La Segunda República Española: Desde el Sufragio Femenino hasta el Frente Popular

TEXTO 13: Discurso de la Diputada Clara Campoamor (1-09-1931)

«Dejad que la mujer se manifieste como es, para conocerla y para juzgarla; respetad su derecho como ser humano; (…) y si el derecho constituyente, como norma jurídica de los pueblos civilizados, cada día se aproxima más al concepto de libertad, no nos invoquéis el trasnochado principio aristotélico de la desigualdad de los seres desiguales (…). Dejad, además, a la mujer que actúe en Derecho, que será la única forma que se eduque en él, fueren cuales fueren los tropiezos y vacilaciones que en principio tuviere. (…) Yo me he regocijado pensando en que esta Constitución será, por su época y por su espíritu, la mejor, hasta ahora, de las que existen en el mundo civilizado, la más libre, la más avanzada, y he pensado también en ella como en aquel decreto del Gobierno provisional que a los quince días de venir la República hizo más justicia a la mujer que la hicieron veinte siglos de Monarquía. Pienso que es el primer país latino en que el derecho [de sufragio] a la mujer va a ser reconocido, en que puede levantarse en una Cámara latina la voz de una mujer, una voz modesta como ella, pero que nos quiere traer las auras de la verdad, y me enorgullezco con la idea de que sea mi España la que alce esa bandera de liberación de la mujer (…). Y yo digo, señores legisladores: (…) no dejéis que sea otra nación latina la que pueda poner a la cabeza de su Constitución, en días próximos, la liberación de la mujer, vuestra compañera.»

TEXTO 14: Programa del Frente Popular (16-01-1936)

«Los partidos (…) han llegado a comprometer un plan político común que sirva de fundamento y cartel a la coalición de sus respectivas fuerzas en la inmediata contienda electoral.(…) Los partidos coaligados se comprometen: A conceder por una ley una amplia amnistía de los delitos políticos sociales cometidos posteriormente a noviembre de 1933, aunque no hubieran sido considerados como tales por los tribunales (…). En defensa de la libertad y de la justicia, como misión esencial del Estado republicano y de su régimen constitucional, los partidos coaligados restablecerán el imperio de la Constitución. (…) Los republicanos no aceptan el principio de la nacionalización de la tierra y su entrega a los campesinos, solicitado por los delegados del partido socialista. En cambio, consideran conveniente una serie de medidas que se proponen la redención del campesino (…). No aceptan los partidos republicanos las medidas de nacionalización de la Banca propuestas por los partidos obreros; reconocen, sin embargo, que nuestro sistema bancario requiere ciertos perfeccionamientos (…). La República que conciben los partidos republicanos no es una República dirigida por motivos sociales o económicos de clases, sino un régimen de libertad democrática impulsado por motivos de interés público y progreso social. Pero precisamente por esa decidida razón, la política republicana tiene el deber de elevar las condiciones morales y materiales de los trabajadores hasta el límite máximo que permita el interés general de la producción, sin reparar, fuera de este tope, en cuantos sacrificios hayan de imponerse a todos los privilegios sociales y económicos. No aceptan los partidos republicanos el control obrero solicitado por la representación del partido socialista.»

1.- Relaciona los siguientes conceptos: minifundio, jornalero, latifundio y reforma agraria.

El minifundio y el latifundio representan dos extremos de la distribución de la tierra en el ámbito rural, donde el primero se caracteriza por pequeñas parcelas de tierra y el segundo por grandes extensiones en manos de unos pocos propietarios. En este contexto, los jornaleros son aquellos trabajadores que, sin poseer tierras, laboran en estas parcelas a cambio de un salario, frecuentemente bajo condiciones precarias. La reforma agraria surge como una respuesta a estas desigualdades, buscando redistribuir la tierra de forma más equitativa, eliminando los latifundios y favoreciendo la creación de unidades productivas más pequeñas y sostenibles, lo que podría mejorar tanto las condiciones de trabajo de los jornaleros como la distribución de la riqueza en el campo.

