La Revolución Rusa y la Economía Mundial en el Periodo de Entreguerras

La Revolución Rusa y la URSS

La Rusia de los Zares

Un Imperio Inmenso y Atrasado

El poder del zar era un poder absoluto que provenía de Dios. El régimen político del imperio era una autocracia. El zar no estaba sujeto a ninguna Constitución ni a ningún Parlamento y se apoyaba en la burocracia, en el ejército y en la Iglesia ortodoxa.

El Imperio ruso era una economía agraria en la que convivían la propiedad comunal llamada mir. Las propiedades privadas de la tierra estaban en manos de los kulaks, que eran la nobleza y propietarios de menor poder. Las condiciones de vida de los campesinos eran muy precarias, se trataba de una agricultura atrasada y con baja producción, de la cual no se conseguía alimentar a toda la población. A finales del siglo XIX, el capitalismo había ido penetrando en la parte más occidental del imperio y se había iniciado un proceso de industrialización. Se trataba de una industria muy concentrada y de grandes dimensiones. Debido a la industrialización, aparecieron los obreros industriales, los cuales eran campesinos que habían huido de la miseria rural y habían emigrado a las ciudades industriales.

El Crecimiento de la Oposición

La oposición al zarismo fue creciendo debido al proceso de industrialización, lo que comportó la difusión de las ideas liberales, el anarquismo y el marxismo. En Rusia tomaron fuerza algunos movimientos de raíz popular conocidos como populistas. El anarquismo consiguió un notable arraigo y produjo algunos de sus grandes intelectuales, como Bakunin y Kropotkin. Se crearon organizaciones como Tierra y Libertad, que defendían el reparto de la tierra entre los campesinos y la acción directa contra la autocracia. También se crearon partidos liberales como el Partido Democrático Constitucional y el Partido Social-Revolucionario. La influencia del marxismo dio lugar al Partido Social-Demócrata Ruso, que tenía a Lenin como su líder más destacado. Este partido se dividió en dos partes: bolchevique y menchevique.

La Revolución de 1905 y los Intentos de Reforma

La agitación social y política aumentó como resultado de las malas condiciones de vida y del auge de la corrupción en la corte. La penuria económica se había visto agravada en aquellos años por la derrota militar rusa en la guerra ruso-japonesa. En enero de 1905, estalló un movimiento revolucionario contra la opresión zarista y las injusticias sociales, en demanda de mejoras en la condición de vida de la población. La revolución tuvo fuerza en San Petersburgo, con una manifestación ante el Palacio de Invierno, que fue reprimida por el ejército dando lugar al llamado Domingo Sangriento. Participaron todos los grupos políticos opuestos al sistema y también parte del clero ortodoxo. Después de la revolución de 1905, se emprendieron algunas tímidas reformas económicas y políticas. Se convocó una Duma y el ministro Stolypin propuso una reforma agraria.

La Revolución de Febrero de 1917

La Coyuntura de la Primera Guerra Mundial

La decisión de Rusia de participar en la guerra precipitó los acontecimientos. Las fábricas se transformaron en industrias de guerra y el reclutamiento de campesinos hizo disminuir la producción agraria. Los productos escaseaban, los precios subían y la capacidad adquisitiva de los asalariados disminuyó. La escasez y el hambre se extendieron a toda la población. Las derrotas militares ante Alemania produjeron una gran mortandad entre los combatientes. Las críticas al gobierno se sumaron a las manifestaciones contra la carestía de productos y las continuas levas. La confianza en el zar se había hundido y los complots se sucedían en una corte en la que el monje Rasputín tenía mayor influencia. El desastre militar-económico condujo a una revolución de mayor envergadura que la de 1905.

