La Segunda Guerra del Golfo: Invasión de Irak
El régimen de Sadam Hussein logró subsistir a la Primera Guerra del Golfo, aunque con algunas limitaciones de soberanía y un embargo económico que lastró tanto su economía como las condiciones de vida de su población, ya muy deterioradas antes del conflicto. A pesar de ello, la idea de derrocar a Sadam Hussein y aumentar la influencia estadounidense sobre el país permaneció como un objetivo de la política exterior de Estados Unidos, sobre todo desde la llegada a la presidencia de George W. Bush.
Los atentados del 11 de septiembre de 2001 proporcionaron la coartada perfecta para la realización de este proyecto. Desde el día siguiente, algunos miembros de la administración conservadora de George W. Bush señalaron a Irak como uno de los instigadores. Las evidencias de que la autoría correspondía a la organización Al Qaeda, y de que esta tenía en Afganistán sus principales bases, desvió la atención hacia este último país. Concluida la invasión de Afganistán (2001), el gobierno de Estados Unidos volvió a centrar su atención en Irak.
El temor a que en un próximo ataque se pudieran utilizar armas de destrucción masiva (biológicas, químicas o nucleares) hizo surgir la teoría del ataque preventivo: Estados Unidos podía atacar a cualquier país sospechoso de producir o tener este tipo de armas, o simplemente de apoyar al terrorismo internacional. Esta teoría rompía las normas de derecho internacional y dejaba de lado a la ONU.
El presidente Bush acusó al régimen de Sadam Hussein de tener armas de destrucción masiva, de tener vínculos con Al Qaeda y de ser una amenaza para la seguridad estadounidense. A pesar de que los inspectores de la ONU no hallaron ninguna prueba de la existencia de esas armas, y de que el Consejo de Seguridad no apoyó ninguna resolución expresa que permitiera un ataque, Estados Unidos comenzó a preparar la invasión de Irak con el apoyo de un reducido grupo de Estados (los más significativos fueron Reino Unido, España, Italia y Australia). La mayor parte de la comunidad internacional y las opiniones públicas de muchos países se opusieron al ataque. Se creó así una enorme división en la política internacional entre partidarios y detractores de la invasión. A pesar de todo ello, Estados Unidos optó por una actuación unilateral y decidió atacar.
Las razones de fondo pueden resumirse en tres aspectos:
- Controlar una zona de importancia fundamental por sus reservas de petróleo y gas.
- Anular a un potencial enemigo de Israel, tradicional aliado estadounidense en la zona.
- Ejemplificar la hegemonía estadounidense y su resolución ante cualquier poder díscolo.
El 20 de marzo de 2003 comenzó el ataque a Irak. El 9 de abril, los soldados estadounidenses tomaron Bagdad y el régimen iraquí se hundió. En poco más de un mes, la guerra había concluido. El conflicto fue muy breve por la enorme desigualdad de los ejércitos implicados. Igualmente, el número de bajas por parte de los estadounidenses y sus aliados fue muy reducido, mientras que por parte iraquí fue mucho mayor, incluyendo numerosos civiles.
Terrorismo
Es un fenómeno histórico antiguo; son formas de violencia que se ejercen sobre la población civil con el objetivo de atemorizarla para lograr unos objetivos políticos o ideológicos.
Factores
- El factor ideológico: Los procesos de adoctrinamiento ideológico o religioso resultan claves para comprender la motivación del grupo terrorista.
- La existencia de un marco social y económico deprimido: La mayoría de los dirigentes terroristas proceden de las clases medias o altas.
- La existencia de conflictos previos o de agravios históricos, reales o imaginarios: Sirven para justificar la utilización de medios terroristas.
Finalmente, la ausencia de democracia y de libertades favorece la aparición de estos grupos. Existen muchos grupos terroristas en países democráticos.
Antecedentes
El terrorismo no es reciente; la práctica del asesinato del supuesto enemigo fuera del campo de batalla y por sorpresa es sumamente antigua. El terrorismo como fenómeno moderno apareció a finales del siglo XIX. La primera manifestación moderna del terrorismo apareció de la mano de algunos sectores anarquistas europeos. La mayor parte de estos atentados se dirigieron contra personalidades políticas; en otras ocasiones se atentó contra actos sociales masivos, con la intención de ocasionar víctimas de forma indiscriminada.
En las décadas de los 60 y los 70 del siglo XX reaparecieron en Europa nuevos grupos que utilizaron el terrorismo como arma política. Dos motivaciones:
- Reivindicaciones de tipo político protagonizadas por la extrema izquierda: fue el caso de las Brigadas Rojas italianas o la Fracción del Ejército Rojo en Alemania. Estos grupos acabaron desapareciendo.
- Reivindicaciones de tipo nacionalista: podemos incluir aquí a grupos como el IRA en Irlanda del Norte.
Es el caso de ETA en España, que mantiene una reivindicación nacionalista y una ideología totalitaria de extrema izquierda.
Un terrorismo protagonizado por los palestinos en su lucha contra Israel; estos cometieron diversos atentados contra intereses judíos, secuestros de aviones y barcos, captura de atletas israelíes y posterior asesinato de los mismos en los Juegos Olímpicos de Múnich durante 1972.
El terrorismo fue utilizado igualmente por algunos estados, como en el caso de Libia; este país fue responsabilizado del llamado caso Lockerbie, el derribo de un avión estadounidense en el que murieron 270 personas.