La Segunda República Española: Constitución de 1931 y el Bienio Reformista

Características esenciales de la Constitución de 1931

El 28 de junio de 1931 se celebraron las elecciones a Cortes Constituyentes, las más honradas y democráticas habidas en España hasta ese momento, que dieron la victoria a la Conjunción Republicano-Socialista que ya había formado el Gobierno Provisional. Los partidos de derecha no llegaron a los 50 escaños en total. Esto permitió la elaboración de una nueva constitución, la de 1931. Se formó una comisión constitucional, presidida por el jurista y socialista Jiménez de Asúa, que elaboró un proyecto que fue intensamente debatido en las Cortes, hasta su aprobación el 9 de diciembre de 1931. Sus características son:

  • Definición del estado como república democrática de trabajadores de toda clase.
  • Extensa declaración de derechos y libertades.
  • Sufragio universal para mayores de 23 años.
  • Cortes unicamerales, elegidas cada 4 años.
  • El presidente de la república, elegido cada 6 años por los diputados.
  • Poder judicial totalmente independiente.
  • Reconoce el derecho de autonomía de las regiones.

El debate estrella fue el de los artículos 26 y 27 en los que se acordaba la cuestión religiosa. La república se declaraba un estado no confesional. En conjunto, la Constitución era de talante progresista, inspirada en las más avanzadas de la época. Su principal error consiste en que no fue objeto de un amplio consenso entre las diferentes fuerzas políticas. Tras la aprobación de la constitución, fue elegido Alcalá-Zamora primer Presidente de la república. Azaña ocupó la presidencia del gobierno hasta 1933.

Las reformas del bienio republicano-socialista (1931-1933)

El gobierno republicano-socialista emprendió una vasta serie de reformas encaminadas a poner fin a los problemas que padecía el país:

La reforma agraria

Fue la más importante de todas las reformas que tuvo que afrontar la II República. La mala distribución de la tierra era uno de los principales problemas económicos y sociales del país y la enorme masa de campesinos sin tierras vivía en condiciones miserables, lo que suponía gran inestabilidad. Se aprobaron leyes como la Ley de Términos Municipales, que se aplicaba al campo; la de laboreo forzoso, que establecía que los propietarios debían trabajar la tierra. A esto se unieron la de accidentes de trabajo en el campo o la de jornada laboral de 8 horas en la agricultura. A partir de marzo de 1932 comienza a discutirse el proyecto de ley de reforma agraria. El Instituto de Reforma Agraria se encargó de aplicar la ley. Largo Caballero, estableció también la ley de contratos de trabajo y la ley de jurados mixtos.

La reforma del ejército

Manuel Azaña, aplicó una serie de medidas y reformas con el fin de modernizar, racionalizar y democratizar el Ejército:

  • Reducir el enorme número de oficiales profesionales.
  • Reorganizar la administración y la enseñanza militar.
  • Modernizar las escalas y someter la jurisdicción militar a la civil.
  • Reformar el servicio militar.
  • Se creó el cuerpo de suboficiales.

Fue creada una policía republicana, la Guardia de Asalto, que se utilizó para mantener el orden público. La primera muestra de este malestar fue el intento de golpe de estado de Sanjurjo, en agosto de 1932.

Afirmación del estado civil y laico

Creación de un estado laico, independiente de la iglesia. La enseñanza religiosa dejó de ser obligatoria y en las escuelas se quitaron los crucifijos y otros símbolos religiosos. Se proclamó la libertad de conciencia y cultos y se estableció la jurisdicción civil sobre los cementerios.

Reforma educativa y política cultural

Estuvo marcada por la Institución Libre de Enseñanza. Su objetivo fue crear un sistema unificado, público, laico y gratuito, al menos en la enseñanza primaria. Se hizo un gran esfuerzo en la formación de profesores, construcción de escuelas… Cabe destacar las llamadas misiones pedagógicas, que expandieron la cultura por medios rurales.

Autonomías regionales

El 14 de abril de 1931, Macià proclamó la República Catalana. Aceptó plegarse al gobierno de Madrid y acatar la Constitución, a cambio de una Generalitat, logró también la promesa de un Estatuto de Autonomía, en septiembre de 1932.

Oposición a la República

La oposición de los partidos de derechas está representada por la CEDA de Gil Robles que contaba con el apoyo de la Iglesia, el Partido Carlista de Fal Conde, Renovación Española en la que participa Calvo Sotelo (1933), la extrema derecha representada por la JONS (1931), Falange Española de José Antonio Primo de Rivera (1933). En el ejército había partidarios y enemigos de la República. La Iglesia, con el Cardenal Segura, a los pocos días de proclamarse la República, manifestó su adhesión a la desaparecida monarquía.

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