La Revolución Industrial y la Gran Divergencia: Del Siglo XVIII a la Primera Guerra Mundial

1ª Revolución Industrial

(1760-1830)

La primera Revolución Industrial tuvo lugar en Gran Bretaña entre 1760 y 1830. Se caracterizó por la producción en masa de textiles y hierro, gracias al uso de energía mecánica centralizada basada en el carbón. Este período marcó el paso del Feudalismo al Capitalismo.

¿Por qué fue inglesa?

Diversos condicionamientos favorecieron que la Revolución Industrial se originara en Inglaterra:

  • Mejoras en el campo: La revolución agraria aumentó la productividad, generando excedentes y liberando trabajadores.
  • Expansión del mercado: El aumento de salarios, la mejora tecnológica y el crecimiento del consumo impulsaron el crecimiento de las ciudades y las mejoras en el transporte.
  • Cambio técnico: La invención de la máquina de vapor y la mecanización de las fábricas transformaron la producción.
  • Factores geográficos: La condición insular de Gran Bretaña, la abundancia de canales y la disponibilidad de carbón fueron ventajas significativas.
  • Inicio del sistema bancario moderno: El abandono del bimetalismo, la creación de bancos ingleses, la Bolsa de Valores y las Sociedades Anónimas sentaron las bases del sistema financiero moderno.

2ª Revolución Industrial

(1870-1914)

La segunda Revolución Industrial se extendió desde 1870 hasta 1914. Se caracterizó por la aparición de nuevas fuentes de energía como el gas, el petróleo y la electricidad. Surgieron nuevos convertidores de energía como la turbina, el motor eléctrico y el motor de combustión interna. La cadena de montaje revolucionó la producción industrial. Los salarios altos y la creciente capacidad de consumo impulsaron el desarrollo del mercado interno y la “sociedad de consumo”. Se popularizaron nuevos materiales como el acero, el aluminio, el cemento y el vidrio. La industria petroquímica experimentó un gran auge.

Surgimiento de EEUU, Argentina y Japón

Durante la segunda Revolución Industrial, Estados Unidos, Argentina y Japón experimentaron un gran crecimiento económico:

  • EEUU: Tras su independencia en 1776, la abolición de la esclavitud, la frontera abierta (concesión de tierras a inmigrantes) y la ausencia de un imperio colonial crearon condiciones favorables para el desarrollo. Tres grandes áreas con estructuras productivas distintas pero complementarias, salarios altos en las ciudades, un gran mercado interno, abundantes recursos naturales, inversión extranjera y alta productividad impulsaron el crecimiento económico.
  • Argentina: La abundancia de tierras cultivables y fértiles, la cría de ganado, los profundos ríos, la extensa costa atlántica, los yacimientos de petróleo y minerales, un poderoso sector exportador, aranceles bajos e inmigración masiva, especialmente de ingleses, impulsaron el desarrollo. La inversión inglesa en ferrocarriles, infraestructuras, puertos y técnicas de refrigeración de la carne fue crucial.
  • Japón: Japón logró un gran éxito durante la segunda revolución tecnológica, convirtiéndose en una potencia industrial, militar y colonial. La Revolución Meiji (década de 1860) fue crucial, ya que, bajo la influencia de Estados Unidos, Japón se abrió al mercado internacional. La Primera Guerra Mundial brindó una gran oportunidad a Japón, que dominó el mercado asiático.

La Gran Divergencia

La Gran Divergencia, que originó la Revolución Industrial, se refiere al desarrollo técnico y económico desigual entre Occidente y Oriente. Este término, acuñado por Samuel Huntington, describe el período de dominación occidental que comenzó en el siglo XVIII, alcanzó su apogeo en el siglo XIX y se extendió durante buena parte del siglo XX. Su origen se encuentra en el descubrimiento de América, la Ilustración, el desarrollo de la ciencia y la era de la razón. El imperialismo colonial, la revolución comercial y la Revolución Industrial reforzaron esta divergencia. El ferrocarril, el barco de vapor, la minería y los avances y la mecanización de ciertas tareas en la agricultura fueron elementos clave en este proceso.

Teoría Malthusiana

La teoría malthusiana, propuesta por Thomas Malthus, se basa en dos principios:

  • La trampa malthusiana: El crecimiento geométrico de la población y el crecimiento aritmético de los recursos generan desequilibrios.
  • El techo malthusiano: La población está limitada por la cantidad de alimentos disponibles.

Sin embargo, la teoría malthusiana no considera el efecto de la población sobre el cambio tecnológico. El incremento de la población tiene dos efectos diferentes en los sistemas de producción:

  • Efectos negativos de los rendimientos decrecientes: Cuando el sistema agrícola existente debe alimentar a más personas, la productividad disminuye (en este aspecto se centran los malthusianos).
  • Incentivos para introducir sistemas de producción más intensivos: El aumento de la población puede impulsar la innovación tecnológica. Los cambios que se originan pueden o no incrementar la productividad del trabajo, teniendo en cuenta el entorno institucional.

