La Segunda República Española: de la proclamación a la Guerra Civil

I. INTRODUCCIÓN

Fue en las calles y en las plazas de Madrid donde la monarquía constitucional, creada y mantenida por el liberalismo del s. XIX, se allanó finalmente al republicanismo.

La República aparecerá como un medio para acabar de liquidar los obstáculos hacia una sociedad plenamente democrática. Supone un cambio ante la caída de la dictadura de Primo de Rivera y la insostenibilidad del régimen monárquico, que había sido un apoyo muy importante a la Dictadura.

Ante esta situación, la izquierda decide intervenir, y así en agosto de 1930, en un hotel de San Sebastián se firmó un pacto entre republicanos y la izquierda catalana (Pacto de San Sebastián) para iniciar una acción conjunta que acabara con la monarquía. Este comité revolucionario habría de ser el futuro Gobierno Provisional.

Ante esta situación de crisis política, el gobierno Aznar decide convocar elecciones municipales para el 12 de abril de 1931, entendidas por el pueblo como una consulta al mantenimiento o no de la monarquía. El resultado fue la victoria de la conjunción republicano-socialista en la mayoría de las ciudades. El 14 de abril se proclama la II República en España, confirmada con la salida de Alfonso XIII desde el puerto de Cartagena tras realizar su famoso discurso de despedida.

II. PROCLAMACIÓN DE LA II REPÚBLICA Y LA CONSTITUCIÓN DE 1931

El Gobierno Provisional

La República española fue recibida con entusiasmo popular, pues se veía en ella la oportunidad de llevar a cabo un programa de reformas que no había sido capaz de poner en práctica la monarquía.

Con la marcha del monarca el Comité revolucionario de San Sebastián se convertía ahora en Gobierno Provisional presidido por Niceto Alcalá Zamora que venía a ser la garantía burguesa y conservadora del nuevo régimen. Le acompañarían desde el centro, Alejandro Lerroux del Partido Radical; desde la izquierda, Manuel Azaña (Alianza Republicana), Indalecio Prieto, Fernando de los Ríos y Largo Caballero (PSOE), Marcelino Domingo (Partido Radical Socialista); y partidos regionalistas, Nicolás D’Olwer (catalán) y Casares Quiroga (gallego). Quedan fuera comunistas y anarquistas y las derechas.

El Gobierno provisional convocará inmediatamente elecciones a Cortes Constituyentes para el 28 de junio (1931) por medio de sufragio universal masculino para mayores de 23 años. Además, desde el primer momento iniciarán un programa de reformas, donde destacan las relacionadas con educación

Finalmente las elecciones generales del 28 de junio, con una alta participación (70%) dieron la victoria a la coalición republicano-socialista.

La Constitución de 1931

Las nuevas Cortes formadas eligieron como jefe de gobierno a Niceto Alcalá Zamora. Dichas Cortes nombraron una comisión encargada de elaborar el proyecto de constitución.

Finalmente, tras intensas deliberaciones, se aprobará la nueva Constitución el 9 de diciembre de 1931. Constituida por 125 artículos, IX títulos y II disposiciones transitorias, supone una de las constituciones más avanzadas de la Historia de España, con un marcado carácter democrático y progresista.

En ella se proclama a España como una República democrática y parlamentaria. En cuanto a los poderes, el legislativo reside plenamente en las Cortes, constituida por una sola cámara, que además elegirá al Presidente de la República con un mandato de seis años; el ejecutivo recaía en el Consejo de Ministros, el Jefe de Gobierno y el Presidente de la República; el judicial en jueces independientes.

Además incluía una amplia declaración de derechos y libertades: igualdad ante la ley, la educación y el trabajo, así como la no discriminación por razón de origen, sexo o riqueza; igualmente, el reconocimiento del matrimonio civil y el divorcio.

Su carácter democrático se centrará en un pilar fundamental, el sufragio universal, tanto masculino como, por primera vez en la historia de España, femenino para mayores de 23 años.

Además se declara a España como Estado laico, es decir, no existe religión oficial del Estado, por tanto supone la total separación entre Iglesia y Estado (artículo 26).

Aunque se aprobó con una amplia mayoría, hubo fuertes discrepancias entre izquierdas y derechas especialmente en la cuestión religiosa y autonómica, esto provocará que Manuel Azaña sustituyera en la jefatura del gobierno a Niceto Alcalá Zamora y este pasara a ser presidente de la República.

III. ETAPAS POLÍTICAS

Durante la II república se van a desarrollar tres etapas políticas:

– BIENIO REFORMISTA (1931-1933) –

Política de reformas y realizaciones culturales

Entre diciembre de 1931 y septiembre de 1933, el gobierno presidido por Manuel Azaña, integrado mayoritariamente por republicanos de izquierdas y socialistas, impulsó un programa de reformas con objeto de modernizar y democratizar la sociedad.

  • Cuestión religiosa. El objetivo era limitar la influencia de la iglesia y secularizar la sociedad española. Para ello se estableció la no confesionalidad del Estado y la supresión del presupuesto al culto, así como el matrimonio civil y el divorcio. Además se le prohibió a las órdenes religiosas dedicarse a la enseñanza y por la Ley de Congregaciones se les limitó las posesiones. Esto provocó el rechazo de la iglesia y de los sectores conservadores.
  • La modernización del ejército. El gobierno impulsó una modernización del ejército. Esta reforma pasaba por la creación de un ejército profesional. Para ello se redujo el número de efectivos, especialmente de altos mandos; se acabó con el fuero especial militar y se sometió al poder civil; se fomentaron las prejubilaciones con sueldo íntegro; se cerraron las academias militares más contrarias al gobierno y se creó la Guardia de Asalto, una fuerza de orden público fiel a la República. La reforma redujo los gastos destinados al ejército, pero dificultó la modernización del material, armamento y equipamiento. Supuso también el rechazo de los llamados “africanistas” a la República.
  • La Reforma Agraria. Fue uno de los proyectos de mayor envergadura llevados a cabo por el gobierno y que implicaba mayores dificultades. El objetivo era llevar a cabo un proceso de colonización de tierras a partir de la expropiación de latifundios, tierras mal cultivadas o abandonadas. Para ello se realizó la Ley de Reforma Agraria (1932). El encargado de llevar a cabo este proceso fue el Instituto de Reforma Agraria que contaba con un presupuesto anual para indemnizar a los propietarios expropiados y se encargaba de facilitar el asentamiento de familias campesinas en las tierras expropiadas. Los resultados no fueron los esperados. Esta ley provocó una fuerte tensión social tanto de los grandes propietarios expropiados como de los campesinos que quedaron decepcionados y frustradas sus esperanzas depositadas en la República y adoptaron posturas más revolucionarias (incendios de cortijos, ocupación de tierras, etc).
  • Reforma del Estado centralista. La cuestión era fomentar la autonomía de determinadas regiones con sentimientos nacionalistas. Se agilizó a partir del intento de Golpe de Estado del general Sanjurjo en 1932. El 14 de abril de 1931, Francesc Maciá, presidente de Esquerra Republicana, había proclamado la República Catalana, saltándose el protocolo legal, de lo cual tuvieron que retractarse. Lo que sí consiguieron fue un gobierno autónomo provisional (Generalitat) encargado de hacer un proyecto de estatuto de Autonomía, el futuro Estatuto de Nuria, que finalmente será aprobado en septiembre de 1931 siendo elegido posteriormente Frances Maciá como presidente de la Generalitat (Parlamento catalán).
  • Reformas educativas y laborales. Ya en los primeros decretos de Abril, el Gobierno Provisional había impulsado la construcción de 3.000 escuelas y el aumento del número de profesores. Esto pone de manifiesto el interés hacia la educación como base para el desarrollo del país. Se impulsó la figura de los maestros ambulantes, y especialmente relevante fueron las llamadas Misiones Pedagógicas, formadas por grupos ambulantes de estudiantes, profesores e intelectuales que llevaban a las zonas rurales bibliotecas, coros, conferencias, etc. El objetivo era crear una escuela liberal y laica. En cuanto a las reformas laborales, el socialista Francisco Largo Caballero aprobó una serie de leyes para mejorar las condiciones de trabajo como la Ley de Contratos de Trabajo y la Ley de Jurados Mixtos, se fija la jornada laboral en 40 horas y el aumento de los salarios, refuerzo de los sindicatos agrícolas. La patronal (empresarios) trataron de frenar algunas reformas.

El contexto económico y social

El primer gobierno de la república tendrá que hacer frente a las consecuencias de la grave crisis económica mundial (crack del 29). A pesar de tener un menor impacto en España que en el resto de países, sí redujo el ritmo de crecimiento económico del país.

A nivel social, finales de 1933, el gobierno de Azaña comenzará a ser duramente criticado tanto desde la derecha como desde la izquierda, por considerar que las medidas se ralentizaban. Esto provocó un clima de crispación social que se traducen en huelgas y conflictividad en el campo. De estos cabe destacar el suceso de Casa Viejas, donde Seisdedos y sus seguidores, en un intento de implantar una comuna libertaria, serán duramente reprimidos por la Guardia Civil. Estos sucesos constituyeron un fuerte desgaste para el gobierno y descrédito a la figura de Azaña que será destituido. Se convocarán elecciones para el 19 de noviembre de 1933.

– EL BIENIO DE DERECHAS (1934 – FEBRERO 1936) –

Las Elecciones

Las elecciones del 19 de noviembre dieron la victoria a la derecha y al centro-derecha. Alejandro Lerroux, del Partido Radical, fue conminado a formar gobierno por Alcalá-Zamora, con un gobierno formado únicamente por radicales, pero con el apoyo parlamentario del partido de José María Gil Robles, CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), partido, que a pesar de haber ganado, aún no había explicitado su adhesión a la república.

Muchas han sido las explicaciones que se han dado para argumentar la derrota del partido de Azaña. Según Julián Casanova, el principal motivo fue que las derechas se presentaron unidas, y las izquierdas no.

El programa de reformas se orientará a dar marcha atrás en las reformas iniciadas durante el gobierno anterior, como la reforma agraria o la paralización del proyecto de estatuto de autonomía vasco. Por otro lado pretendía entregar compensaciones a la Iglesia por los agravios sufridos (aprobaron un presupuesto de culto y clero e iniciaron negociaciones para firmar un concordato con la Santa Sede), así como conceder una amnistía a Sanjurjo por su intento de Golpe de estado. El giro conservador de esta etapa culminó con la entrada de tres diputados de la CEDA en el gobierno.

La Revolución de Octubre de 1934 y la crisis de gobierno

Este hecho fue visto por la izquierda como un giro hacia la derecha. Al día siguiente se produjeron huelgas y manifestaciones, por iniciativa de UGT, en algunas grandes ciudades, que fracasaron por falta de coordinación y la contundente respuesta del Gobierno declarando el estado de guerra. Pero los acontecimientos más graves se produjeron en Asturias y Cataluña. Se inició una revolución social por parte de los mineros apoyados por comunistas, anarquistas y socialistas, con un marcado carácter de reivindicación social (ocuparon cuarteles de la Guardia Civil y sustituyeron los ayuntamientos por comités revolucionarios). A la insurrección le siguió una dura represión. Según las fuentes las víctimas de este episodio ascendieron a 2000. Estuvo dirigida por Francisco Franco con las tropas de la Legión. En Cataluña las revueltas tuvieron tintes regionalistas: se proclamó la República catalana dentro de la República Federal española, lo que supuso el encarcelamiento de muchos de los políticos implicados. Además se encarceló a más de 30000 personas por estos hechos.

La dura actuación del gobierno, junto con los escándalos de corrupción (“Caso del estraperlo”) acabaron con el gobierno de Lerroux y se convocaron nuevas elecciones para febrero de 1936.

– TRIUNFO DEL FRENTE POPULAR. (12 FEBRERO DE 1936 – 18 JULIO 1936) –

Las elecciones de febrero

En las elecciones de febrero, los partidos de izquierda (republicanos, socialistas y comunistas) se agruparon en el llamado Frente Popular, en cuyo programa defendían la concesión de la amnistía a los encarcelados de la Revolución de Octubre y la aplicación de la legislación reformista de la primera etapa.

En las elecciones el Frente Popular obtuvo el 48% de los votos, obteniendo la victoria; mientras que la derecha obtuvo el 46%, lo que significa una victoria muy reñida. Unos resultados que la derecha nunca admitió.

El nuevo gobierno quedará formado exclusivamente por republicanos, aunque con el apoyo de socialistas. Manuel Azaña fue nombrado presidente de la República y Casares Quiroga, jefe del gobierno.

A pesar de la victoria de la izquierda, los meses que transcurrieron hasta el Golpe de Estado, estarán marcados por los continuos cambios de gobierno, la conflictividad social en los núcleos rurales y ciudades (quema de iglesias, ocupación de tierras, etc) en lo que se conoce como “la primavera trágica”.

La preparación del Golpe de Estado. Reacciones antidemocráticas

Esta situación será aprovechada por los sectores contrarios a la República para organizar un Golpe de Estado.

La cabeza pensante será el general Emilio Mola. Su plan consistía en organizar un pronunciamiento militar simultáneo en todas las guarniciones posibles, especialmente en Madrid y Barcelona, con apoyo del ejército de África, al mando del general Francisco Franco. Para frenar las conspiraciones, el gobierno trasladó de destino a los generales implicados.

Los apoyos de los golpistas fueron los sectores monárquicos, carlistas, cedistas y falangistas (Falange, partido formado en 1933 por Jose Antonio Primo de Rivera, hijo del dictador).

El asesinato del teniente Castillo de la guardia de asalto y el posterior asesinato del dirigente monárquico José Calvo Sotelo precipitó el golpe, iniciándose la sublevación contra la República en Melilla, el 17 de julio de 1936, y al día siguiente (18 julio) en la mayoría de las guarniciones militares. Se iniciaba con esto una de los episodios más crueles y trágicos de la Historia de España, la Guerra Civil (1936-1939).

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