La Revolución Francesa: Etapas y Transformación Social

Fases del Proceso Revolucionario

Desde los primeros momentos, la revolución significó el fin de la sociedad feudal, la caída de los privilegios de clase y el deseado ascenso político de la burguesía.

Los Estados Generales

Ante la crisis financiera del país, Luis XVI decidió convocar la Asamblea de Notables para pedir su colaboración. Al negarse ésta, se hizo necesaria la convocatoria de los Estados Generales, que reunía a los tres estamentos sociales: la nobleza, el clero y el pueblo o tercer estado, y que tenía como misión tomar decisiones sobre la base de las propuestas reales. No se habían reunido desde el año 1614, por lo que fue necesario convocar elecciones para elegir a sus representantes.

Los representantes del tercer estado se negaron a aceptar el procedimiento tradicional de voto y exigieron la votación conjunta y el voto individual. Los nobles y el clero rechazaron las exigencias del tercer estado, lo que provocó que los representantes del pueblo abandonaran la Asamblea y formaran una nueva Asamblea Nacional, con el objetivo de dar a Francia una Constitución.

La fundación de la Asamblea Nacional tuvo lugar en un antiguo frontón, conocido como el Juramento del Juego de Pelota. A la Asamblea se unió una gran parte del clero y de la nobleza, lo que puso de manifiesto los profundos deseos de cambio que impregnaban a toda la sociedad francesa.

Asamblea Constituyente

El 9 de julio, la Asamblea Nacional adoptó el nombre de Asamblea Constituyente, ya que su objetivo era la elaboración de una Constitución. El rey intentó disolver la Asamblea, pero el 14 de julio el pueblo de París asaltó uno de los símbolos más odiados del Antiguo Régimen: la fortaleza de la Bastilla. El rey no tuvo más remedio que ceder.

La Asamblea Constituyente inició el proceso de la nueva Constitución, acompañado de numerosas declaraciones fundamentales; entre ellas cabe destacar: la igualdad ante la ley de todos los ciudadanos, la desamortización de los bienes de la Iglesia, la constitución civil del clero y la igualdad fiscal de todos los ciudadanos.

En 1791 se aprobó la Constitución, que proclamó la soberanía nacional, la división de poderes y el sufragio censitario. En la portada de la Constitución figuró el título Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.

La Asamblea Legislativa

El rey no aceptó el papel que le asignaba la Constitución y trató de huir de Francia con su familia. Identificados en Varennes, fueron detenidos. Los países europeos trataron de defender a Luis XVI, y la Francia revolucionaria no tuvo más remedio que declarar la guerra a Prusia y a Austria.

Las manifestaciones contra María Antonieta, hija de Francisco I, y contra el rey, fueron constantes.

En 1792, durante una gran revuelta en París, el pueblo asaltó el palacio real y los marselleses acudieron a la capital con una canción que se denominó «La Marsellesa».

Ese mismo año, los jacobinos tomaron el poder, con el apoyo de los sans-culottes, disolvieron la Asamblea Legislativa y convocaron una nueva: la Convención Nacional.

La Convención Nacional

Entre las primeras medidas que adoptó estuvo el reconocimiento del derecho al voto de todos los ciudadanos. A esta situación se llegó ante el fracaso del proyectado «término medio», que intentaba conjugar los intereses de la burguesía y los de la aristocracia. La Constitución de 1791 fue un intento de conciliación: afirmación de la soberanía nacional y aceptación de la monarquía hereditaria. Dos grupos de diputados destacaron: los girondinos (burguesía media y liderada por Brissot) y los jacobinos o montañeses (bajo la dirección de Robespierre, Danton y Marat).

La guerra con las potencias europeas continuaba. La victoria de Valmy fue un gran triunfo para la causa revolucionaria. El rey, acusado y declarado culpable, fue ejecutado en la Plaza de la Concordia. Se abolió la monarquía y se redactó una nueva Constitución.

Los jacobinos gobernaron durante la época conocida como «el Terror» e introdujeron numerosas reformas: un nuevo calendario laico y revolucionario, un ejército nacional, el sufragio universal, la ley de regulación de precios y salarios, y reformas agrarias que convirtieron a los campesinos en pequeños propietarios.

Danton y Robespierre establecieron un tribunal revolucionario y un Comité de Salud Pública. Robespierre ejerció una dictadura personal, con la que persiguió tanto a sus enemigos como a colaboradores (Danton fue guillotinado), creando un clima de terror que provocó su propia muerte. Un golpe de estado puso fin a esta época y restableció el voto censitario. El poder pasó a manos de un Directorio.

El Directorio

El Directorio se corresponde con la nueva etapa durante la cual la burguesía moderada tomó el poder. Se elaboró una nueva Constitución, en la cual el poder ejecutivo recayó en un Directorio, constituido por cinco miembros. El poder legislativo se repartió entre dos cámaras: el Consejo de Ancianos, que aprobaba las leyes, y el Consejo de los 500, que las redactaba. Francia inició, en esta época, una política expansionista: derrotó a los austriacos en Italia y llevó a cabo una expedición para la conquista de Egipto, con el objetivo de cortar la ruta británica hacia sus posesiones en la India.

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