Patrón Oro

Entre 1872 y 1914, el patrón oro se convirtió en el sistema monetario internacional de pagos. Alemania adoptó el patrón oro tras la guerra franco-prusiana, aprovechando la fuerte indemnización de guerra. Este sistema proporcionó estabilidad y mejoró la economía. Inglaterra y Portugal ya utilizaban el patrón oro. A raíz de la adopción alemana, otros países se sumaron al sistema. Se crearon bancos y aumentó el dinero fiduciario, la creación de cuentas, etc.

Primera Globalización

La primera globalización, que tuvo lugar en el siglo XIX, consolidó la Gran Divergencia e incrementó la distancia con los países más industrializados. Tres factores clave impulsaron este proceso:

  1. La mejora de los medios de transporte, especialmente el ferrocarril.
  2. Los movimientos de capital entre las regiones del mundo.
  3. La masiva emigración europea.

El dominio europeo, las ideas de Adam Smith sobre la especialización del trabajo y la reducción de los aranceles impulsaron el comercio internacional. Sin embargo, entre 1868 y 1896, el comercio internacional se desaceleró debido a la saturación de las líneas férreas, los conflictos imperialistas y las tasas de intercambio desfavorables para los países mono-exportadores de materias primas. La crisis financiera de 1873 también contribuyó a la desaceleración.

Colonización de África y Asia

La colonización de África y Asia por parte de las potencias europeas se debió a diversas razones:

  • Políticas: El dominio de puntos estratégicos y el prestigio social que proporcionaba “el imperio” impulsaron la expansión colonial.
  • Económicas: La explotación de las riquezas, la comercialización, las inversiones estables para los capitales de la metrópolis y la disponibilidad de tierras donde asentar excedentes de población de la metrópolis fueron factores clave.

Reino Unido y Francia fueron los mayores colonizadores, y sus rivalidades, junto con el surgimiento de nuevas potencias como Japón y Estados Unidos, crearon alianzas que desembocaron en la Primera Guerra Mundial.

1ª Guerra Mundial

La Primera Guerra Mundial (1914-1918) no provocó un colapso del comercio internacional, aunque sí una reducción significativa. Las causas de la guerra fueron:

  • La rivalidad entre las potencias europeas imperialistas, especialmente la anglo-alemana por la supremacía naval.
  • Las tensiones en el Imperio Austro-Húngaro y las injerencias rusas en los Balcanes.
  • La rivalidad económica por los excedentes de la segunda Revolución Industrial.
  • El asesinato del heredero al trono austro-húngaro por un nacionalista serbio.

La guerra enfrentó a la Triple Alianza (Imperio Austrohúngaro, Imperio Alemán e Italia) contra la Triple Entente (Reino Unido, Francia e Imperio Ruso). Estados Unidos se unió a la Entente posteriormente. Alemania fue derrotada. Los tratados de paz (1919-1920), especialmente el Tratado de Versalles, impusieron duras sanciones a Alemania, incluyendo la pérdida de colonias. El economista John Maynard Keynes predijo que Alemania no podría pagar las sanciones. Las consecuencias de la guerra fueron:

  • Deudas y falta de unidad europea.
  • Lentitud de la recuperación económica.
  • Auge de los autoritarismos.
  • Conflictos sociales debido a las duras condiciones de vida y laborales.
  • Fin de la supremacía europea en el mundo: Estados Unidos y la Unión Soviética emergieron como grandes potencias mundiales.

Revolución Rusa

En Rusia, el zar gobernaba con poder absoluto, sin parlamento democrático ni Estado de Derecho. La falta de tecnología, la escasez de ferrocarriles y la hambruna provocada por la guerra generaron un gran descontento popular. En la primera revolución, Kerenski asumió el poder. En la segunda revolución, liderada por Lenin, se instauró un régimen comunista tras acordar la paz con Alemania. El nuevo régimen abolió el mercado, redistribuyó la tierra expropiando a los terratenientes y repartiéndola entre los campesinos, y expropió las industrias. Estas medidas provocaron la Guerra Civil Rusa, que enfrentó al Ejército Rojo de Lenin contra el Ejército Blanco, apoyado por Estados Unidos, Francia y Reino Unido. Lenin logró la victoria. La Nueva Política Económica (NEP) reintrodujo algunos elementos de mercado, permitiendo la venta de propiedades.

Gran Depresión

La Gran Depresión, que comenzó con el crack de 1929, fue la crisis económica más grave del siglo XX. El PIB de Estados Unidos cayó un 30%, aunque las economías más aisladas sufrieron menos. El derrumbe de la bolsa de Nueva York, el colapso del sistema bancario y la profunda deflación afectaron a todos los sectores productivos en Estados Unidos. La crisis se extendió rápidamente a Europa y al resto del mundo. Las causas de la Gran Depresión fueron:

  • La inestabilidad intrínseca de la bolsa, donde muchos invertían sin tener apenas idea.
  • El alto endeudamiento de muchos inversores, que no pudieron devolver el dinero.
  • Síntomas preocupantes en la economía estadounidense a partir de 1926, como el aumento del paro, la caída de la construcción y la bajada de los precios de las materias primas.

La Gran Depresión tuvo consecuencias políticas y sociales devastadoras. En Europa y América Latina se cuestionaron las democracias liberales, y proliferaron las dictaduras. La rivalidad económica se agudizó, y los países invirtieron cada vez más en defensa.

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