la adulteración electoral estaba en los «caciques», que eran los encargados de llevar a la práctica los resultados electorales. Los caciques eran personajes ricos e influyentes en la España rural, quienes, siguiendo las instrucciones del Gobernador Civil, amañaban las elecciones para conseguir los resultados que «debían» salir en sus provincias.

El Reinado de Alfonso XII (1875-1885)

El reinado de Alfonso XII comenzó con el dominio del partido Conservador (1876-1881), destacado por su carácter autoritario. Existía censura en la imprenta y un recorte de libertades de expresión. En 1878 se instauró el sufragio censitario y se puso fin a los conflictos carlista y cubano.

  • Conflicto Carlista: Se saldó con la derrota de Carlos VII en 1876, por la cual se abolieron los fueros de las provincias vascas.
  • Primera Guerra Cubana (1868-1878): Terminó con la Paz de Zanjón. Se reconocieron algunas mejoras. El problema estallaría de nuevo en 1895.

La alternancia en el poder se inició en 1881, cuando el rey llamó a gobernar al partido Liberal de Sagasta (1881-1883), lo que supuso la consolidación del sistema y la puesta en práctica de derechos y libertades.

La Regencia de María Cristina (1885-1902)

La prematura muerte de Alfonso XII en 1885 abrió el periodo de la Regencia de María Cristina (1885-1902) hasta la mayoría de edad de Alfonso XIII. Cánovas y Sagasta, en el Pacto del Pardo (1885), reafirmaron el funcionamiento del sistema de turno pacífico ante la doble amenaza carlista y republicana. La muerte de los dos líderes, Cánovas y Sagasta, no afectó al funcionamiento del sistema.

Entre 1885 y 1890, los liberales asumieron de nuevo el poder con el gobierno de Sagasta (1885-1890) y emprendieron una serie de reformas legislativas de carácter liberal que cumplían el ideario de la «revolución de 1868». Hubo varias reformas, entre las que podemos destacar:

  • Ley de Asociaciones en 1887.
  • Ley del Jurado, con la que se suprimió completamente la censura de prensa y se ampliaron las libertades de expresión y de cátedra.
  • Restablecimiento en 1890 del sufragio universal masculino para los mayores de 25 años.
  • Código Civil.
  • Legislación de procedimiento administrativo.
  • Reforma del ejército.

En las grandes ciudades se fueron afianzando los republicanos, las organizaciones obreras y los partidos nacionalistas.

La Crisis de 1898

Al final de la década surgieron tres problemas que desembocarían en la crisis de 1898:

  • La situación de las colonias.
  • La cuestión social.
  • El auge de los regionalismos convertidos en nacionalismos.

Guerra de Cuba y Filipinas

En cuanto a la crisis colonial del 98, podemos nombrar el comienzo en 1895 de la insurrección cubana, liderada por José Martí al frente del Partido Revolucionario Cubano. En Filipinas también se levantaron. Estados Unidos intervino por intereses políticos y económicos, apoyando a los independentistas. Derrotó a España, que se vio obligada a aceptar la pérdida de sus colonias con la Paz de París.

Consecuencias del Desastre del 98

Como consecuencias del desastre, podemos subrayar el atraso y aislamiento de España, lo que provocó la aparición de un importante movimiento intelectual y crítico, el regeneracionismo, que rechazaba el sistema de la Restauración y proponía una transformación de las estructuras.

Las Fuerzas Políticas al Margen del Turnismo

En respuesta a esa situación, surgieron o se consolidaron unas fuerzas políticas que participaban solo en la medida que se lo permitían los grandes partidos y luchando por sus propios intereses.

  • Carlismo: La derrota militar en 1876 dio paso a la vía política y se dividieron en los que se mantuvieron al margen del sistema y los que formaron un partido político y compitieron dentro de la legalidad.

  • Partidos Republicanos: Estaban muy divididos: posibilistas, radicales, república unitaria y federalistas. Se agruparían en torno a Unión Republicana en 1893, liderado por Salmerón y del que, en 1895, se desgajaría el Partido Radical de Alejandro Lerroux.

  • Nacionalismos: Defendían la realidad histórica y plural de España.

    • Cataluña: El movimiento nacionalista nació con la Renaixença. Se elaboraron dos modelos: el primero, el republicanismo federal de Almirall, y el segundo, de carácter conservador, con la fundación de la Lliga Regionalista.
    • País Vasco: El nacionalismo vasco era conservador, tradicionalista y rural, apoyándose en la reivindicación de los fueros perdidos. Sabino Arana fundó en 1894 el PNV, que reivindicó la raza, la lengua y las costumbres.
    • Otros nacionalismos: Se dieron en Galicia, Valencia y Andalucía.
  • Movimiento Obrero: Se podía agrupar en socialismo y anarquismo.

    • Socialismo: En 1879, Pablo Iglesias fundó el PSOE, que defendía los derechos del proletariado, y en 1888 se fundó UGT.
    • Anarquismo: Se difundió entre el campesinado andaluz y los obreros de la industria catalana. Su oposición a toda forma de poder y la acción violenta hacían que fuera considerado una amenaza al poder establecido. En 1881 se fundó la «Federación de Trabajadores de la Región Española», que tenía como objetivo defender por medios legales al proletariado.

El Reinado de Alfonso XIII y la Crisis del Sistema (1902-1923)

El período que se inicia en 1902, con el ascenso al trono de Alfonso XIII, y concluye en 1923, con el establecimiento de la dictadura de Primo de Rivera, es decir, el reinado constitucional de Alfonso XIII, se caracterizó por una permanente crisis política.

Crecieron las fuerzas de la oposición: republicanos, nacionalistas, socialistas y anarquistas, y a partir de 1909 una serie de crisis políticas condujeron, finalmente, a la desaparición del sistema de la Restauración. Estas crisis fueron:

  • La Semana Trágica en Barcelona, en 1909.
  • La triple crisis de 1917.
  • La quiebra de la monarquía parlamentaria (1918-1923).
  • La guerra de Marruecos y el desastre de Annual en 1921.

El Fin de la Restauración

Tras el fin de la Restauración se dio la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930) y posteriormente la dictadura de Berenguer y el fin de la monarquía (1930-1931), tras la cual se proclamó la II República.

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