La Segunda República Española: De la Proclamación al Bienio Reformista

La Proclamación de la Segunda República

Tras la caída de la Dictadura de Primo de Rivera (enero de 1930), el rey Alfonso XIII encargó al general Berenguer la vuelta al sistema constitucional. La oposición, que denominaba a este nuevo gobierno la “dictablanda”, comenzó a organizarse. Republicanos y PSOE firmaron el Pacto de San Sebastián (1930), comprometiéndose a derribar la monarquía. En diciembre de 1930, fracasó una insurrección militar en Jaca con el objetivo de proclamar la República. En febrero de 1931, se constituyó el último gobierno de la Monarquía, presidido por el almirante Aznar, que convocó elecciones municipales. Estas elecciones quedaron planteadas como una consulta popular a favor o en contra de la Monarquía. En las elecciones municipales del 12 de abril, triunfó la coalición republicano-socialista, lo que se interpretó como un rechazo a la monarquía. Alfonso XIII aceptó el resultado y decidió exiliarse. El 14 de abril se proclamó la República.

El Gobierno Provisional

El mismo 14 de abril se constituyó un Gobierno Provisional (Niceto Alcalá Zamora), con representación de los partidos del Pacto de San Sebastián: socialistas (Indalecio Prieto, Largo Caballero, Fernando de los Ríos); republicanos de centro representados por el Partido Radical (Lerroux); republicanos de izquierda (Azaña); republicanos de derecha (Alcalá Zamora y Maura) y nacionalistas. Este gobierno tuvo que enfrentarse a varios problemas:

Problemas del Gobierno Provisional

  1. El separatismo catalán: Francesc Macià proclamó la República Catalana. Se llegó a un acuerdo estableciendo un gobierno autónomo, la Generalitat, y un estatuto de autonomía.
  2. La agitación anticlerical: Se manifestó en la quema de conventos (mayo de 1931). Estuvo precedida por las declaraciones del Cardenal Segura contra la República. Muchos católicos se alejaron de la República debido a la tardía reacción del gobierno.
  3. La agitación anarquista: Destaca la huelga de Telefónica (CNT, julio de 1931). El sector más radical de la CNT era la FAI (Federación Anarquista Ibérica), que era partidaria de pasar directamente a la revolución proletaria.

La Constitución de 1931

El Gobierno Provisional convocó Cortes para elaborar una nueva Constitución. Celebradas en junio por sufragio universal masculino, triunfaron los republicanos de izquierda y los socialistas. Se creó una comisión encargada de presentar la Constitución, presidida por Jiménez de Asúa (quien la definió como una Constitución «de izquierdas»), que defendía una República democrática. Sus características son:

  1. El reconocimiento del derecho al voto de la mujer.
  2. Tema autonómico: Se establece el Estatuto de autonomía. Cataluña consiguió el suyo en 1932, y se aprobaron los Estatutos del País Vasco (1936) y Galicia (1938).
  3. Tema religioso: La separación de la Iglesia y el Estado («Estado laico»).
  4. La limitación del derecho de propiedad privada.
  5. Nueva organización de poderes: El poder legislativo residía en las Cortes, que constaban de una sola Cámara y eran renovadas cada cuatro años. La Jefatura del Estado correspondía al presidente de la República, elegido cada seis años por las Cortes. Sus funciones eran limitadas y estaban controladas por las Cortes. El presidente de la República nombraba al jefe del gobierno y a los ministros, pero debía contar con el respaldo de las Cortes.

El problema de la Constitución de 1931 residía en que, al ser una constitución de izquierdas, las derechas la rechazaban.

El Bienio Reformista (1931-1933)

Niceto Alcalá Zamora fue elegido presidente de la República y Manuel Azaña, líder de Acción Republicana y previamente ministro de guerra, fue jefe de gobierno. A este periodo se le denomina bienio reformista. Las reformas más importantes fueron:

Reformas del Bienio Reformista

  1. Reforma militar: Impulsada por Azaña, tenía el doble objetivo de asegurar la lealtad de los mandos militares y reducir el número de oficiales del ejército. Se creó una nueva policía, la Guardia de Asalto, lo que produjo malestar entre los militares.
  2. Reforma educativa: Promovida por el ministro Marcelino Domingo. Se declaró la escuela primaria obligatoria, gratuita y mixta. Se construyeron 13.500 escuelas y se elevó el sueldo a los maestros. La enseñanza religiosa dejó de ser obligatoria, lo que puso a la Iglesia en contra.
  3. Reforma agraria: Pretendía entregar tierras a los campesinos para disminuir la pobreza y obtener un apoyo para la República. Se aprobó la Ley de Bases de la Reforma Agraria, cuyo contenido fue:
    • Las tierras pertenecientes a la alta nobleza quedaron expropiadas.
    • Todos los latifundios y tierras abandonadas se declararon expropiables a cambio de una indemnización del Estado.
    • Las tierras expropiadas pasaron a pertenecer al Instituto de Reforma Agraria.
    Esta reforma se aplicó en zonas como Andalucía, Extremadura, La Mancha y Salamanca, pero la mayoría de los jornaleros, hambrientos de tierra, quedaron decepcionados con la República y se inclinaron por las propuestas anarquistas. Otra medida importante fue el Decreto de Términos Municipales.
  4. Reforma religiosa: El objetivo era eliminar el poder y la influencia de la Iglesia. La separación de la Iglesia y el Estado, el reconocimiento del divorcio y el matrimonio civil, la supresión de la enseñanza religiosa y la eliminación de los crucifijos en las aulas provocaron el rechazo de los católicos hacia la República.
  5. Política autonómica: La aprobación del Estatuto de autonomía de Cataluña dio lugar a unas elecciones en las que Francesc Macià se convirtió en presidente de la Generalitat de Cataluña.

Insurrecciones durante el Bienio Reformista

  1. Insurrección Monárquica (agosto de 1932): El general Sanjurjo protagonizó un golpe de estado en Sevilla que fracasó. Las Cortes se disponían a aprobar en aquel momento la Ley de Reforma Agraria y el Estatuto de Autonomía de Cataluña.
  2. Insurrecciones Anarquistas: Castiblanco y Arnedo son algunos ejemplos. La más importante fue la de Casas Viejas (1933). El enfrentamiento entre campesinos y guardias terminó con una veintena de muertos.

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