La Segunda República Española: De la Proclamación a la Guerra Civil

La Proclamación de la República y el Período Constituyente

Los resultados de las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 no habrían puesto en peligro el régimen monárquico en otras circunstancias. Pero la celebración colectiva, festiva y espontánea, y el triunfo electoral republicano en las grandes ciudades demostraron que la monarquía carecía de apoyo popular. Alfonso XIII así lo entendió y abandonó el trono para evitar una posible guerra civil.

La Segunda República se proclamó el 14 de abril. Se constituyó un gobierno provisional presidido por Niceto Alcalá-Zamora e integrado por los partidos firmantes del Pacto de San Sebastián.

Primeras Medidas

  • Elecciones a Cortes Constituyentes el 28 de junio.
  • Amnistía general de presos políticos.
  • Acciones de urgencia en diversos ámbitos a fin de evitar el caos.

Francesc Macià, líder de la recién creada Esquerra Republicana de Catalunya, victoriosa muy por encima de la Lliga Regionalista, proclamó el mismo 14 de abril la República Catalana dentro de una supuesta Federación Ibérica. El 21 de abril hizo marcha atrás y se constituyó una Generalitat provisional.

Las elecciones de junio las ganaron los partidos de izquierda, seguidos por los de centro. La nueva Constitución se promulgó el 9 de diciembre y reflejaba los principios de las triunfantes izquierdas. Alcalá-Zamora fue el primer presidente de la República y Manuel Azaña el presidente del gobierno.

Características de la Nueva Constitución

  • República democrática de trabajadores de toda clase.
  • Estado integral: término ambiguo que pretendía aproximar a republicanos unitarios y federalistas, admitiendo el autonomismo.
  • Soberanía popular.

El Bienio Progresista (1931-1933): Reformas

1 La Reforma Religiosa

La Constitución instauraba un régimen laico y la separación Iglesia-Estado. En consecuencia, el gobierno promulgó:

  • La extinción del presupuesto del clero y del culto.
  • La prohibición de la práctica docente a las órdenes religiosas y su sometimiento a una Ley de Congregaciones (expulsión de la Compañía de Jesús y confiscación de sus bienes).
  • La secularización de los cementerios.
  • La legalización del matrimonio civil y del divorcio.

Todas estas reformas provocaron una tensión constante entre la Iglesia y la República.

2 La Modernización del Ejército

Se buscaba un ejército profesional y democrático, sin el fuero jurídico especial de los militares, obediente al poder civil, con menos efectivos y, sobre todo, menos oficiales (macrocefalia).

La Ley de Retiro de 1931 y otras reformas (desaparición de las Capitanías Generales, del Consejo Supremo de Justicia Militar, etc.) tuvieron resultados limitados y exacerbaron a los sectores más conservadores (los africanistas especialmente).

Se creó la Guardia de Asalto como fuerza de orden público fiel a la República.

En 1932 hubo un intento de golpe militar, el del general Sanjurjo.

3 La Reforma Agraria

Fue el proyecto más ambicioso. La Ley de Reforma Agraria se aprobó en septiembre de 1932. Algunos decretos previos ya habían establecido un salario mínimo y una jornada de 8 horas en el campo, pero esta permitía la expropiación de grandes fincas (con indemnización en casi todos los casos) para ser entregadas a las comunidades de campesinos.

Los terratenientes se opusieron, y los campesinos vieron decepcionadas sus expectativas por la lentitud de su aplicación. Ambos sectores se radicalizaron, en descrédito de la República.

4 La Reforma del Estado Centralista

Se pusieron en marcha procesos autonomistas en Cataluña, País Vasco y Galicia.

5 La Obra Educativa y Cultural

Se adoptó un modelo de escuela mixta, laica, obligatoria y gratuita que asegurara el derecho a la educación a todos.

El presupuesto de educación subió un 50%.

Para difundir la cultura se promovieron campañas como las de las Misiones Pedagógicas.

6 Reformas Laborales

A pesar del rechazo de la patronal, se aprobaron leyes para mejorar las condiciones de trabajo, como la de Contratos de Trabajo y la de Jurados Mixtos.

Los Problemas de la Coalición Republicano-Socialista

La proclamación de la República coincidió con la propagación de la Gran Depresión mundial iniciada en Nueva York en 1929. Entre 1930 y 1932 se sintieron sus efectos en la minería, la siderometalurgia y la agricultura.

La victoria republicana hizo empeorar las expectativas empresariales, y la inversión privada se resintió.

Asimismo, se recortó la inversión pública para equilibrar el déficit de la Hacienda heredado de los años de Primo de Rivera.

A pesar de los aumentos salariales, la subida de las tasas de paro y la no mejora de las condiciones laborales de algunos sectores (campesinos, especialmente) incidieron en los altos niveles de conflictividad social del período.