La Caída del Zarismo

En 1917, los populares salieron a las calles pidiendo el fin de la guerra y la mejora de las condiciones de vida. El movimiento comenzó el 23 de febrero con una gran manifestación en Petrogrado y culminó el 27 de febrero en una huelga general. Se formaron grupos de soviets, que tuvieron desde el principio una gran importancia para canalizar el movimiento subversivo. El zar y su gobierno se negaron a abandonar la guerra y ante la insistencia de parte del ejército y la presión de los partidos, el zar abdicó. La Duma adquirió protagonismo e impuso un gobierno provisional presidido por el príncipe Lvov. El nuevo gobierno prometió reformas políticas y sociales y se comprometió a convocar una asamblea constituyente para decidir el destino político de Rusia, aunque al mismo tiempo mantuvo a Rusia en la guerra. La guerra continuaba, las condiciones de vida no mejoraban y los soviets, controlados por los comités de obreros y soldados, exigían la retirada inmediata de la guerra y no reconocían las leyes del gobierno provisional como legítimas. Empezó la existencia de un doble poder, el del gobierno provisional y el de los soviets, que era de gran influencia entre la población obrera.

La Dualidad de Poderes (Marzo – Octubre de 1917)

El gobierno de Lvov, de carácter liberal y dirigido por el partido KDT, fue desbordado por el movimiento popular, liderado por los soviets, que pedía reformas y el fin de la guerra. Lenin había defendido que la revolución debía superar su fase liberal-burguesa para convertirse en una revolución proletaria y había hecho un llamamiento a favor de la salida inmediata de la guerra, el retiro del apoyo de los soviets al gobierno provisional y de la toma de poder. Las prometidas reformas del gobierno no avanzaban. Las protestas pidiendo subsidio para los soldados, el reparto de tierras y el fin de la guerra se hacían más extensas. Lvov fue sustituido por un socialista partidario de acelerar las reformas, aunque no de retirarse del conflicto bélico, Alexander Kerenski. El nuevo gobierno prometió la celebración de nuevas elecciones para una Asamblea Constituyente. Las dificultades del gobierno de Kerenski aumentaron a raíz de un golpe de estado de los militares zaristas por recuperar el poder. Kerenski pudo vencer con el apoyo del soviet y de los bolcheviques. El protagonismo de los bolcheviques hizo aumentar su popularidad entre las masas y su influencia en los soviets. Lenin convenció al partido bolchevique de la necesidad de pasar a la insurrección armada.

La Revolución de Octubre de 1917

Las Jornadas Revolucionarias

El partido bolchevique había sido prohibido y Lenin tuvo que exiliarse debido a una fracasada insurrección popular en Petrogrado. Lenin quería tomar el poder y los soviets dirigidos por los bolcheviques y con el apoyo de algunos mencheviques planificaron la insurrección que contó con el apoyo de la Guardia Roja, una unidad armada impulsada por los soviets. El día 25 de octubre, las fuerzas insurrectas se apoderaron de los lugares y servicios clave de la capital. La toma de la fortaleza Pedro y Pablo demostró que el ejército no dispararía contra el pueblo y así pudo llegarse al asalto al palacio de invierno, donde residía el gobierno provisional. El gobierno dimitió tras la huida de Kerenski. La revolución se extendió rápidamente a Moscú y a los núcleos industriales de Rusia.

Las Primeras Medidas Revolucionarias

El segundo congreso de los soviets destituyó al gobierno provisional y aprobó la formación de un consejo de comisarios del pueblo, dirigido por Lenin, que se constituyó en el primer gobierno obrero y campesino. Se decretaron las primeras medidas revolucionarias: el paso de las tierras a los campesinos, el control obrero de las empresas de más de 5 trabajadores, la nacionalización de la banca y la supresión del ejército zarista. Este gobierno también declaró el deseo de que los pueblos que integraban el imperio se asociaran con repúblicas al gobierno soviético. Un nuevo decreto demostró que el gobierno quería establecer la paz con Alemania, lo que llevó a una serie de conversaciones, las cuales llevaron a la firma de un tratado en Brest-Litovsk.

La Guerra Civil y el Comunismo de Guerra

Los defensores del viejo orden zarista iniciaron la resistencia armada con el objetivo de impedir la consolidación del estado soviético. Las clases privilegiadas y del campesinado propietario acabaron llamándose rusos blancos por oposición a la Rusia roja o revolucionaria. Los rusos blancos eran fuertes en el este del país, mientras que los revolucionarios controlaban el centro de Rusia. Junto a los blancos también luchaban la legión checa y algunas tropas inglesas y francesas. Los bolcheviques crearon un verdadero ejército. El ejército rojo se basaba en la disciplina y los grados militares clásicos. Se inició una guerra civil que costó numerosas vidas y que sumió en la miseria y el hambre a millones de personas. El zar Nicolás II y su familia fueron ejecutados por los bolcheviques. En 1921, el ejército rojo quedó vencedor en la guerra. La guerra civil comportó que toda la economía del país se orientara hacia un objetivo: ganar la guerra. Esta fase de la revolución se conoció como comunismo de guerra y supuso la supresión de la propiedad privada y la estabilización de la industria para hacer frente a las necesidades del ejército.

