El Origen de la Revolución Industrial
Unos Cambios Económicos de Gran Trascendencia
En el último tercio del siglo XVIII se inicia un proceso de transformaciones económicas que son resultado de la aplicación de nuevos ingenios mecánicos a algunas ramas de la producción manufacturera. La burguesía se convierte en el grupo social dominante. Estos cambios se producen primeramente en Gran Bretaña y en el segundo tercio del siglo XIX Francia, Bélgica y territorios alemanes comienzan también un proceso de industrialización. A la vez, en Estados Unidos se asientan las bases para el despegue del último tercio del siglo XIX.
La Culminación de un Conjunto de Transformaciones
En la Gran Bretaña del siglo XVIII surgieron diferentes procesos que hicieron posible el origen de la Revolución Industrial:
- Revolución Agrícola: Supuso la desaparición del régimen señorial y la privatización de las tierras comunales. Se introdujeron nuevos sistemas de cultivo e ingenios mecánicos. La dinamización de la agricultura generó una importante acumulación de capital.
- Revolución Demográfica: El descenso progresivo de la mortalidad, junto con altas tasas de natalidad, conllevó al crecimiento natural. Lo importante en Gran Bretaña es que el aumento de población fue absorbido por la economía y también la dinamizó (proporcionando mano de obra barata y aumentando la demanda de productos). La población emigraba, no generando desequilibrios sociales.
- Mejoras en el Sector Servicios: En el siglo XVIII hubo un importante desarrollo de los transportes, del comercio y de la banca. Para ello se mejoraron los medios para el transporte terrestre y, en cuanto al transporte marítimo, mejoró mucho.
La Revolución Industrial en Gran Bretaña
Un Siglo de Innovaciones Tecnológicas
Hubo un perfeccionamiento de los medios de navegación y mejoraron las técnicas comerciales y financieras, lo que permitió agilizar las actividades comerciales impulsadas por el pensamiento racional ilustrado. A lo largo del siglo XVIII, la extracción de carbón se cuadruplicó. Desde comienzos del siglo se utilizó el vapor como fuente de energía y James Watt creó una máquina de vapor en 1769, lo que marcó la Revolución Industrial.
La Industrialización del Sector Textil
La materia prima más utilizada era la lana. Con el aumento de su producción, hubo que importar el producto, lo que lo encareció. La artesanía del algodón era más modesta, con un sistema doméstico. Tras las nuevas máquinas con fuente de energía natural, se aplicó la máquina de vapor, lo que provocó una rápida expansión algodonera.
La Industria Siderúrgica. El Ferrocarril
En el siglo XVIII se empieza a utilizar el carbón en la producción del hierro, pero era un hierro con muchas impurezas y con una demanda limitada. A finales de siglo, Henry Cort perfeccionó el sistema y logró un producto de mayor calidad. Pero el sector no acaba de despegar por la poca demanda, lo que cambiará con el ferrocarril gracias a George Stephenson. El ferrocarril multiplicó la demanda y, en el segundo tercio del siglo XIX, la industria siderúrgica se convirtió en el motor y símbolo de la industrialización.
Crisis del Antiguo Régimen y Revolución Liberal en España
La Guerra de Independencia
La revolución liberal surgió por la quiebra de la monarquía absoluta. Su caída comenzó con un acontecimiento de política exterior: el Tratado de Fontainebleau (1807). El motín de Aranjuez en marzo de 1808 abrió la crisis interna. La situación se agravó cuando la familia real marchó a Francia, a petición de Napoleón, y se produjeron las abdicaciones de Bayona: Fernando VII y Carlos IV cedieron la corona al emperador y éste la entregó a su hermano José Bonaparte. La Guerra de Independencia (1808-1814) fue la resistencia ante la ocupación francesa. Uno de sus primeros episodios fue la sublevación del pueblo de Madrid, el 2 de mayo de 1808. El sentimiento nacionalista se reforzó con las partidas guerrilleras en 1809. El conflicto, que terminó en 1814, trajo transformaciones: José I puso en práctica una política reformista con la Constitución de Bayona, que limitaba el poder del rey y establecía derechos individuales. La administración francesa contó con ilustrados españoles partidarios de su política (afrancesados) que más tarde serían acusados de traidores. En el resto del país se formaron Juntas en las principales localidades; sus tareas más importantes fueron organizar la lucha contra los franceses y mantener el orden.
