La Segunda República Española (1931-1936): Reformas, Conflictos y Legado Cultural

La Segunda República Española (1931-1936)

1. La Constitución de 1931 y el Bienio Reformista

A la proclamación de la Segunda República el 14 de abril de 1931 siguió la formación de un Gobierno Provisional, formado fundamentalmente por los firmantes del Pacto de San Sebastián y presidido por Niceto Alcalá Zamora (republicano conservador y católico). El Gobierno Provisional preparó elecciones a Cortes Constituyentes el 28 de junio de 1931. Las elecciones a Cortes Constituyentes fueron democráticas (sufragio universal masculino) y en ellas obtuvo la mayoría la izquierda (especialmente el PSOE), seguida del centro (especialmente el Partido Radical de Alejandro Lerroux).

La Constitución de 1931 (aprobada en diciembre de 1931) reflejó, en su carácter democrático y avanzado, la composición de las Cortes Constituyentes. Sus características principales fueron:

  • España se define como una «república democrática y de trabajadores».
  • Amplia declaración de derechos.
  • Estado unitario, pero con posibilidad de establecer autonomías.
  • Economía capitalista de mercado con carácter socializante y de planificación económica por parte del Estado.
  • Cortes unicamerales con amplias competencias, de las que depende el Gobierno, que es responsable ante estas.
  • Sufragio universal y directo (masculino y femenino).
  • Estado laico, libertad religiosa y prohibición de los colegios religiosos.
  • Educación laica, pública, obligatoria y gratuita.

Durante el Bienio Reformista, España estuvo gobernada por una coalición de republicanos de izquierdas (Manuel Azaña, ministro de la Guerra y presidente del Gobierno) y socialistas (Largo Caballero, ministro de Trabajo). Las principales medidas, tanto del Gobierno Provisional como de este Gobierno, se propusieron una profunda transformación de la realidad española.

2. Reformas del Bienio Reformista

2.1. Reforma religiosa y política religiosa

Las explosiones de rebelión popular desde la Semana Trágica iban acompañadas de violencia anticlerical (quema de conventos). Esta violencia siguió produciéndose durante la República y encubría el enfrentamiento entre la Iglesia española (Cardenal Segura) y los políticos de izquierda de la República. La República llevó a cabo una política religiosa destinada a reducir la influencia de la Iglesia en un país aún católico: la eliminación del presupuesto de “culto y clero”, la expulsión de los jesuitas, la prohibición de los colegios católicos, el reconocimiento del matrimonio civil y del divorcio.

2.2. Reforma educativa y cultural

La reforma educativa y cultural fue muy importante. El objetivo de la política cultural y educativa del ministro Marcelino Domingo (radical-socialista) era la extensión por toda España de una educación laica, obligatoria y gratuita. A pesar de todas las escuelas construidas, no fueron suficientes para sustituir a los colegios religiosos. Otra medida cultural importante fueron las Misiones Pedagógicas.

2.3. Reforma territorial: el Estatuto de Cataluña

En abril de 1931, Francesc Macià, líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), proclamó la República Independiente de Cataluña. Esto podía haber provocado un conflicto con la República Española, pero finalmente se llegó a un arreglo en el que ERC aceptó conformarse con la autonomía. La autonomía de Cataluña reconocía la existencia de un Gobierno catalán (Generalitat, dirigida por Macià) y un Parlamento catalán (dirigido por Lluís Companys). El País Vasco no obtuvo la autonomía en este momento, pues el PNV no estuvo en el Pacto de San Sebastián; además, era un partido conservador y católico cuyas ideas tenían poco que ver con una república de izquierdas.

2.4. Reforma del Ejército

La Reforma del Ejército, llevada a cabo por Manuel Azaña (ministro de la Guerra y presidente del Gobierno), consistió en reducir el número de oficiales (muy alto). Para ello exigió a todos los oficiales que juraran la bandera tricolor republicana. Todos los que no quisieran jurar pasaban a la reserva con el sueldo íntegro. Con ello consiguió mejorar la efectividad del Ejército y que los oficiales en activo fueran fieles a la República.

2.5. Reforma Agraria

La Reforma Agraria era una medida económica urgente en un país mayoritariamente agrario y con una mala distribución de la propiedad de la tierra (especialmente en el sur de España). El Gobierno tomó inmediatamente medidas para proteger a los arrendatarios y jornaleros. Sin embargo, la medida más importante era la expropiación de tierras de los grandes latifundistas. Para ello se dictó la Ley de Reforma Agraria (1932) y el Instituto de Reforma Agraria (IRA). Esta reforma fue la que más se retrasó y apenas se aplicó en el Bienio Reformista por los desacuerdos que se produjeron en las Cortes sobre la misma y por la falta de fondos del Estado para pagar las indemnizaciones.

