La Revolución Rusa y el Ascenso de la URSS: De los Zares al Socialismo

La Revolución de 1917 y la Consolidación del Modelo Soviético

La Revolución Rusa de 1917 constituye un hecho decisivo en la historia y puede ser considerada como el mayor acontecimiento del siglo XX. La situación inestable de este país, en la que el zar mediatizaba la labor de la Duma y cambiaba continuamente los ministros, influyó en el estallido de la revolución en dos tiempos en 1917:

  • Febrero: Revolución de carácter liberal, dirigida por intelectuales y burgueses. Se formaron dos poderes: los soviets, con poder real y controlados por los bolcheviques; y el gobierno provisional, con poder oficial, controlado por partidos liberales y, más tarde, en julio, por Kerensky y los mencheviques. Ambos poderes estaban enfrentados.
  • Octubre: Revolución socialista/bolchevique, dirigida por intelectuales y obreros. Se formó un gobierno revolucionario controlado por el PCUS y dirigido por Lenin. Cabe destacar la paz alcanzada con Alemania a través del Tratado de Brest-Litovsk, una guerra civil que acabó en 1921 y la formación de la URSS (Rusia Soviética) en 1922.

El Comunismo de Guerra y la Nueva Política Económica (NEP)

Tras el triunfo de la revolución, se constituyó un Consejo de Comisarios del Pueblo, presidido por Lenin, con Trotsky en Relaciones Exteriores y Stalin como comisario/ministro de las nacionalidades.

En julio de 1918 se aprobó la primera Constitución. El Estado quedó configurado como una República Socialista Federativa Soviética de Rusia, que proclamaba la igualdad, la soberanía de todos los pueblos del Imperio y su libertad para federarse.

Los decretos de carácter económico ponían en práctica el programa radical de los bolcheviques: abolición de la propiedad privada sobre la tierra y redistribución entre los campesinos sin obligación de pago de arrendamiento; control obrero sobre las fábricas y nacionalización de las empresas más importantes.

La estabilidad de la República Soviética estaba amenazada por problemas externos (erradicados con la firma de la paz de Brest-Litovsk con Alemania en marzo de 1918) y problemas internos, que desembocaron en una guerra civil contra los partidarios del antiguo régimen, prolongada hasta 1922.

Para salvar al país, se llevaron a cabo una serie de medidas excepcionales bajo el nombre de «comunismo de guerra» entre 1919 y 1921:

  • Plano político: Dictadura gubernamental y control de la opinión pública a través de la Cheka, policía política al servicio del régimen.
  • Plano económico: Nacionalización de toda industria con más de 10 obreros; entrega obligatoria al Estado de las cosechas por parte de los campesinos; trabajo obligatorio para todos; aumento de la jornada diaria y salario único.

Los resultados de esta política no fueron satisfactorios. El terror económico y político provocó descontento social.

En marzo de 1921, el X Congreso del Partido Comunista aprobó la Nueva Política Económica (NEP): supresión de las requisas agrícolas; desnacionalización de empresas industriales de menos de 20 obreros; restablecimiento de la libertad de comercio interior (con reserva para el Estado del comercio exterior); estabilización del valor de la moneda mediante una reforma monetaria; restablecimiento de las relaciones comerciales con otros países y llamada a técnicos extranjeros.

En manos del Estado quedaron los transportes, los bancos y las grandes industrias (agrupadas en trusts con obligación de reinvertir sus beneficios).

Los resultados fueron satisfactorios: la producción agrícola aumentó considerablemente; la minería experimentó un fuerte incremento en carbón y petróleo; la industria tuvo progresos mínimos (mejoró la de bienes de consumo, pero la pesada permaneció estancada); se dio un desajuste entre precios de productos agrícolas e industriales, lo que restringió el consumo de productos industriales y aumentó el paro.

Sin embargo, dejaron de sentirse los efectos negativos en la estructura social y, desde 1926, el progreso agrícola se detuvo.

Los Tres Primeros Planes Quinquenales

Primer Plan Quinquenal (1929-1933): Nacionalizó la industria privada. Los campesinos propietarios fueron invitados a poner sus tierras en cooperativas (koljoses). Las tierras del Estado (sovjoses), trabajadas por asalariados, se convirtieron en granjas de experimentación. Este plan previó una duplicación de la producción global, dando preferencia a la industria pesada, la energía eléctrica y la obtención de materias primas. Sin embargo, los resultados no fueron los esperados.

Segundo Plan Quinquenal (1933-1937): Puso el acento en el desarrollo de la industria ligera (textil y alimentaria), la enseñanza técnica y la mejora del nivel de vida. Los progresos fueron importantes en la enseñanza, con la creación de escuelas especializadas y facultades obreras. Se estimuló la productividad del obrero y, en 1935, se extendió por la URSS el movimiento stajanovista. Además, se mejoró el nivel de vida de los obreros.

Tercer Plan Quinquenal (1938-…): Se centró en desarrollar algunas industrias especializadas, sobre todo las químicas, pero se vio interrumpido por la guerra, ya que se reorientó a la producción de materiales bélicos. Aun así, en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética era la tercera potencia del mundo, no presentaba signos de hambre, ocupaba el segundo lugar mundial en la producción de hierro, petróleo y oro, y el tercero en acero, energía eléctrica y algodón. Los transportes permitían mejores comunicaciones y se había ampliado la red de canales, mejorando los puertos y el tráfico principal por ferrocarril.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *