El proceso de la Restauración Monárquica en España abarca desde 1874 hasta 1923, incluyendo la dictadura de Primo de Rivera. Este período se caracteriza por la estabilidad constitucional, el dominio de la oligarquía y el alejamiento del ejército de la vida política. Sin embargo, también enfrentó diversos problemas como la expansión del movimiento obrero, la pérdida de las últimas colonias (1898) y la aparición de los nacionalismos catalán, vasco y gallego.
1. Fundamentos de la Restauración
Tras el pronunciamiento de Martínez Campos en Sagunto en septiembre de 1874, se inicia la restauración de Alfonso XII al trono. Con el fin de la Guerra Carlista en 1876, se produce la supresión de los fueros vascos, estableciéndose el pago de impuestos al Estado (cupo) y el servicio militar obligatorio en los territorios vascos.
La Constitución de 1876, inspirada en parte en la de 1845, se caracteriza por su carácter conservador y la defensa de valores tradicionales como la familia, la propiedad y la religión. Esta constitución establece:
- La soberanía compartida entre las Cortes bicamerales y la Corona, con derecho a veto para esta última.
- La potestad legislativa compartida entre las Cortes y la Corona, que nombra a los ministros.
- La confesionalidad católica del Estado.
- Una amplia declaración de derechos.
La alternancia en el poder de los partidos (bipartidismo) se establece como sistema político. Los dos partidos principales son:
- El Partido Conservador (Cánovas del Castillo): Contaba con el apoyo de las élites económicas y defendía el inmovilismo político, la Iglesia y el orden social burgués.
- El Partido Liberal (Sagasta): Recibía el apoyo de las clases medias acomodadas y defendía reformas como el Estado laico. Estaba integrado por progresistas, unionistas y republicanos moderados.
Ambos partidos compartían la defensa de la monarquía, el Estado central y la propiedad privada.
El papel del ejército: Cánovas establece la supremacía del poder civil sobre el militar, la independencia de los generales en asuntos internos del ejército y una tímida modernización de la organización militar. El ejército, sin embargo, mantenía la supresión de la prensa crítica.
Manipulación electoral: Se empleaba el sufragio censitario hasta 1890, un trato favorable a los distritos rurales controlados por los caciques, la designación de candidatos por el ministro de Gobernación y prácticas como el pucherazgo (falsificación del censo electoral, manipulación de actas, compra de votos, coacción, etc.).
Los caciques, personajes con poder económico e influencia política, controlaban las circunscripciones electorales, sancionando con favores la fidelidad electoral y obstruyendo la vida de los rebeldes. La abstención electoral, cercana al 80%, reflejaba la falta de representatividad de las fuerzas políticas.
3. Dentro y fuera del turno dinástico
La oposición: La estrategia del sistema era integrar a los sectores acomodaticios y marginar a los radicales.
- El Carlismo: Exiliados en Francia, se identificaban como una fuerza política católica, aunque el Vaticano reconocía la línea alfonsina. Los integristas, como Ramón Nocedal, crearon el Partido Tradicionalista.
- Los Republicanos: Los centralistas, como el Partido Posibilista de Castelar, participaban en el sistema. Ruiz Zorrilla organizó pronunciamientos que fracasaron. Salmerón y los federales, con Pi y Margall, también formaban parte de la oposición. Los republicanos se reunificaron en 1893 con la Unión Republicana.
4. El Surgimiento de los Nacionalismos
Catalanismo
Inicialmente cultural (1830), el catalanismo buscaba recuperar la lengua catalana. En la política, Valentí Almirall (progresista) reunió un congreso catalanista con el objetivo de unificar el catalanismo republicano y el literario. Creó el Centre Català en 1882, que defendía la autonomía y dirigió al rey un Memorial de Greuges. La Unió Catalanista (1891), una federación conservadora, redactó las Bases de Manresa, defendiendo la organización confederal de España, la soberanía catalana en asuntos internos, la oficialidad del catalán y el sufragio corporativo. Finalmente, surgió el catalanismo popular de Prat de la Riba y Cambó.
Nacionalismo Vasco
Su origen se encuentra en la abolición de los fueros y la reacción a la inmigración (maketos) producida por la industrialización. Sabino Arana creó el PNV en 1894, que defendía la esencia de la raza vasca, los fueros tradicionales, la religión católica integrista y la defensa de la sociedad tradicional, rechazando a la burguesía vasca y al proletariado.
Galleguismo
La sociedad gallega, rural y con escasa burguesía, estaba dominada por la nobleza tradicional y la Iglesia. El regionalismo gallego fue más tardío, minoritario y apolítico.
Cuba
La revuelta independentista en Cuba comenzó en 1868 con el Grito de Yara. La burguesía española impedía reformas sociales y políticas, como la representación de las colonias en las Cortes. En 1878, la Paz de Zanjón estableció la amnistía para los cubanos, la supresión de la esclavitud (1883) y la representación de los cubanos en las Cortes españolas.
La Guerra de Cuba (1895-1898) tuvo diversas causas:
- Políticas: Ausencia de descentralización, supresión de la esclavitud y rechazo de la autonomía para Cuba por las Cortes españolas.
- Económicas: El proteccionismo español perjudicaba a los cubanos. Estados Unidos compraba el 88% de las exportaciones cubanas y vendía el 37% de sus importaciones. McKinley amenazó con aumentar los aranceles a las importaciones de azúcar y tabaco.
Durante la guerra, José Martí fundó el Partido Revolucionario Cubano en 1892. Surgieron nuevos líderes como Antonio Maceo y Máximo Gómez. Hubo intentos de represión militar por parte de Martínez Campos y Weyler. La intervención norteamericana incluyó el hundimiento del acorazado Maine en La Habana, un ultimátum al gobierno español y derrotas de la armada española en Santiago (Cuba) y Cavite (Filipinas). La Paz de París (diciembre de 1898) supuso la renuncia de España a Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
7. Consecuencias del 98
La guerra no tuvo grandes repercusiones económicas. Tras el conflicto, se redujo la deuda pública, bajó la inflación y se repartieron capitales. La crisis moral, sin embargo, impulsó el desarrollo de la Generación del 98 y el Regeneracionismo de Joaquín Costa.
El Regeneracionismo
Su fundamento teórico se encuentra en el Krausismo, una doctrina que propone reformas graduales de la sociedad y la transformación de la educación mediante el control de su administración por el Estado y la mejora de las condiciones de vida del maestro. En España, el Regeneracionismo estuvo representado por intelectuales de la Generación del 98 y Joaquín Costa.
Joaquín Costa, en obras como Colectivismo agrario en España y Oligarquía y caciquismo, propuso desarrollar la educación, fomentar la autonomía local, modernizar la política hidráulica y forestal, potenciar el colectivismo agrario y crear un partido político (Unión Nacional de Productores) que excluyera a la oligarquía terrateniente y a los obreros.
8. Movimiento Obrero
Primera Asociación Internacional de Trabajadores (AIT)
Creada en Londres en 1864 por Karl Marx, estaba integrada por el socialismo científico (marxistas). Esta doctrina anticapitalista denunciaba la concentración de la riqueza en pocas manos y la explotación de los trabajadores, proponiendo la revolución obrera, la conquista del poder político por el proletariado, el establecimiento de la dictadura del proletariado y la transformación de la sociedad, eliminando la propiedad privada y el Estado.
En 1872, las ideas marxistas llegaron a España con Paul Lafargue. En Madrid, Francisco de Mora, José Mesa y Pablo Iglesias fundaron la Nueva Federación Madrileña. El régimen de la Restauración la declaró ilegal. En 1879, Pablo Iglesias convirtió la Nueva Federación Madrileña en la Agrupación Socialista Madrileña, núcleo originario del PSOE. Su programa original, partidario de la revolución social, reivindicaba reformas como el derecho de reunión, el sufragio universal, la reducción de la jornada laboral y la supresión del trabajo infantil. El PSOE consiguió su primer diputado en Cortes en 1910.
En 1888 se creó la UGT, sindicato de masas que englobaba a todos los sectores de producción y mantenía vínculos estrechos con el PSOE, compartiendo dirigentes y actuando conjuntamente. Defendía la negociación colectiva entre obreros y patronos y el derecho a la huelga.
Anarquistas (libertarios)
También anticapitalistas, defendían la propiedad colectiva y las comunas autogestionarias. Rechazaban la participación en política y proponían la destrucción del Estado y de las instituciones jerárquicas. El anarquismo llegó a España a través de Fanelli en 1868, difundiéndose entre el proletariado catalán y los campesinos andaluces. En esta etapa, destacaron líderes como Anselmo Lorenzo y Rafael Farga. En 1879, en el Congreso de Barcelona, se creó la Federación Regional Española de la AIT, con sede en Madrid. Alcoy alcanzó los 40.000 afiliados en 1873. La Federación Regional Española participó en los levantamientos cantonales de la Primera República.
El anarquismo reaccionó frente a la represión del nuevo régimen. Un sector optó por la violencia (asesinato de Cánovas del Castillo, atentado contra Martínez Campos, bombas en el Liceo de Barcelona). Otro sector era partidario de la revolución de masas y la creación de sindicatos.