3. Oposición al Bienio Reformista

Dado el aplastante apoyo popular a los partidos de izquierdas, la oposición era muy débil y estaba desarticulada. Sin embargo, las medidas del Gobierno atacaron frontalmente a grupos de poder que organizaron una fuerte oposición entre 1931 y 1933. El retraso en la aplicación de la Reforma Agraria creó descontento en los anarquistas. Los campesinos andaluces empezaron a ocupar tierras espontáneamente. En una de estas acciones se produjeron los sucesos de Casas Viejas, en los que la República asesinó a unos anarquistas. Esto supuso la oposición frontal de los movimientos obreros a la República.

Parte del Ejército se opuso a la Reforma Militar de Azaña y al Estatuto de Cataluña, que podía afectar a la unidad de España. Volvieron los pronunciamientos militares para derribar al Gobierno (conservadores); el más importante fue el del general Sanjurjo, que fracasó. La Iglesia (con el cardenal Segura) se opuso frontalmente a la República. Los grandes terratenientes se vieron perjudicados por la Reforma Agraria y también se opusieron a la República. Estos tres grupos desarrollaron las organizaciones políticas de derechas.

4. El Bienio Radical-Cedista (1933-1936)

Los sucesos de Casas Viejas (1933) simbolizaron la división de la izquierda y la falta de apoyo de los movimientos obreros al Gobierno de Azaña. La falta de apoyos hizo que Alcalá Zamora disolviera las Cortes y convocara nuevas elecciones.

En dichas elecciones (votaron por primera vez las mujeres), el centro (Partido Radical) y la derecha (CEDA) obtuvieron la victoria, pues se presentaron unidas y organizadas.

El Gobierno lo formó el Partido Radical y lo presidió Lerroux hasta octubre de 1934. Este Gobierno llevó a cabo una serie de medidas que detenían algunas reformas del Bienio anterior: así, se detuvo la Reforma Agraria (Ley Velayos) y se planteó una reforma constitucional que eliminaba el matrimonio civil, devolvía a la Iglesia la posibilidad de participar en la enseñanza y anulaba el concepto de autonomía. Estas medidas conservadoras, así como el ascenso de Hitler al poder en Alemania y la entrada de la CEDA en el Gobierno, provocaron la reacción de los movimientos obreros. Anarquismo y PSOE optaron por la vía revolucionaria y decretaron la Huelga General Revolucionaria (octubre de 1934). Coincidiendo con esto, Esquerra Republicana proclamó la independencia de Cataluña.

La huelga tuvo un seguimiento irregular; triunfó en la Cuenca Minera de Asturias. El Gobierno envió al Ejército al mando de Franco y durante dos semanas Asturias se convirtió en un campo de batalla. La Revolución de Octubre de 1934 se saldó con miles de muertos y más de 30 000 detenidos. El Gobierno suspendió la Autonomía de Cataluña y encarceló a la Generalitat. A partir de esto, la situación política en España se llevó hacia la extrema derecha e izquierda. La reconciliación política parecía imposible.

La caída del Gobierno radical-cedista se produjo por el hundimiento del Partido Radical. Nuevamente se disolvieron las Cortes y se convocaron elecciones en febrero de 1936.

5. Las Elecciones de 1936 y el Frente Popular

A las elecciones de 1936 acudieron unidas tanto la izquierda (Frente Popular) como la derecha (CEDA), mientras se hundía el Partido Radical, que había ocupado el centro hasta entonces.

Las elecciones las ganó el Frente Popular (especialmente en Madrid, Cataluña, Valencia, Andalucía, Extremadura y Asturias). En principio, en el Gobierno solo participaron partidos republicanos de izquierdas y no los partidos o formaciones obreras. Alcalá Zamora fue sustituido por Azaña como presidente de la República.

El Frente Popular decretó la amnistía para todos los encarcelados en octubre del 34, restituyó la Autonomía de Cataluña y esta vez sí que aplicó la Reforma Agraria de forma más generalizada. Los anarquistas ocupaban fincas en el sur de España; Largo Caballero abogaba por una revolución obrera en España. Mientras tanto, falangistas y anarquistas asesinaban a sus enemigos políticos (José Calvo Sotelo) casi a diario, y un sector del Ejército, liderado por el general Mola, preparaba un golpe de Estado contra la República.

6. La Edad de Plata de la Cultura Española (1898-1936)

Se conoce a este período como la Edad de Plata de la Cultura Española por la fecundidad creativa de este período, casi comparable al Siglo de Oro. La Generación del 98 (Miguel de Unamuno, Azorín, Pío Baroja, Ramón del Valle-Inclán, Antonio Machado) pertenecía a la corriente regeneracionista. Expresa pesimismo sobre la situación de atraso de España.

La generación de filósofos como José Ortega y Gasset y Eugenio d’Ors.

La Generación del 27 con Federico García Lorca, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre, Rafael Alberti, etc.

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