La Revolución Francesa
El Fin del Antiguo Régimen
El pueblo de París respaldó a los representantes del Tercer Estado, asaltaron la fortaleza de la Bastilla, tomaron las armas y se pusieron a defender el progreso revolucionario. Formaron también una revuelta antiseñorial en el campo. Con estos hechos, la Asamblea Nacional Constituyente decretó la abolición de los principios feudales y promulgó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.
Fases de la Revolución
Monarquía Constitucional (1789-1792)
Estaba apoyada por la burguesía conservadora, que aspiraba a llegar a un acuerdo con el rey y los privilegiados para abolir el Antiguo Régimen e imponer el liberalismo.
La República Democrática (1792-1795)
Fue impulsada por la burguesía radical y los sectores populares, que ambicionaban una transformación más profunda.
La República Burguesa (1795-1799)
Supuso un retorno al poder de la burguesía conservadora, que consagró el predominio del propietario.
La Monarquía Constitucional
El rey y la nobleza aceptaron la nueva situación y la Asamblea Nacional inició un proceso reformista para convertir Francia en una monarquía constitucional y parlamentaria.
En 1791 se promulgó una constitución, que ejemplificó los ideales del liberalismo político: separación de poderes, soberanía nacional e igualdad legal para todos los ciudadanos, aunque reservaba al rey el derecho al veto. Se estableció el sufragio censitario.
Tras la aprobación del texto constitucional se formó una Asamblea Legislativa, en la que se redactaron unas nuevas leyes para garantizar la igualdad de todos. Se creó un nuevo ejército (Guardia Nacional). Entre los revolucionarios destacaban los girondinos y los jacobinos.
El Fracaso de la Monarquía Constitucional
La oposición de la familia real a la Revolución se manifestó a raíz de su huida de París para unirse al ejército austriaco, que planeaba invadir Francia y restablecer el absolutismo. El monarca, desprestigiado, fue devuelto a la capital.
La Asamblea Legislativa declaró la guerra a Austria. Los austriacos invadieron Francia y llegaron a las puertas de París. La situación originó un clima de revuelta entre los sans-culottes, quienes asaltaron el palacio real y proclamaron la república.
La Convención Girondina
La república quedó en manos de los girondinos, que convocaron elecciones por sufragio universal masculino para la nueva Convención Nacional. Ésta llevó a cabo un juicio contra el rey Luis XVI y su mujer María Antonieta, que fueron ejecutados. La muerte del rey provocó una alianza de las monarquías europeas. La república se hallaba en peligro y en el interior del país estallaron algunas revueltas contrarrevolucionarias. Los ejércitos coaligados invadieron Francia.
La Convención Jacobina
Se hicieron con el poder y detuvieron a los principales dirigentes políticos. Promulgaron una constitución basada en la democracia social: soberanía popular, sufragio universal y derecho a la igualdad. El ejecutivo quedó en manos de un Comité de Salvación Pública, que concentró todo su poder en Robespierre. La república organizó un ejército e impulsó la política del Terror. Suspendió las libertades y unos tribunales revolucionarios castigaron con prisión o muerte a los sospechosos de ser contrarrevolucionarios (Ley de sospechosos).
El Comité de Salvación Pública aprobó una serie de leyes sociales: el control de los precios y salarios, la distribución de bienes, la venta de las tierras del clero y la educación obligatoria. Se estableció el culto a la diosa razón.
La Caída de los Jacobinos
Las revueltas interiores habían sido sofocadas y los ejércitos franceses se oponían a los de la coalición extranjera. Pero la radicalización de la revolución, el Terror y el gobierno dictatorial de los jacobinos provocaron la oposición de gran parte de la población. Mediante el golpe de estado de Termidor, fueron derrotados y ejecutados Robespierre y otros dirigentes jacobinos.
La República Burguesa (1794 – 1799)
La burguesía conservadora volvió a tomar el control de la Revolución. Se elaboró una nueva constitución que otorgaba el poder ejecutivo a un gobierno colegiado, restablecía el sufragio censitario y confiaba el poder legislativo a dos cámaras.
El nuevo gobierno pretendía volver a la constitución, para ello clausuró y persiguió a los jacobinos. Tuvo que hacerse frente a la oposición, tanto de la aristocracia como de las clases populares que sufrían la subida de los precios. El ejército empezó a ganar prestigio y se propuso como única institución capaz de imponer orden. Napoleón Bonaparte, con el apoyo de la burguesía, protagonizó un golpe de Estado que puso fin al Directorio e inauguró el Consulado.