El Reinado de Fernando VII (1814-1833)
La Vuelta al Absolutismo (1814-1820)
A su vuelta a España, Fernando VII fue acogido por la población. La situación en el país era desoladora debido a las consecuencias de la guerra (muertes, cosechas, artesanía). Sus primeras medidas fueron la restauración del absolutismo. También dio comienzo a la represión contra los afrancesados y liberales. Mientras tanto, la situación económica no mejoraba. Los liberales, en sociedades secretas, buscaron en el pronunciamiento el medio de volver al poder. Desde 1814 se sucedieron las sublevaciones militares hasta que, en enero de 1820, triunfó el pronunciamiento y el rey se vio obligado a jurar la Constitución de 1812.
El Trienio Liberal (1820-1823)
Se restablecieron las disposiciones emanadas de las Cortes de Cádiz. Pronto surgió la división en las filas liberales: los moderados o doceañistas, que deseaban pactar con las fuerzas del Antiguo Régimen, y los liberales exaltados, que pretendían una transformación de la sociedad estamental. En abril de 1823, la Santa Alianza enviaba el ejército de los Cien Mil Hijos de San Luis, que rápidamente derrotó a los liberales y restituyó el absolutismo. Las reformas del Trienio no pudieron aplicarse por su corta duración, pero se ensanchó la base del liberalismo a través de las Sociedades Patrióticas.
La Década Absolutista (1823-1833)
La restauración absolutista dio paso otra vez a la persecución antiliberal. Para ello se creó la policía en 1824. Un numeroso grupo de españoles buscó en el exilio la forma de escapar de la ejecución o de la cárcel. En 1832, los defensores del hermano de Don Carlos, aprovecharon su enfermedad para que María Cristina revocara la Pragmática Sanción, pero finalmente Fernando VII la reinstauró.
El Funcionamiento del Estado Liberal (1833-1868)
El Problema Carlista: Absolutismo contra Liberalismo
En 1833, la esposa de Fernando VII, María Cristina, ocupó la Regencia ante la minoría de edad de su hija Isabel. El mismo año estalló la guerra civil por los derechos a ocupar el trono de España. Los carlistas aspiraban a continuar con el absolutismo, mientras que los liberales defendían a la Regencia para que hiciera reformas liberales. Los carlistas fueron derrotados y el Convenio de Vergara de 1839 puso fin a la guerra.
La Implantación del Sistema Liberal
La Regencia publicó en 1834 el Estatuto Real, una constitución otorgada que regulaba el funcionamiento de las Cortes y reservaba la iniciativa de elaborar las leyes al monarca. Los liberales alentaron en 1836 el pronunciamiento de los sargentos de la Granja, que dio paso a la apertura del proceso para la aprobación de la Constitución de 1837. De la confrontación política surgieron los dos primeros partidos (progresistas y moderados), lo que provocaría una gran inestabilidad. En 1840, la regencia pasó de María Cristina al general Espartero, progresista, hasta que subió al trono Isabel II. A pesar de los vaivenes políticos, se consolidó el Estado liberal.
Las Dificultades del Funcionamiento del Sistema Político
Los continuos cambios de gobierno obstaculizaban el funcionamiento del sistema liberal:
- La monarquía: favorecía a los moderados; a los progresistas solo les quedaba la fuerza para alcanzar un poder vetado por vías legales.
- En el ejército existían las mismas tendencias que en los partidos políticos.
- La Constitución de 1845 no era aceptada por los progresistas.