1. El Problema Dinástico y el Carlismo
1.1. La Sucesión de Isabel II
El problema dinástico en España comienza con el nacimiento de Isabel II. Felipe V había introducido la Ley Sálica, que impedía a las mujeres reinar. En 1730 se hizo pública la Pragmática Sanción, que la suprimía. En 1832, Fernando VII muere y aquellos que apoyaban a Carlos María Isidro se agrupan en torno a su figura, negándose a reconocer a Isabel como heredera. María Cristina, madre de Isabel, se alía con los liberales y se nombra regente, iniciando reformas.
1.2. La Primera Guerra Carlista
El día en que muere Fernando VII, Carlos se autoproclama rey de España, iniciando la Primera Guerra Carlista. El carlismo se limita a algunas zonas del país, con el apoyo de ciertos grupos sociales. La guerra se desarrolla como una guerra de guerrillas. Finalmente, son derrotados por el ejército liberal al mando de Espartero y se someten a la reina.
2. La Revolución Liberal
2.1. Aceleración del Proceso Revolucionario
La guerra carlista acelera el proceso de revolución liberal en España. El bando isabelino busca una monarquía constitucional, idea que no agrada a los liberales más radicales. La regente llama a formar gobierno a Martínez de la Rosa, quien elabora el Estatuto Real en 1834. Este no satisface las ideologias liberales, dando lugar a la división entre progresistas y moderados.
2.2. Reformas Progresistas
Martínez de la Rosa es sustituido por el político progresista Mendizábal, quien inicia reformas, incluyendo la desamortización. Esto lleva a la entrega del gobierno a los moderados. Los progresistas se manifiestan en revueltas, por lo que la regente llama de nuevo a los progresistas y se restablece la Constitución de 1812. La desamortización de Mendizábal, en 1836, decreta la disolución de las órdenes religiosas y otras medidas legislativas. Las Cortes progresistas elaboran una nueva Constitución en 1837, basada en el principio de soberanía nacional, declaración de derechos, división de poderes, no confesionalidad católica, sistema bicameral, amplios poderes de la corona y sufragio censitario.
3. El Predominio Moderado (1837-1840)
Los progresistas tienen problemas para consolidarse frente a los moderados. Intentan mantener las reformas progresistas. En 1840 aprueban una constitución más restrictiva. Se producen movimientos progresistas, la regente dimite y los progresistas nombran al general Espartero como regente.
4. La Regencia de Espartero (1840-1843)
El progresismo no se mantiene más de tres años en el poder. La situación se hace insostenible para Espartero y los progresistas. En 1843 se produce un levantamiento de burgueses y obreros en Barcelona, que lleva al poder a progresistas y moderados, liderados por Narváez. Espartero abandona la regencia. Para evitar otra regencia, las Cortes nombran a Isabel II mayor de edad y reina de España.
5. La Consolidación del Liberalismo (1844-1868)
5.1. Partidos Políticos
La instauración del liberalismo trae consigo la creación de parlamentos, ayuntamientos y diputaciones. Se forman dos grandes partidos:
- Partido Moderado: Formado por terratenientes, nobleza y clero. Defiende la soberanía nacional compartida con la corona y las Cortes, y la influencia de la Iglesia Católica.
- Partido Progresista: Formado por la pequeña y media burguesía. Defiende la soberanía nacional y el predominio de las Cortes. Buscan más poder para los ayuntamientos y la milicia nacional, la defensa de los derechos individuales, etc.
5.2. La Década Moderada (1844-1854)
Los moderados se hacen con el poder con el apoyo de la corona. Narváez establece las bases del Estado moderado. Se elabora una nueva Constitución en 1845, que defiende la soberanía nacional compartida entre la corona y las Cortes. Finalmente, Isabel II llama a gobernar a Espartero.
5.3. El Bienio Progresista (1854-1856)
El nuevo gobierno intenta restaurar los principios del régimen constitucional e inicia una nueva Constitución en 1856, que no llega a ser promulgada. El gobierno es compartido por O’Donnell y Espartero. Se llevan a cabo reformas como la desamortización de Madoz en 1855 y la construcción del ferrocarril. Se presenta una ley de trabajo que introduce mejoras laborales y permite la formación de asociaciones de obreros. Un nuevo levantamiento provoca la dimisión de Espartero y la reina entrega el gobierno a O’Donnell, jefe de la Unión Liberal.
5.4. La Unión Liberal (1856-1868)
O’Donnell restaura el régimen moderado. Se restablece la Constitución de 1845 y se anula la legislación del bienio progresista. Se paraliza la desamortización, se anula la libertad de imprenta y se restablecen los consumos. Económicamente, es una etapa de buenas cosechas. Se amplía el poder ejecutivo, se limita el legislativo y se declara al Estado descentralizado. Se suprime la milicia nacional. La vida política se desarrolla alrededor de la corte. El régimen llega a su fin debido a la corrupción interna y al intento de Bravo Murillo de limitar aún más el sistema liberal. Esta tendencia es mantenida por varios gobiernos con el apoyo de la corona, provocando el pronunciamiento de varios generales moderados en Vicálvaro. La situación se mantiene incierta hasta que los sublevados publican el Manifiesto de Manzanares, que recoge algunas reivindicaciones progresistas. La política exterior es muy activa. El Partido Demócrata, dirigido por Castelar, se hace más influyente. Surge el republicanismo y se producen las primeras organizaciones obreras. En 1863 se produce una gran crisis económica. La oposición de progresistas, demócratas y republicanos hace que O’Donnell dimita y la reina entregue el gobierno a los moderados.
6. La Revolución Gloriosa (1868)
Se crea una alianza entre progresistas y demócratas para acabar con el reinado de Isabel II. En 1866 se produce el Pacto de Ostende entre progresistas y demócratas en el exilio, que establece las bases para una revolución. El pacto pretende destronar a la reina y decidir la forma de gobierno mediante sufragio universal. El 19 de septiembre de 1868 se inicia la Revolución Gloriosa contra el gobierno de Isabel II. El gobierno moderado se ve obligado a dimitir y el día 29 Isabel II parte hacia el exilio.