La Segunda República Española: Del Reformismo a la Guerra Civil

Proclamación de la República y Primeras Reformas

La Primera República se proclamó el 14 de abril de 1931, tras la marcha de Alfonso XIII para evitar una guerra civil. El gobierno provisional, compuesto por republicanos y socialistas, inició las primeras reformas:

  • Amnistía general para presos políticos.
  • Leyes sociales, como la jornada laboral de 8 horas.
  • Generalidad provisional de Cataluña, paso previo a la autonomía.
  • Reforma electoral para evitar el caciquismo.

Surgieron problemas como el anticlericalismo (quema de conventos) y huelgas convocadas por la CNT.

Las Cortes Constituyentes y la Constitución de 1931

En junio de 1931 se convocaron elecciones a Cortes Constituyentes para crear una nueva constitución. La Constitución de 1931, aprobada en diciembre, era de corte democrático y progresista, lo que generó desacuerdo entre los conservadores. Sus rasgos principales eran:

  1. Estado integral, pero abierto a la creación de gobiernos autonómicos.
  2. Poder legislativo en las Cortes.
  3. Poder ejecutivo en el Consejo de Ministros.
  4. Poder judicial independiente.
  5. Voto femenino.
  6. Derechos y libertades públicas.

Niceto Alcalá Zamora fue elegido Presidente de la República y Manuel Azaña Presidente del Gobierno, con un gobierno formado por socialistas, republicanos y nacionalistas.

El Bienio Reformista (1931-1933)

El objetivo del Bienio Reformista era crear un estado democrático, laico y descentralizado. Se llevaron a cabo reformas en:

  • Ejército: Modernización, reducción de mandos y purga de antirrepublicanos.
  • Religión: Disminución del peso de la Iglesia y su influencia en la educación.
  • Educación: Educación laica, obligatoria y gratuita.
  • Territorio: Descentralización del Estado.
  • Agricultura: Reforma agraria para acabar con el latifundismo, mejorar la situación de los jornaleros, obtener el apoyo campesino para la República e incrementar su capacidad adquisitiva.

Se creó el Instituto de Reforma Agraria (IRA) para indemnizar a los propietarios expropiados y asentar a las familias campesinas. El proceso fue lento y dificultoso.

Oposición a las Reformas

Las reformas encontraron oposición en:

  • Grandes propietarios.
  • Iglesia Católica.
  • Parte del ejército.
  • Clases altas y medias.

En 1932, el General Sanjurjo lideró un golpe de Estado que Azaña logró evitar.

Reagrupamiento de la Derecha

Las fuerzas de la derecha se reagruparon en:

  • CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas): Partido conservador y católico liderado por José María Gil Robles.
  • Monárquicos: Liderados por José Calvo Sotelo.
  • Falange Española (FE): Grupo de inspiración fascista creado por José Antonio Primo de Rivera, que se unió a las JONS en 1934.

Radicalización Obrera

La lentitud de las reformas, especialmente la agraria, provocó el descontento de obreros y jornaleros. La UGT, los comunistas y los anarquistas radicalizaron sus posiciones. Algunos anarquistas, vinculados a la CNT y la FAI, optaron por la insurrección armada para implantar el comunismo libertario. El ejército reprimió estos levantamientos (Llobregat en 1932 y Casas Viejas en 1933).

El Bienio Conservador y el Frente Popular (1933-1936)

La represión del levantamiento de Casas Viejas provocó una crisis en el gobierno de Azaña. Alcalá Zamora disolvió las Cortes y convocó nuevas elecciones.

En las elecciones de 1933, las primeras con voto femenino, ganaron los partidos de derecha. Alejandro Lerroux (Partido Radical) fue elegido presidente con el apoyo de la CEDA. El gobierno comenzó a desmantelar las reformas del bienio anterior, paralizando las reformas agraria, militar y religiosa, y acercándose a la Iglesia. También amnistió a los sublevados del golpe de Sanjurjo.

Las huelgas y la movilización social aumentaron por el temor al fascismo.

Las Revueltas de 1934

Tras la entrada de tres ministros de la CEDA en el gobierno, la UGT convocó una huelga general con escaso seguimiento, excepto en Asturias y Cataluña. En Asturias, socialistas, comunistas y anarquistas proclamaron la revolución social, que fue duramente reprimida. En Cataluña, el gobierno de la Generalitat, presidido por Lluís Companys, proclamó el Estado Catalán dentro de la República Federal Española. La iniciativa fracasó, Companys fue encarcelado y el Estatuto de Autonomía fue suspendido.

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