La Revolución Francesa y el Imperio Napoleónico

1. El Estallido de la Revolución Francesa

A comienzos de 1789, Francia, a pesar de ser una gran potencia, vivía bajo las normas del Antiguo Régimen, caracterizado por:

  • Sociedad estamental
  • Crisis económica
  • Déficit de Hacienda
  • Crisis política

Entre 1783 y 1788, los ministros de Hacienda intentaron frenar la crisis económica, pero fracasaron. El rey intentó convencer a los privilegiados de que pagaran impuestos, convocando una Asamblea de Notables, pero estos se negaron. La situación de la Hacienda empeoró, y al rey solo le quedó convocar los Estados Generales para intentar frenar el poder de los privilegiados.

Antes de la reunión de los Estados Generales, cada estamento redactó un Cuaderno de Quejas donde reflejaban sus propuestas y problemas. La burguesía, además, formó clubes políticos para discutir la conquista del poder y fundó periódicos.

Los Estados Generales pretendían que se votara por estamento, lo que daba la mayoría a los privilegiados. Sin embargo, los representantes del Tercer Estado se autoproclamaron Asamblea Nacional. Los privilegiados intentaron expulsarlos de la sala, pero los diputados se reunieron en el Juego de Pelota, donde juraron permanecer reunidos hasta firmar una Constitución. Así nació la Asamblea Constituyente.

2. La Supresión del Antiguo Régimen

El objetivo de la Asamblea Constituyente era acabar con el Antiguo Régimen. El 4 de agosto de 1789 se aprobó el Decreto de Abolición de los Derechos Feudales, que permitió el acceso a cargos públicos a todos los ciudadanos. El 26 de agosto se redactó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, que reconocía las libertades fundamentales.

Después de dos años de trabajo, se promulgó la Constitución de 1791 con las siguientes características:

  • Monarquía parlamentaria como régimen político.
  • Reconocimiento de la soberanía nacional y los derechos fundamentales.
  • División de poderes.
  • Sufragio censitario para elegir la Asamblea.
  • Descentralización de la administración.

La Constitución de 1791 supuso el triunfo de los planteamientos de la alta burguesía. El rey y los privilegiados aceptaron a regañadientes los cambios, que acababan con la soberanía real y los privilegios. Muchos de ellos emigraron.

Tras aprobar la Constitución, se celebraron elecciones y se aprobó el decreto contra los bienes de los emigrados. Austria y Prusia provocaron la declaración de guerra a Francia en 1792. La familia real intentó huir, pero fueron detenidos tras el Asalto al Palacio de las Tullerías.

3. La Radicalización de la Revolución

El asalto a las Tullerías significó la entrada en la fase radical de la Revolución. Mientras se organizaba el nuevo sistema político, se produjeron las Masacres de Septiembre. Se convocaron elecciones para la Convención Nacional, controlada por girondinos y montañeses. Luis XVI fue juzgado por traición, lo que provocó la declaración de guerra del resto de las potencias europeas, formando la Primera Coalición. Simultáneamente, se produjo un levantamiento realista en el interior.

El temor a la derrota provocó un golpe de estado de los sans-culottes contra los girondinos en 1793. Los montañeses tomaron el poder y elaboraron una nueva constitución democrática. Robespierre implantó una dictadura.

El asesinato de Marat inició el Terror. Se suspendió la Constitución y se aprobaron las Leyes de Sospechosos. Unas 50.000 personas fueron asesinadas.

Robespierre intentó frenar la crisis económica limitando los precios, pero fue perdiendo apoyos. Tras intentar una nueva serie de arrestos, se produjo el Golpe de Estado del 9 de Termidor.

Para evitar una nueva dictadura, se creó un gobierno moderado que redactó la Constitución del Año III (1795), que establecía:

  • Un régimen liberal.
  • Sufragio censitario.

La debilidad del ejecutivo provocó la Revuelta de Vendimiario, que fue frenada por Napoleón Bonaparte. En la campaña de Italia, Napoleón consiguió disolver la Primera Coalición.

4. El Imperio Napoleónico

Napoleón se desplazó de nuevo a Italia, donde venció en Marengo (1800). Se hizo cónsul vitalicio e inició una serie de reformas: modernizó las leyes con el Código Civil, reformó la economía creando el Banco de Francia y el Código de Comercio, y promovió la educación pública.

Gran Bretaña, temerosa del poder de Napoleón, formó la Tercera Coalición. Napoleón transformó Francia de república a imperio e inició una nueva campaña militar, con la participación de España. La escuadra franco-española fue derrotada en Trafalgar (1805), pero Napoleón ganó la batalla de Austerlitz, poniendo fin al Sacro Imperio Romano Germánico. Tras otras victorias, impuso la Paz de Tilsit (1807).

Napoleón tenía dos objetivos: aliarse con Rusia y aislar a Gran Bretaña. Todos los países europeos aceptaron el bloqueo continental contra Gran Bretaña, excepto Portugal. Napoleón invadió Portugal, y en el camino, ocupó varias ciudades españolas. Rusia rompió la alianza y reanudó el comercio con Gran Bretaña. Napoleón invadió Rusia en 1812, pero la campaña fue un desastre. Se formó la Sexta Coalición, que venció a Francia en 1813 y a Napoleón en 1814. Napoleón se exilió en la isla de Elba.

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