2.- Haz un eje cronológico con los siguientes eventos:

  • 1930 Pacto de San Sebastián
  • 1931 Proclamación de la II República
  • 10 Agosto de 1932. Fallido golpe de estado de Sanjurjo
  • 9 de septiembre de 1932 Aprobación del Estatuto de Cataluña
  • 1933 Triunfo electoral del centro-derecha (CEDA)
  • 1934 Revolución de Asturias.
  • 1936 Golpe de Estado de Mola, Franco, etc.

3.- Haz un esquema numérico de todo el tema

Bienio republicano-socialista.

  1. El gobierno provisional
  2. El Bienio Republicano-socialista o reformista (1931-1933)
    1. La constitución de 1931
    2. Las Reformas.

El bienio radical-cedista o contrarreformador y la Revolución de octubre de 1934.

  1. Victoria del CEDA
  2. Revolución de octubre de 1934
  3. Escándalo del estraperlo.

La Etapa del Frente Popular

  1. Victoria del Frente Popular (1936)
  2. Intento de Golpe de Estado.
  3. Sublevación de generales.

4.- Busca información: Alejandro Lerroux, Largo Caballero, Casares Quiroga, Niceto Alcalá Zamora y Manuel Azaña.

  • Alejandro Lerroux: Político y líder del Partido Radical, un partido de centro-derecha. Fue presidente del Consejo de Ministros en varias ocasiones durante la Segunda República. Pasó de ser un defensor de la democracia a adoptar posiciones más autoritarias en los años posteriores. En 1934, su gobierno respondió de forma dura a la Revolución de Asturias, lo que le hizo muy impopular entre los sectores de izquierda.
  • Largo Caballero: Destacado líder de Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y de la UGT (Unión General de Trabajadores), conocido por su inclinación hacia el socialismo revolucionario. Fue presidente del gobierno en 1936 durante los primeros meses de la Guerra Civil Española, cuando su gobierno se enfrentó al golpe de Estado y a la sublevación militar liderada por Franco. Su enfoque fue más hacia una radicalización de la lucha en defensa de la República.
  • Casares Quiroga: Político de izquierda y militante del Partido Radical Socialista. Ocupó el cargo de presidente del Consejo de Ministros en 1936, poco antes del golpe de Estado de los militares sublevados. Su mandato fue breve y estuvo marcado por la inestabilidad política y la creciente polarización en España. Fue uno de los primeros en intentar gestionar la crisis que se produjo en los días previos a la Guerra Civil.
  • Niceto Alcalá Zamora: Primer presidente de la Segunda República Española, desde 1931 hasta 1936. Pertenecía a un sector moderado de la política republicana y fue elegido en un contexto de gran expectación tras la proclamación de la República. Durante su mandato, se aprobó la Constitución de 1931 y gestionó varios desafíos políticos, aunque finalmente fue destituido por el sector más radical de la izquierda en 1936, cuando la situación política se volvió más tensa.
  • Manuel Azaña: Una de las figuras más influyentes de la Segunda República. Fue presidente del gobierno en varias ocasiones y presidente de la República desde 1936 hasta su exilio en 1939. Azaña era un republicano moderado y de izquierda. Durante su mandato, intentó llevar a cabo reformas progresistas, como la reforma agraria. Su figura está estrechamente vinculada a los esfuerzos por defender la República durante la Guerra Civil, aunque su gobierno fue incapaz de evitar la sublevación militar que derivó en el conflicto.

5.- Siguiendo el siguiente índice (situación, solución y resultado de cada una de ellas) sintetiza las Reformas llevadas a cabo por el primer gobierno republicano.

Reforma Educativa. Situación: Escasez de escuelas primarias. Alta tasa de analfabetismo y educación determinada por instituciones religiosas. / Solución: Aumento de escuelas públicas, laicización de la enseñanza y contratación masiva de maestros con enseñanzas progresistas. / Resultado: Mejora en el acceso a la educación, aunque generó tensiones con la iglesia y sectores conservadores. El proyecto no se terminó de cumplir por la negativa de los ayuntamientos.

Reforma Militar. Situación: Ejército con exceso de mandos, demasiados oficiales, por lo que los gastos eran muy grandes. / Solución: Reducción de efectivos, cierre de academias militares, y Ley de Retiro de Oficiales para depurar el ejército / Resultado: Polarización en el estamento militar; rechazo de sectores conservadores y militares que consideraron la reforma una afrenta a sus privilegios.

Reforma Agraria. Situación: Alta concentración de tierras en pocas manos, precaridad de jornaleros y escasa productividad agrícola. / Solución: Ley de Reforma Agraria (1932), redistribución de tierras mediante expropiaciones con indemnización, para entregar parcelas a los campesinos. / Resultado: Implementación lenta y resistencia por parte de grandes propietarios. Generó descontento tanto en jornaleros (por la falta de avances rápidos) como en sectores conservadores.

Reforma Social. Situación: Condiciones laborales precarias, jornadas excesivas y falta de derechos sindicales. / Solución: Ley de Contratos de Trabajo (1931) y creación de jurados mixtos para resolver conflictos laborales. / Resultado: Mejoras en las condiciones laborales y fortalecimiento del sindicalismo, pero oposición de empresarios y sectores conservadores.

Reforma Territorial. Situación: Demandas de autonomía de Cataluña, País Vasco y Galicia, en un contexto centralista. / Solución: Estatuto de Autonomía de Cataluña (1932) y bases para otros estatutos en el País Vasco y Galicia. / Resultado: Reconocimiento de autonomía, aunque enfrentó resistencia de sectores centralistas y agravó tensiones territoriales.

6.- Busca información acerca de la “Revolución de Asturias” (1934).

La Revolución de Asturias de 1934 fue un levantamiento obrero que tuvo lugar principalmente en Asturias. Este levantamiento fue provocado por una serie de factores sociales, políticos y económicos que generaron un clima de tensión en España. La victoria de la CEDA (Confederación Española de Derechos Autónomos) en las elecciones generales de 1933, un partido conservador liderado por José María Gil-Robles, desencadenó una profunda alarma en los sectores de izquierda, que temían que el nuevo gobierno adoptara políticas autoritarias y reaccionarias, en detrimento de los avances logrados en la Segunda República, especialmente en materia de derechos laborales y sociales.

Los sindicatos y partidos de izquierda, como el PSOE, el PCE y la CNT, organizaron una huelga general en octubre de 1934, que rápidamente se transformó en una insurrección armada, especialmente en Asturias, una región industrializada con una gran concentración de trabajadores mineros. Los trabajadores de las minas, que ya vivían en condiciones muy precarias, tomaron el control de varias ciudades y pueblos, estableciendo barricadas y ocupando fábricas y minas.

El gobierno de Alejandro Lerroux, presidente de la República, reaccionó con una feroz represión. Envió el ejército, comandado por el general Francisco Franco, para sofocar la insurrección. Las fuerzas militares utilizaron artillería pesada y aviación para bombardear las zonas controladas por los insurgentes, lo que provocó una gran cantidad de muertos y heridos, especialmente entre la población trabajadora. Se estima que alrededor de 1,000 personas murieron durante la represión, y más de 30,000 fueron detenidas.

La Revolución de Asturias no solo tuvo consecuencias inmediatas en términos de víctimas y destrucción, sino que también tuvo un impacto profundo en la política española. La brutal represión, junto con el terror de un avance del comunismo en el país, provocó una mayor polarización entre la izquierda y la derecha. Mientras que los sectores de izquierda vieron el levantamiento como una lucha legítima contra un gobierno que consideraban autoritario y reaccionario, los sectores conservadores interpretaron los hechos como un intento de revelación comunista y una amenaza a la estabilidad del país. Esta polarización política, alimentada por el miedo mutuo entre los diferentes actores, preparó para un clima de confrontación que culminaría en el golpe de Estado de 1936, que desencadenaría la Guerra Civil Española.