La CNT y los sectores más radicales de la UGT alentaron la posibilidad de una revolución social.

Destacó la sublevación de los campesinos anarquistas en Casas Viejas (Cádiz), en 1933. La represión de este tipo de insurrecciones desprestigió mucho al gobierno. Azaña dimitió en septiembre de 1933.

El Bienio Conservador (1933-1935)

Las élites afectadas por las reformas progresistas se habían reorganizado en torno a agrupaciones diversas:

  • Republicanas de centroderecha: Partido Radical de Lerroux.
  • Monárquicas: Acción Española y Renovación Española (dirigida por José Calvo Sotelo).
  • Católicas: CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), dirigida por José María Gil Robles.
  • Carlistas: Comunión Tradicionalista.
  • Fascistas: JONS (Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista), de Onésimo Redondo y Ramiro Ledesma, y Falange Española, de José Antonio Primo de Rivera.
  • Los militares crearon la clandestina UME (Unión Militar Española).

Las elecciones de noviembre de 1933 fueron ganadas por los conservadores.

El nuevo jefe de gobierno fue Lerroux, con ministros de diversas fuerzas de centroderecha, y con el objetivo de desmantelar la obra reformista anterior.

El PSOE y la UGT (en especial el sector liderado por Francisco Largo Caballero) se radicalizaron ante la involución. La CNT se mantuvo en la línea revolucionaria. La conflictividad laboral proliferó a lo largo de 1934.

En Cataluña se vivió, paralelamente, el conflicto entre la Unió de Rabassaires y el Institut Agrícola Català de Sant Isidre. La Ley de Contratos de Cultivo, aprobada por el Parlament de Catalunya en abril de 1934 en favor de los campesinos, fue anulada por una sentencia del Tribunal de Garantías Constitucionales.

La CEDA, mayoritaria en el Parlamento, entró en el gobierno en octubre, con intención de endurecer más la acción represora.

Este hecho espoleó la convocatoria de una huelga general de iniciativa ugetista. La protesta fracasó, pero los hechos se conocen como la Revolución de Octubre de 1934 porque:

  • En Asturias, los mineros iniciaron una auténtica revolución, bien coordinada entre socialistas, anarquistas y comunistas. Solo fueron derrotados cuando llegó la Legión desde África.
  • En Cataluña, el presidente Companys optó por proclamar el «Estado Catalán» dentro de la «República Federal Española». La represión, dirigida por el general Batet, llevó a la suspensión del Estatuto y al encarcelamiento del gobierno.

El gobierno se derechizó mucho más y se planteó una reforma de la Constitución.

En otoño de 1935, sin embargo, el gobierno se conmocionó por unos escándalos de corrupción en el seno del Partido Radical, como el caso del estraperlo.

El presidente de la República, Alcalá-Zamora, decidió convocar elecciones, que se celebrarían en febrero de 1936.

El Triunfo del Frente Popular y el Camino a la Guerra

Dos grandes bloques se presentaron a las elecciones: las izquierdas, aliadas en el Frente Popular (en Cataluña, Front d’Esquerres), y las derechas, organizadas en el Bloque Nacional (en Cataluña, Front Català d’Ordre).

El triunfo del Frente Popular suponía la aceleración de las reformas iniciadas en 1931, la amnistía de los presos de las revoluciones de 1934, el restablecimiento del Estatuto catalán de autonomía y la elaboración de los estatutos vasco y gallego.

En mayo fue nombrado nuevo presidente de la República Manuel Azaña, y Casares Quiroga, jefe del gobierno.

Mientras, la CNT, que en las elecciones no había hecho un llamamiento a la abstención (dando un apoyo implícito al Frente Popular), se fue escorando hacia la radicalidad de la FAI, y había puesto en marcha una campaña de ocupación de tierras en Extremadura y otros lugares. La crispación en el campo crecía.

Entre las filas socialistas se tensó el debate entre los partidarios de la moderación (Indalecio Prieto) y los de la acción de gobierno revolucionaria (Largo Caballero), con acuerdos con el Partido Comunista.

Las derechas, por su parte, boicoteaban la tarea gubernamental y buscaban el apoyo del ejército y la oligarquía para preparar un golpe militar. El general Mola se puso al frente de una conspiración que el gobierno no supo abortar.

La Falange había formado patrullas armadas y las calles fueron escenario de un nuevo pistolerismo. El asesinato del teniente Castillo, oficial de izquierdas, fue respondido con el asesinato del dirigente monárquico Calvo Sotelo el 13 de julio. La sublevación prevista se aceleró y estalló el 17 de julio.

Nadie había previsto que era el preámbulo de una guerra civil que duró tres años.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *