1. El Año del Cambio (1789)
En 1789, Francia se encontraba en una profunda crisis económica y social. La burguesía, animada por las ideas ilustradas y el ejemplo inglés y americano, esperaba la ocasión para acabar con el Antiguo Régimen. Una serie de acontecimientos llevaron a la destrucción de este sistema:
- La convocatoria de los Estados Generales.
- Revueltas urbanas que culminaron con la toma de la Bastilla.
- Revueltas campesinas que resultaron en la abolición de los privilegios feudales.
En Versalles, los Estados Generales, formados por la nobleza, el clero y el tercer estado, se reunieron. El tercer estado exigió la deliberación conjunta y el voto por persona, no por estamento, defendiendo la soberanía nacional. El monarca y parte de la nobleza se opusieron. Algunos miembros de la nobleza y el clero se unieron al tercer estado. Ante el temor de un complot aristocrático, el pueblo de París asaltó la Bastilla, símbolo del absolutismo. La revolución se extendió al campo con revueltas antiseñoriales, conocidas como el «Gran Miedo». Para recuperar el orden, la Asamblea Nacional decretó la abolición de los privilegios feudales y promulgó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, que reconocía las libertades individuales y colectivas, la igualdad ante la ley y los impuestos.
2. La Revolución Burguesa
Con el país pacificado, la Asamblea Nacional empezó a legislar, convirtiendo a Francia en una monarquía constitucional y parlamentaria. En 1791 se promulgó la primera constitución, que ejemplificaba los ideales del liberalismo político: separación de poderes, soberanía nacional, igualdad legal, etc. Se redactaron códigos de leyes para la igualdad de todos los ciudadanos, se abolió la tortura, se obligó a la nobleza a pagar impuestos, se expropiaron los bienes de la Iglesia declarándolos bienes nacionales y se creó un ejército nacional. Estas reformas satisfacían a la burguesía, pero la población mostró descontento: el derecho al voto era restringido y la libertad económica permitía el dominio de los ricos. La oposición del rey se evidenció cuando intentó huir para unirse al ejército austriaco, pero fue devuelto a París, generando desconfianza hacia la monarquía.
3. La Revolución Democrática
En abril de 1792, los austriacos invadieron Francia, lo que originó revueltas populares. Los jacobinos movilizaron al pueblo y asaltaron el palacio real, tomando prisionero al monarca y reclamando la república. La revolución entró en su etapa radical y democrática, ofreciendo igualdad a los ciudadanos. Se promulgó una nueva constitución que reconocía el sufragio universal y se legislaron leyes sociales. Se convocaron hombres para formar un potente ejército. Este periodo se conoce como el Terror, donde los contrarrevolucionarios eran castigados con la prisión o la muerte. La radicalización y el gobierno dictatorial provocaron la oposición de la burguesía.
4. La República Burguesa
Mediante un golpe de estado, los jacobinos fueron derrocados y ejecutados. La burguesía conservadora tomó el control, estableciendo un gobierno colegiado (Directorio) y elaborando una constitución que limitaba los derechos de las clases populares. El liberalismo se oponía tanto al absolutismo como a la democracia social de los jacobinos. En plena guerra contra las potencias absolutistas, el ejército, con Napoleón Bonaparte a la cabeza, protagonizó un golpe de estado, concentrando el poder.
El Despotismo Ilustrado en España
En España, un grupo de pensadores ilustrados, ante la ausencia de una burguesía fuerte, el conservadurismo de los intelectuales y el peso de la Iglesia Católica, vieron limitada la expansión de sus ideas. Colaboraron con la monarquía para implementar reformas. Carlos III fue la figura del despotismo ilustrado en España, rodeado de ministros ilustrados como Aranda. En sus primeros años de reinado, tuvo que afrontar graves problemas, como el Motín de Esquilache. Las reformas continuaron, y junto a la expansión demográfica y económica europea, España mejoró su situación.