7.- Responde: ¿Qué fue el Frente Popular?

El Frente Popular fue una coalición política de izquierdas que se formó en España en 1936, compuesta por el PSOE, el PCE, la CNT, los republicanos de izquierda, y otros grupos progresistas y antifascistas. Su principal objetivo era defender la República frente a las amenazas de la derecha y los militares sublevados, que buscaban derrocar al gobierno republicano. ¿Qué hizo con los protagonistas de las Revolución de Octubre? Cuando el Frente Popular llegó al poder en 1936, uno de sus primeros actos fue administrar los prisioneros de la Revolución de octubre, estableciendo su libertad y, en algunos casos, reintegrándolos en la vida política y sindical. Y con los militares sospechosos de no ser afectos a la República? Con respecto a los militares sospechosos de no ser leales a la República, el Frente Popular adoptó políticas para purgar el ejército de aquellos oficiales que pudieran ser considerados fascistas o monárquicos. Aunque la purga no fue total, hubo creciente temor en el gobierno republicano de que algunos oficiales pudieran conspirar contra el régimen. Como resultado, se hicieron cambios en la estructura militar, relevando a algunos mandos de confianza y promoviendo a aquellos más leales a la República.

8.- Comenta críticamente el siguiente texto: “El derecho al..

El debate sobre el sufragio femenino durante la II República Española puso de manifiesto los profundos prejuicios y contradicciones de la época. Clara Campoamor, principal defensora de este derecho, luchó contra una visión paternalista que cuestionaba la capacidad de las mujeres para tomar decisiones políticas independientes. Ejemplo de ello fue la propuesta del Partido Republicano Democrático de retrasar el voto femenino hasta los 45 años, asumiendo que las mujeres jóvenes estaban excesivamente influenciadas por figuras como el padre, el marido o la Iglesia

Por otro lado, figuras como Victoria Kent, aunque también feministas, se opusieron al sufragio femenino en ese momento, temiendo que el voto de las mujeres favoreciera a las fuerzas conservadoras. La influencia de la Iglesia Católica sobre gran parte de la población, especialmente en las zonas rurales, alimentaba estas preocupaciones. Este debate reflejaba un conflicto más amplio entre quienes apostaban por reformas sociales y quienes temían que esas mismas reformas se vieran frustradas por una sociedad aún dominada por valores tradicionales.

A pesar de estas resistencias, Campoamor logró que el derecho al voto femenino fuera aprobado en 1931, un avance histórico que permitió a las mujeres votar por primera vez en 1933. Su lucha es un ejemplo de cómo los derechos fundamentales no deben estar condicionados por cálculos políticos ni por temores sociales. Con esta victoria, no solo se amplió la democracia, sino que se sentaron las bases para una igualdad más plena en la España del siglo XX.

Caída de Alfonso XIII y gobierno provisional

Tras la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), la monarquía había quedado muy debilitada. Para intentar solucionarlo, el Rey Alfonso XIII nombró como Presidente del Gobierno al General Berenguer y, posteriormente, al Almirante Aznar. En ese contexto se firmó el Pacto de San Sebastián (agosto de 1930), en el que republicanos, catalanistas y socialistas acordaron acabar con la monarquía. Para dar sensación de normalidad, Aznar convocó elecciones municipales para abril de 1931, las cuales resultaron en un triunfo republicano en la mayoría de las capitales. Este resultado, que reflejaba el predominio de los republicanos, hizo comprender al rey que su posición era insostenible. Aconsejado por el ministro Romanones, Alfonso XIII abandonó el país, marchando al exilio. Así, el 14 de abril de 1931, se proclamó la II República.

