La Revolución Francesa y el Liberalismo Español: De la Crisis del Antiguo Régimen a la Constitución de 1812

1. La Crisis del Antiguo Régimen

A finales del siglo XVIII, el Antiguo Régimen entró en crisis por el rechazo a los planteamientos políticos y sociales en que se sustentaba, llegando las críticas desde el sector radical del movimiento ilustrado. Voltaire, Rousseau o Montesquieu decían que las reformas hechas por los monarcas ilustrados eran retoques para mantener las esencias del absolutismo.

1.1. Los planteamientos ideológicos

Los planteamientos ideológicos que condujeron a la crisis del Antiguo Régimen eran el rechazo al poder absoluto del monarca y a su origen divino, y la disconformidad con una sociedad donde los individuos eran diferentes ante la ley, eran de diferente estamento. Los ilustrados defendían que el poder estaba encarnado en la nación. Consideraban que todos los individuos eran iguales ante la ley, a la vez que rechazaban los privilegios de que gozaban el clero y la nobleza. La ley tenía una carta magna elaborada por los representantes de la nación a la que todos estaban sometidos, incluido el monarca, pero luchaban por la separación de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial. El legislativo debía representar al conjunto de la sociedad, el judicial debía ser independiente, y el monarca simbolizaría el poder ejecutivo. Los ilustrados planteaban también la demolición de las estructuras de poder en las que se asentaba el Antiguo Régimen por un nuevo orden donde los súbditos se transformaran en ciudadanos y así no habría que pertenecer a un determinado estamento. La confluencia en Francia a finales de los 80 de la grave situación de la hacienda real, el rechazo de los grupos privilegiados a pagar impuestos para remontar la situación, malas cosechas que extendieron el hambre por campos y ciudades, provocaron la Revolución Francesa, cuya consecuencia fue el desmantelamiento de las bases políticas, sociales y económicas en las que se había sustentado el Antiguo Régimen.

1.2. El reinado de Carlos IV: revolución y reacción

Los acontecimientos que se desarrollaron en Francia a partir de 1789 hicieron que los ministros de Carlos IV planteasen un cierre de fronteras para evitar que las ideas de la revolución se difundiesen por España. Fue el llamado cordón sanitario establecido por Floridablanca. La España de Carlos IV se mantuvo expectante ante los acontecimientos de Francia, pero cuando Luis XVI fue guillotinado, Madrid declaró la guerra al gobierno de la Convención (la guerra del Rosellón). Comenzó con la invasión de dicho territorio por las tropas españolas dirigidas por el general Ricardos. Las victorias se volvieron derrotas y con los franceses se firmó la paz de Basilea, volviendo la España absolutista de Carlos IV a ser aliada de la Francia revolucionaria.

La política vivida en Francia no cambió la alianza establecida en Basilea, que convirtió a la España de Godoy en un satélite de Francia, a partir de la llegada al poder de Napoleón Bonaparte. Esto condujo a la guerra contra Gran Bretaña, cuyo episodio más importante fue la batalla naval de Trafalgar, donde se perdió la potencialidad naval española restaurada por los ministros de Fernando VI y Carlos III.

3. Los inicios del Liberalismo. Constitución de 1812

3.1. Las Cortes de Cádiz

En plena guerra de la Independencia, la Regencia del Reino convocó las Cortes, cuya inactividad había sido total durante casi un siglo. Los diputados se reunieron en Cádiz. Los diputados llegaron desde los distintos territorios que formaban la monarquía, incluidos los dominios coloniales. Representaban a los tres estamentos del Antiguo Régimen. Entre ellos abundaban los eclesiásticos ilustrados, representantes de la burguesía, miembros de las profesiones liberales y de la nobleza. El diputado Torrero planteó en el discurso inaugural la necesidad de cambios en la organización del estado, según los planteamientos sostenidos por los liberales: soberanía nacional, división de poderes, igualdad ante la ley y necesidad de elaborar una constitución. Los diputados reunidos pertenecían a tres corrientes ideológicas: los absolutistas, los reformistas y los liberales. La función de las Cortes de Cádiz fue más allá de la elaboración de una constitución. Realizaron una labor legislativa. Esta labor supuso el desmantelamiento del Antiguo Régimen, quedando abolidos los privilegios señoriales y la Inquisición. También se dictaron normas para liberalizar el comercio y la industria y se dieron los primeros pasos para la desamortización de los bienes eclesiásticos.

3.2. La Constitución de 1812

En Cádiz, el liberalismo había calado con más intensidad. En la ciudad se publicaban cinco periódicos, también había varios cafés donde se celebraban tertulias donde se manifestaban las opiniones políticas y los debates que alumbraron la Constitución. Esos debates fueron intensos hasta que se alcanzó un pacto entre los liberales más moderados y los reformistas. El resultado fue la aprobación de la primera constitución española (la Pepa). En ésta quedaba definida la soberanía nacional y establecía la monarquía constitucional como forma del estado. En ella se recogía la separación de poderes. El poder ejecutivo quedaba en manos del monarca. El poder legislativo sería compartido: las Cortes elaboraban las leyes que son aprobadas por el rey, además posee el derecho del veto suspendido durante dos años. Igualdad ante la ley, derechos individuales, derecho de sufragio, derecho de reunión… Esta era confesional. Tuvo una gran repercusión en otros países de Europa.

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