La Segunda República Española: de la Esperanza al Desastre

INTRODUCCIÓN

El 14 de abril de 1931, tras la victoria republicana en las elecciones municipales, el rey Alfonso XIII abandonó el país y se proclamó la II República española. Una serie de reformas provocarían la oposición de los sectores más conservadores. La República se daría en un contexto internacional caracterizado por la crisis de 1929 y el ascenso del totalitarismo.

1. EL GOBIERNO PROVISIONAL Y LA CONSTITUCIÓN DE 1931

Tras la caída de Primo de Rivera en 1930, el gobierno fue confiado al general Dámaso Berenguer, pero su incompetencia para reinstaurar la monarquía hizo que lo relegara el almirante Aznar. Este convocó elecciones municipales el 12 de abril de 1931.

La proclamación de la República

El resultado oficial de las elecciones fue la victoria de la monarquía, pero en todas las capitales de provincia libres de corrupción los republicanos se impusieron a los monárquicos.

El 14 de abril de 1931 se fue proclamando la República en diversas ciudades, siendo la primera de todas ellas Éibar. Ante esta situación, el rey Alfonso XIII se exiliaría.

Tras esto, en Madrid, se formó un gobierno presidido por Niceto Alcalá Zamora, cuya primera medida sería convocar elecciones a Cortes Constituyentes. La nueva República contó con un amplio apoyo popular, pero también con la oposición de varios sectores.

Constitución de 1931

El 28 de junio se celebraron elecciones a Cortes Constituyentes. La conjunción republicano-socialista obtuvo una indiscutible victoria.

El ejecutivo empezó un proyecto de constitución a través de una comisión, la cual fue aprobada en diciembre de 1931. Esta Constitución de 1931 tenía características democráticas y progresistas, que se evidencia con el primer artículo preliminar, que establece que todos los poderes residen en el pueblo. Sus aspectos más destacados fueron:

  • El Estado se configuraba de forma integral.
  • El poder se dividirá en legislativo, judicial y ejecutivo.
  • Se reconocía una amplia declaración de derechos y libertades (incluido el voto de las mujeres).
  • El gobierno podría expropiar bienes.
  • Se afirmaba la laicidad del Estado. Se reconoció el matrimonio civil y el divorcio.

La Constitución no consiguió el consenso de todas las partes, pero fue aprobada.

2. EL BIENIO REFORMISTA (12/1931-11/1933)

Con la Constitución aprobada, se eligió a Niceto Alcalá Zamora como presidente de la República y a Manuel Azaña como presidente del gobierno, quienes harían varias reformas:

  • En cuanto a la cuestión religiosa, se intentó limitar la influencia de la Iglesia y secularizar la sociedad. Se definió como un estado aconfesional y se le prohibió dedicarse a la enseñanza.
  • La modernización del Ejército tuvo como principal medida la Ley de Retiro de la Oficialidad (1931), que establecía la obligación de todos los oficiales a jurar lealtad a la República, pero tenían la opción de retirar sus cargos manteniendo su sueldo. Se creó la Guardia de Asalto, una fuerza de orden público.
  • En la reforma agraria se pretendió modernizar la agricultura, acabar con el latifundismo y mejorar las condiciones de los trabajadores. Unos decretos fijaron condiciones mínimas, pero la novedad consistió en la Ley de Reforma Agraria. Esta ley permitía la expropiación de tierras para dársela a los campesinos, pero los resultados iniciales fueron escasos y aumentó la tensión social.
  • La reforma del Estado centralista permitía que ciertas regiones pudieran tener una organización propia:
    • En Cataluña, Francesc Maciá proclamó la República Catalana el 14 de abril de 1931. En 1932, tras un referéndum, se aprobó el Estatuto de Nuria.
    • En el País Vasco se llegó a la aprobación del Estatuto de Estella y José Antonio Aguirre sería su primer lendakari.
    • En Galicia el proceso fue lento. En 1936 se aprobó un proyecto de estatuto que nunca fue rebatido debido a la Guerra Civil.
  • La obra educativa y cultural centró sus fuerzas en promover una educación liberal y laica. El centro de su actividad fue la enseñanza primaria. La escuela adoptó un modelo mixto, laico, obligatorio y gratuito. El gobierno veía la necesidad de mejorar el nivel cultural de la población. Para esto se crearon las misiones pedagógicas.
  • Las reformas laborales las inició Largo Caballero, estas recogían una serie de medidas. Estas medidas crearon descontentos entre los empresarios que llegaron a frenar algunas de estas.

PROBLEMAS DEL BIENIO REFORMISTA

El bienio reformista se tuvo que enfrentar a varios problemas. En primer lugar, los efectos de la crisis económica mundial de los años 30. Por otro lado, las reformas llevadas a cabo disgustaron a las élites sociales y a los sectores conservadores, que se fueron organizando en partidos opuestos al gobierno.

En este contexto, en 1932 se dio un intento de golpe de estado por parte del general Sanjurjo, que fue un fracaso. Por último, los conflictos sociales empujaron a los anarquistas de la CNT y la FAI a organizar una insurrección. Tras el levantamiento de Casas Viejas en 1933, se inició la campaña de desgaste que llevó a Azaña a dimitir. El presidente Alcalá Zamora convocó elecciones para noviembre de 1933.

3. EL BIENIO RADICAL-CEDISTA (11/1933-2/1936)

En las elecciones de 1933 votaron por primera vez las mujeres. La derecha, con la CEDA, quien acudió unida, triunfó, mientras que la izquierda se presentó desunida.

El presidente de la República encargó la formación de gobierno a Alejandro Lerroux, aunque la CEDA obtuvo más votos. A lo largo de 1934, el gobierno llevó una política de rectificación:

  • Se detuvo la reforma agraria.
  • Se suspendió la legislación sobre el culto.
  • Se indultaron a los presos políticos.
  • Se redujo el presupuesto para reformas militares y educativas.

El fracaso del gobierno llevó a la CEDA a pedir su entrada al gobierno, Lerroux accedió y en 1934 les otorgó tres carteras ministeriales.

La revolución de 1934

La izquierda criticó la entrada de la derecha al gobierno, lo que provocó huelgas y manifestaciones. Los movimientos fracasaron debido a la dura represión del estado, especialmente en Asturias y Cataluña tras declarar el estado de guerra.

En Asturias, los mineros protagonizaron una revolución social, pero la represión a manos de la Legión al mando del general Franco fue devastadora. En Cataluña, Lluís Companys proclamó la República catalana. Se declaró el estado de guerra y el ejército al mando del general Batet ocupó la Generalitat, deteniendo incluso a políticos; Azaña fue arrestado.

Las consecuencias de la revolución fueron que la CEDA aumentara su autoridad, se suspendiera el Estatuto de Autonomía catalán y se nombrara a Franco jefe del Estado Mayor.

La crisis del gobierno radical-cedista estalló en otoño de 1935. El PRR se vio envuelto en escándalos de corrupción (caso del estraperlo). Ante esta situación, Gil Robles intentó que lo nombraran presidente del gobierno, pero Alcalá Zamora se negó y a finales de diciembre convocó elecciones.

4. FRENTE POPULAR (febrero-julio 1936)

Las últimas elecciones de la República se dieron en un contexto crispado y polarizado socialmente. Los partidos de izquierdas formarían el Frente Popular y la derecha se presentó desunida. La victoria fue para el Frente Popular y Manuel Azaña ocuparía la presidencia de la República.

Reanudación de la política reformista

El nuevo gobierno ejecutó el programa pactado. Se convocaron huelgas tanto en las ciudades como en los pueblos, donde los jornaleros se adelantaron a la legislación.

La nueva situación fue rechazada por la derecha. En este ambiente, la Falange Española fomentó un clima de enfrentamiento, organizando patrullas armadas.

Hacia el golpe de Estado

La creación de un clima de violencia favorecía el golpe de estado. Al principio, la conspiración careció de fuerza, hasta que tomó el mando Emilio Mola. Su plan era iniciar un pronunciamiento militar en varias localizaciones. El general Franco, al mando del ejército africano, tendría gran poder. El gobierno reubicó a los generales golpistas para disuadir el golpe, sin éxito.

El 14 de julio de 1936 asesinaron a José Calvo Sotelo en respuesta al asesinato del teniente Castillo. Tras esto, la sublevación se inició el 17 de julio en Marruecos y se expandió unos días después por la península. Su fracaso en parte iniciaría la Guerra Civil, la cual ganarían los sublevados y acabaría con la República.

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