En cuanto al Gobierno Provisional, tras la proclamación de la II República, se formó un gabinete presidido por Niceto Alcalá Zamora, un católico y republicano de derechas, quien debía garantizar la permanencia de la burguesía en el poder. El gobierno incluyó a representantes de la mayoría de las fuerzas políticas del Pacto de San Sebastián: los radicales de Alejandro Lerroux, los radicales-socialistas de Marcelino Domingo, los socialistas (como Prieto, Largo Caballero y Fernando de los Ríos), los republicanos (como Azaña), y los catalanistas (como d’Olwer). Por otro lado, quedaron fuera del gobierno los comunistas, los anarquistas, la derecha monárquica y tradicionalista, así como los partidos regionalistas conservadores. En junio de 1931, se convocaron Cortes Constituyentes, que fueron ganadas por la alianza de republicanos y socialistas, con una mayoría aplastante, salvo en el País Vasco y Navarra, donde los nacionalistas y carlistas fueron los triunfadores.

Síntesis de las reformas de la II República

Las reformas de la II República abarcaron diferentes áreas con el fin de modernizar el país. En el ámbito educativo, se promovió una educación progresista, sustituyendo a los docentes religiosos por otros con una visión más secular y fomentando la creación de nuevas escuelas. En el ámbito militar, se redujo el número de oficiales, se disminuyó la jurisdicción militar en favor de la civil y se creó la Guardia de Asalto como fuerza leal al régimen. En el ámbito agrario, se intentó repartir tierras entre jornaleros y arrendatarios, aunque los resultados fueron limitados por la falta de presupuesto y la oposición de los terratenientes. En el ámbito social, se estableció la jornada laboral de ocho horas y se intervino en los conflictos laborales con la creación de los jurados mixtos. Finalmente, en el ámbito territorial, se aprobó el Estatuto de Cataluña en 1932, aunque el País Vasco no logró una situación similar debido a divisiones internas. Las reformas, sin embargo, fueron insuficientes y enfrentaron una fuerte oposición de los sectores privilegiados, lo que contribuyó a su fracaso.

Constitución

La Constitución de 1931 fue aprobada en diciembre de ese año, siendo una de las más avanzadas en su época en cuanto a principios democráticos y sociales. Fue elaborada por una comisión presidida por el socialista Luis Jiménez de Asúa, y aunque generó tensiones, se aprobó sin votos en contra. La Constitución constaba de 125 artículos y definía a España como una República de Trabajadores. Promovió el laicismo en el Estado, subordinó la propiedad privada al interés general y estableció el sufragio universal, tanto masculino como femenino, convirtiendo a España en uno de los primeros países en reconocer el derecho al voto de las mujeres.

Además, la Constitución de 1931 preveía la existencia de una única cámara legislativa, establecía la abolición de la pena de muerte y creaba el Tribunal de Garantías Constitucionales para asegurar el cumplimiento de los derechos fundamentales. También establecía el derecho de autonomía para diversas regiones dentro de un marco de soberanía y centralismo, y introducía medidas de protección de las libertades individuales. La Constitución reflejaba un carácter progresista y detallado que buscaba modernizar el país, aunque se enfrentó a dificultades en su implementación debido a las tensiones sociales y políticas del momento.

El gobierno conservador

Durante el bienio radical-cedista (1933-1935), el Gobierno estuvo presidido por Alejandro Lerroux, líder del Partido Radical, apoyado por la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), una coalición que abogaba por frenar las reformas implementadas en el bienio republicano-socialista. El triunfo de la CEDA en las elecciones de 1933 dio lugar a un giro hacia la derecha, lo que resultó en la suspensión de las reformas progresistas previas. La CEDA se mostró como un defensor de la moderación, pero su creciente influencia hizo que muchos la consideraran una fuerza afín al fascismo.