La Consolidación del Poder Bolchevique y la Formación de la URSS

La asamblea constituyente, surgida de las elecciones de noviembre de 1917, era el organismo previsto para transformar el zarismo en una república democrática. Los bolcheviques decidieron disolverla ya que no ostentaban la mayoría y la asamblea se negaba a someter sus decisiones. El partido bolchevique, llamado Partido Comunista de la Unión Soviética, se constituyó en el centro del poder y su dirección se encargó a un comité llamado Politburó. El partido estaba dirigido por un secretario general que también ejercía de jefe de estado. Solo aquellos que pertenecían al partido podían ejercer cargos en los soviets o en el estado. El órgano supremo del estado era el congreso de los soviets, que ejercía el poder legislativo. El ejecutivo estaba en manos de un presidium dirigido por un presidente que realizaba las funciones de jefe de estado y de los asuntos del gobierno se encargaba el consejo de comisarios del pueblo. Los bolcheviques convirtieron el imperio de los zares en una república federal y se creó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. La URSS definía las competencias de la unión y la de las repúblicas federales.

La NEP, una Nueva Política Económica

Como consecuencia de la guerra civil y del comunismo de guerra, la economía soviética se hundió. La revolución empezó a perder parte de sus apoyos: hubo levantamientos campesinos y se rebeló la minería del puerto de Kronstadt. Esto hizo que Lenin propusiera una reforma de la economía que mejorara las condiciones de vida de la población y venciera la resistencia al proceso revolucionario. La nueva orientación de la revolución en el terreno económico concretó una nueva política económica, la NEP. Esta nueva política estaba conforme con la propiedad privada y el control estatal de la industria y de la agricultura, anteriormente anuladas. La NEP significaba la implantación de una economía mixta que permitiría la pequeña propiedad y los intercambios privados. La NEP cumplió sus objetivos económicos, pero la vuelta al mercado hizo subir los precios, lo que volvió a originar problemas de acaparamiento y desabastecimiento en las ciudades. La nueva política económica produjo un debate en el partido comunista y reforzó el enfrentamiento interno entre los que defendían la economía mixta y los que no.

La Economía del Periodo de Entreguerras

Los Problemas Económicos de la Paz

Los Efectos Inmediatos de la Guerra

La Gran Guerra tuvo efectos negativos sobre la economía mundial. En primer lugar, debilitó a los continentes europeos, afectando a la población y a la producción, y esto provocó la ruptura de los países aliados. Millones de hombres perdieron la vida en los campos de batalla, otros habían quedado heridos o inválidos. Los precios de los productos de primera necesidad habían aumentado y las monedas europeas sufrieron un proceso de deflación. Los países aliados estaban endeudados con EEUU debido a los préstamos. En segundo lugar, los tratados de paz, sobre todo el de Versalles, generaron desacuerdos económicos, desestabilizaron el sistema monetario internacional y redujeron la confianza de los inversores. Alemania fue considerada la responsable del conflicto y se le exigió el pago (reparaciones de guerra) que dificultaron la recuperación de su economía. EEUU se oponía a estas reparaciones argumentando que Alemania no tenía capacidad económica para hacer frente a esas cantidades de dinero, pero exigía la satisfacción de las deudas interaliadas. Estos desacuerdos debilitaron aún más la economía europea. Los problemas económicos fueron graves en Alemania, donde el esfuerzo por recaudar las cantidades de dinero fijadas por el acuerdo de Versalles comportó la quiebra de su sistema monetario y una inflación que arruinó a todos los que tenían ingresos fijos. Francia y Bélgica ocuparon la cuenca del Ruhr, principal centro de la minería del carbón y de la siderúrgica, como garantía de pago. Esto desestabilizó todavía más a Alemania y estimuló un nacionalismo radical.

Los Desequilibrios Comerciales

Las nuevas fronteras fijadas por los tratados de paz modificaron los flujos de intercambio de mercancías. El tratado de Versalles hizo que Alemania perdiera numerosos territorios, privándola del acceso a materias primas fundamentales para su industria. Alemania disminuyó su territorio en un 13% y su población en un 10%. Austria y Hungría quedaron reducidas a la cuarta parte de su extensión.

A esto se le sumó el desequilibrio comercial entre países industrializados y los países exportadores de alimentos y materias primas. El descenso de los precios agrarios empeoró la situación comercial de estos países. Al disminuir el valor de sus exportaciones, descendieron sus ingresos y no pudieron pagar los intereses de los préstamos contratados. Tuvieron que contratar nuevos créditos, que fueron concedidos por EEUU.

El Auge de la Economía Estadounidense

La guerra aceleró la supremacía de EEUU frente a Reino Unido. La moneda británica continuó siendo durante algunos años la más utilizada en transacciones internacionales y en las reservas de los bancos centrales. En la década posterior a la Gran Guerra, Reino Unido se empeñó en mantener la libra para que compitiera con el dólar y eso afectó negativamente a sus exportaciones y a la producción industrial. El dólar se fue imponiendo como moneda de cambio, ya que era la única convertible en oro. La banca estadounidense era la más dinámica y EEUU se convirtió en el único país en mantener un sistema de préstamos a largo plazo. En el auge estadounidense también influyó el desequilibrio comercial entre EEUU y Europa. La mayor competitividad de EEUU fue debido a la aplicación de nuevos métodos de trabajo y nuevas tecnologías. La economía norteamericana se convirtió en la única gran financiadora de la reconstrucción europea en la posguerra.

Los Felices Años Veinte

Un Gran Crecimiento Económico

La expansión de la economía estadounidense fue posible gracias a la innovación técnica y a los cambios en la organización del trabajo que caracterizaron la segunda revolución industrial. Se incrementó el uso de la electricidad y el petróleo. También se consolidaron nuevos sectores industriales cuya producción estimulaba a otros sectores. Se popularizó el uso del teléfono, el automóvil y los electrodomésticos. El sector del automóvil fue el primero en aplicar la producción en serie mediante las cadenas de montaje. También se generalizó la construcción de elevados rascacielos en las grandes ciudades, cuyo crecimiento demográfico fue superior a la media. Todo esto en medio de un proceso de concentración empresarial.

Se produjo un gran aumento de la productividad, lo cual permitió a la economía estadounidense reducir los costes de producción. Esto tuvo efectos muy positivos en el empleo, que a su vez generó un aumento en la demanda.

La Revolución de los Consumidores

Los pequeños establecimientos tuvieron que competir con las cadenas de grandes almacenes. Además, la compra a plazos permitió que las familias pudieran aumentar sus compras, por lo que se incrementó la demanda de productos. Se realizaba publicidad y marketing debido al deseo de vender. El aumento del consumo comportó la revolución de los consumidores. El consumo crecía en una proporción superior al aumento de los ingresos, lo que provocó el endeudamiento de las familias.

La Desigual Distribución de la Renta

Los beneficios de las empresas y los dividendos de sus accionistas crecieron a un ritmo elevado, pero el aumento de los salarios fue mucho menor. La mejora de la capacidad adquisitiva de los trabajadores no fue suficiente. En pocos años, el fenómeno de la sobreproducción empezó a ser un problema. La agricultura fue el sector más perjudicado. Los productores agrarios vieron cómo se reducían sus ingresos debido a la disminución de las exportaciones y de los precios. Los precios industriales se mantuvieron muy por encima de los agrarios, provocando la ruina de millones de agricultores.

La Fiebre Bursátil

La revolución de los consumidores vino acompañada por un aumento de las inversiones bursátiles. El auge bursátil fue resultado de la buena situación de las empresas. Pero el alza de las cotizaciones dio paso a la burbuja especulativa, aumento del valor de las acciones que se producía por el convencimiento de los inversores de que, cuanto antes compraran, mayor sería la ganancia. La ganancia era el resultado de la diferencia entre el precio de compra y el precio de venta (plusvalía bursátil). El interés por la bolsa llegó a los pequeños inversores, que pedían préstamos para comprar acciones. Estos pensaron que podrían devolverlos vendiendo parte de las acciones. El problema vino en 1929, cuando el valor de las acciones empezaron a descender.

La Gran Depresión

Las Causas de la Gran Depresión

Una serie de factores transformaron la crisis bursátil en una recesión. En primer lugar, la sobreproducción industrial; diversos indicadores de la actividad industrial muestran que el crecimiento estaba disminuyendo en EEUU antes de 1929. Por lo tanto, la economía, lo más seguro, es que hubiera entrado en recesión sin el desplome bursátil. En segundo lugar, la crisis de liquidez, como consecuencia del crack de la bolsa. La caída de las acciones generó impagos y esto provocó el cierre de muchas industrias y entidades bancarias. A su vez, el deseo de vender a cualquier precio los bienes ya producidos aceleró el descenso de los precios (deflación). Y, en tercer lugar, la caída del consumo provocada por el paro y la situación económica. Varias causas influyeron en este descenso: la disminución de la capacidad adquisitiva de los que habían invertido en bolsa, el temor a ser despedido del trabajo, la caída de los precios agrarios y el endeudamiento.

La Crisis Bancaria e Industrial

La sobreproducción, la falta de dinero y la caída del consumo hicieron que la crisis de la bolsa se convirtiera en una crisis que afectaba a todos los sectores de la economía. El sistema bancario fue uno de los primeros afectados debido a que los deudores no podían devolver sus préstamos. La mayoría de los bancos aceptaron acciones en bolsa como garantía de los préstamos. El miedo a que los bancos quebraran asustó a la población, que acudió a retirar el dinero de sus cuentas, pero las entidades no pudieron reponer sus depósitos bancarios por falta de recursos monetarios. Esto desató la crisis bancaria.

Para superar las dificultades, los bancos redujeron la concesión de créditos para la industria y el consumo. Esto agravó más la situación e impidió que muchas empresas y familias pudieran pagar sus deudas. La ruina de los inversores y la disminución del crédito provocaron el descenso del consumo, lo que agravó la sobreproducción. Los stocks aumentaron y los precios bajaron. Esto produjo la crisis industrial. La caída de la actividad industrial supuso un gran aumento del desempleo y la pobreza se extendió entre la población. El desempleo agravó la contracción de la demanda: millones de parados sin ingresos dejaron de consumir y los que tenían empleo tampoco consumían para ahorrar en caso de un empeoramiento.

La Expansión Mundial de la Crisis

Los Mecanismos de Expansión de la Crisis

La crisis de EEUU arrastró a muchos países de Europa y el resto del mundo. Los mecanismos de expansión de la crisis fueron varios: el descenso de los precios de los productos norteamericanos, ya que las empresas de otros países no podían competir con ellos; el retroceso de la demanda, que redujo sus importaciones, perjudicando a los países exportadores; y el descenso de sus préstamos e inversiones en Europa. Los inversores estadounidenses repatriaron muchos de sus capitales, lo que provocó la extensión de la crisis bancaria. La crisis bancaria fue el primer síntoma de la recesión mundial. La situación empeoró con la quiebra del Creditanstalt. Los préstamos entre bancos extendieron la crisis a todo el sistema financiero. La crisis fue especialmente profunda en Alemania, ya que vivía una situación crítica desde la guerra, su inflación subió y la producción industrial descendió, provocando una enorme tasa de desempleo.

En Reino Unido, la imposibilidad de mantener la libra como moneda de referencia hizo quebrar el sistema monetario internacional. Esto provocó una devaluación de la moneda del 30%. Muchos países hicieron lo mismo y entraron en una sucesión de devaluaciones monetarias.

Francia conservó sus tipos de cambio fijos respecto a ese metal. Al mantener invariable la cotización de sus monedas, perdieron competitividad en el mercado internacional.

El Hundimiento del Comercio

La causa de la reducción del comercio fue el aumento del proteccionismo. La adopción de tarifas proteccionistas por parte de EEUU fue considerada una declaración de guerra comercial. Los intentos de cada país por solucionar sus dificultades, la reducción de la demanda interna y los enfrentamientos comerciales hundieron el comercio internacional. La caída del comercio comportó la expansión de la crisis a los países exportadores de alimentos y materias primas.

Los Caminos de la Recuperación Económica

La Propuesta Keynesiana

Keynes detectó que ajustar a la baja los salarios sería una medida errónea. Este argumentó que el principal problema de la economía era la falta de demanda ante la caída de la inversión. Sin demanda, los empresarios no tenían incentivos para aumentar la producción y, a través de ella, el empleo. Propuso que el estado incrementara el gasto público (política anticrisis). El gasto del estado genera déficit público, ya que si el estado gasta, aumenta la demanda. Ese gasto inicial, transformado en salarios y bienes, creaba demanda sobre otros sectores. Al ampliarse la producción, el estado podría incrementar los ingresos por impuestos y reducir el déficit público inicial. Defendió las condiciones salariales para aumentar la capacidad adquisitiva de la clase obrera.

El New Deal de Roosevelt

El intento de recuperación asociado a las teorías de Keynes fue denominado el New Deal, un plan económico para superar la crisis y acabar con sus efectos sociales, y fue puesto en práctica por Franklin Delano Roosevelt. Este proponía aumentar la intervención del estado y, al mismo tiempo, reducir el déficit público recortando gastos. Las medidas del New Deal lucharon contra el descenso de los precios y crearon organismos para regular la producción y los precios. A partir de la Ley de Ajuste Agrario, se creó la Agricultural Adjustment Administration con el fin de reducir la producción agraria y recuperar los precios.

La Ley Nacional de Recuperación Industrial creó dos organismos: National Recovery Administration, para fomentar el acuerdo de precios entre empresas, y la Public Works Administration, para promover grandes proyectos de infraestructuras. Dentro de este proyecto, surgió la Tennessee Vally Authority, que construyó grandes presas hidroeléctricas.

Roosevelt estableció un rígido control estatal sobre los bancos y creó un seguro federal para garantizar las cuentas de los pequeños inversores. Para favorecer las exportaciones, se impulsó una política monetaria que devaluó el dólar en más de un 40%. Se reconoció la libertad de sindicación en las empresas y el derecho a la negociación colectiva de los salarios. El gobierno estableció un salario mínimo y un máximo de horas de trabajo semanales. Se aprobó la Ley de Creación de la Seguridad Social, por la cual el gobierno federal se implicaba en la provisión de las prestaciones básicas de desempleo y de asistencia a las personas mayores sin recursos. La desconfianza empresarial provocó que las inversiones privadas fueran escasas. La política de Roosevelt contribuyó a la estabilización de la economía. La recuperación llegó con el estallido de una nueva guerra en Europa, que desarrolló la industria armamentística.

Los Países Escandinavos

La recuperación de la economía en Suecia y Dinamarca fue más rápida al poner en práctica medidas más intensas. El elemento clave fue otorgar al presupuesto del estado un papel activo y convertirlo en un instrumento anticrisis. En la puesta en práctica de estas medidas, fue decisiva la fuerza de los partidos socialdemócratas. Se inició en estos países la construcción del estado de bienestar.

La Política Armamentística de Alemania

Alemania fue un ejemplo de recuperación económica, ya que impulsó una política de rearme para estimular el crecimiento de la industria pesada. La expansión de las obras públicas y el desarrollo de una política de restricción fomentarían la demanda interior. Hitler pretendía conseguir la autarquía económica, una autosuficiencia que permitiera la supervivencia de Alemania prescindiendo de las exportaciones.

El Reino Unido y Francia

La Conferencia Nacional de Londres pretendió solucionar los desacuerdos sobre las deudas de guerra y acabar con las fluctuaciones de los tipos de cambio de monedas. El Reino Unido no adoptó políticas similares al New Deal americano y propuso otras medidas: devaluó la libra y recurrió al proteccionismo. En Francia, las primeras medidas fueron: reducción de la jornada laboral, aumento de los salarios, establecimiento de los convenios colectivos y vacaciones remuneradas. Inició una política de obras públicas, garantizó los precios a los productores agrícolas y devaluó el franco para aumentar las exportaciones.

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