Las diferencias políticas entre Isabel II y O’Donell llevaron a la dimisión de éste como jefe de gobierno y se fue a Francia. Narváez asumió el poder para controlar los ataques contra la reina, pero su muerte dejó a la corona sumida en una crisis. Los preparativos revolucionarios terminaron en septiembre de 1868 mientras la reina y la corte veraneaban. El general Prim iba rumbo a Cádiz. Allí la escuadra del almirante Topete esperaba órdenes. Cuando Prim llegó, 21 cañonazos anunciaron el destronamiento de Isabel II y se lanzó la proclama de Prim y Serrano a los españoles. Ahí empieza la Revolución Gloriosa. Isabel II huyó a Francia tras saber que se aproximaba el general Serrano a Madrid, tras esto se organizaron juntas revolucionarias en todo el país. En Madrid la Junta Suprema de Gobierno dio paso a un gobierno provisional presidido por Serrano. El gobierno estaba presionado por las juntas revolucionarias.
El Gobierno Provisional y la Constitución de 1869
El general Prim acabó con la dualidad de poderes gobierno/juntas y se tomaron decisiones como:
- Restablecer la libertad de imprenta.
- El sufragio universal y convocatoria de elecciones a Cortes Constituyentes.
Así triunfó el liberalismo radical. En la contienda electoral participaron los unistas (Serrano), progresistas, demócratas monárquicos (ganadores), republicanos, unionistas dinásticos y tradicionalistas. El primer acuerdo fue ratificar los poderes al gobierno provisional (poder ejecutivo).
La Constitución de 1869 y la Restauración Monárquica
En el título 1 de dicha constitución se desarrolla la declaración de los derechos humanos, se amplía la autonomía local. Monarquía hereditaria, democrática y parlamentaria. Delimitación de los poderes al monarca que promulga y sanciona las leyes. Sistema bicameral: senado electivo y congreso con potestad legislativa. Los ministros son responsables ante el parlamento pero son nombrados por el rey. Los principios de la constitución en su parte dogmática son muy avanzados. Tuñón de Lara la califica como la más liberal. Para Jordi Solé Tura, cambiaría el sistema moderado. La constitución contiene dos principios: la democracia y la descentralización. Fue aprobada el 5 de junio de 1869. Se nombró regente al general Serrano y Prim se convirtió en el jefe del gobierno, con el encargo de nombrar un nuevo rey para España. Finalmente, Amadeo fue el elegido. Sin embargo, Prim murió en un atentado y no vio al nuevo rey. Este juró la constitución y se convirtió en el nuevo rey de los españoles. Amadeo de Saboya llegó a Madrid para hacer de rey constitucional, pero las fuerzas políticas del régimen, dividida después de la muerte de Prim, fueron incapaces de mantener una estabilidad. Los gobiernos se sucedieron rápidamente, se unieron además los republicanos que estaban en contra del nuevo rey y querían la vuelta de los Borbones. El 11 de febrero de 1873, Amadeo de Saboya regresa a Italia, tras abdicar. El congreso y el senado, reunidos en una asamblea nacional, proclamaron la primera república. La hacienda pública estaba arruinada, el ejército se dividía en dos frentes. La corta duración de los mandatos presidenciales de la república da una idea de la confusión que se desarrolló. El primer presidente de la república fue Figueras, su principal preocupación fue reunir las cortes constituyentes. Reunidos estas, la presidencia recayó en Margall.
El Fin de la República y la Restauración Monárquica
El proyecto de una constitución presentado por Margall no pudo aprobarse por la insurrección cantoral que le obligó a dimitir. El nuevo presidente saliente se mostró dispuesto a frenar esta insurrección. Tras su dimisión, Castelar practicó una política de autoridad. La república tuvo que atender al problema cubano y la guerra carlista. El régimen tenía los días contados por su propia provisionalidad, lo que acabó asegurando la restauración de los Borbones después del levantamiento de Martínez Campos. Cuando las cortes se reunieron, el general Pavia intervino y disolvió la asamblea. El general Serrano comenzó entonces el cuarto ensayo político del sexenio al asumir la presidencia del poder ejecutivo de la república bajo el orden constitucional de 1869. Serrano mantuvo durante un año una república unitaria, conservadora y provisionalista. El pronunciamiento del general Martínez Campos restableció la monarquía en España, en Alfonso XII. Durante el sexenio revolucionario España confirmó su condición de potencia de segundo orden, intervención en el norte de África, México y el Pacífico y recuperación de Santo Domingo. Las experiencias constitucionales europeas influyeron en las ideas federalistas de Margall. Por otra parte, la crisis europea de 1869-70 dio lugar a la guerra franco-prusiana en la que España se mantuvo neutral y ofreció el trono a Amadeo de Salaya. En 1872 se inició la tercera guerra carlista y duró hasta 1876. El mayor problema de la monarquía democrática de Amadeo I fue la guerra de Cuba. Regresó a España el hijo de Isabel II, Alfonso XII, gracias a los antiabolicionistas. Los problemas parten de que las diferencias entre cubanos y españoles van creciendo, los productores de azúcar y tabaco daban más importancia a EEUU como mercado natural. Había también una cuestión político-administrativa, el capitán general tenía los poderes de un monarca absoluto. La distancia y la inestabilidad de la península impedían que se ejerciera el poder con decisión y coherencia: por todo ello Francisco Lersundi aprobó una política de dura represión, que agravaría aún más los problemas, todo esto desembocó en una sublevación en octubre de 1868. Una buena parte de los dirigentes republicanos y algunos de los intelectuales más conocidos formaron parte de la sociedad abolicionista.