El gobierno de Lerroux no incluyó ministros de la CEDA, aunque su apoyo fue fundamental para su estabilidad. Las medidas reformistas se suspendieron, lo que generó una polarización creciente entre las fuerzas políticas, especialmente entre la izquierda y la derecha. La situación se tensó aún más con la Revolución de Octubre de 1934, provocada por la oposición de la izquierda al ascenso de la CEDA. La revolución, que estalló en Asturias, fue sofocada por el ejército dirigido por Francisco Franco. Además, en Cataluña, el presidente Lluis Companys proclamó el estado catalán, pero la falta de apoyo de otros sectores hizo que la revuelta también fracasara.

Este periodo fue crucial para la polarización política y la radicalización de ambas posturas, preparando el terreno para el enfrentamiento que desembocaría en la Guerra Civil. La CEDA continuó ganando terreno, mientras que en la izquierda surgían reacciones violentas, como las de los anarquistas y socialistas, lo que contribuyó al deterioro de la situación política en España.

Frente Popular

El Frente Popular fue una coalición electoral formada por republicanos, socialistas y comunistas, que se unieron con el objetivo de frenar el ascenso de la derecha. En las elecciones de febrero de 1936, esta coalición ganó por mayoría, lo que permitió que Manuel Azaña asumiera la presidencia de la República. El gobierno formado por el Frente Popular estuvo marcado por la radicalización de las posturas políticas, con un creciente enfrentamiento entre la izquierda y la derecha.

El PSOE, bajo la influencia de Francisco Largo Caballero, empezó a adoptar una postura más revolucionaria. A pesar de que los ministros del gobierno eran republicanos, el PSOE optó por una vía más radical, lo que generó tensiones dentro del propio gobierno. La conflictividad social creció y se polarizaron las posturas políticas, mientras que la derecha, particularmente la CEDA, empezó a considerar que un golpe de Estado era la única manera de frenar las reformas y mantener sus privilegios.

Ante el peligro de un golpe militar, el gobierno republicano dispersó a los generales sospechosos de conspiración, como Emilio Mola, Francisco Franco y Manuel Goded. La situación se tensionó aún más con los asesinatos de José del Castillo y José Calvo Sotelo, figuras claves de la Guardia de Asalto y la derecha, respectivamente, lo que desató la sublevación militar el 17 de julio de 1936, que dio inicio a la Guerra Civil Española. El gobierno del Frente Popular, lejos de estabilizar la situación política, acabó desencadenando el conflicto armado entre las fuerzas republicanas y franquistas.

Las fases políticas de la II República española pueden dividirse en tres períodos clave:

  1. Bienio republicano-socialista (1931-1933): Durante esta etapa, el gobierno estuvo formado por una coalición de republicanos y socialistas, y se aprobó la Constitución de 1931, que establecía un carácter democrático, progresista y social. A nivel de reformas, se destacaron cambios en la educación, la reforma agraria, el ámbito militar y la creación de nuevas instituciones. Sin embargo, las reformas no lograron completarse debido a la oposición de los sectores conservadores y la crisis económica de 1929.
  2. Bienio radical-cedista (1933-1935): En este período, las elecciones de 1933 fueron ganadas por la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) y el Partido Radical de Alejandro Lerroux, lo que resultó en un giro hacia una política más conservadora y contrarreformista. Se suspendieron muchas de las reformas anteriores y la polarización política creció. En 1934, la oposición de la izquierda condujo a la Revolución de Octubre, con levantamientos en Asturias y Cataluña que fueron sofocados por el ejército.
  3. Etapa del Frente Popular (1936): El Frente Popular, una coalición de fuerzas de izquierda, ganó las elecciones de febrero de 1936. Este gobierno se caracterizó por la radicalización política, con el PSOE optando por una postura más revolucionaria. La tensión política y social aumentó, y la derecha consideró que solo un golpe de Estado podía frenar las reformas. Los asesinatos de líderes de izquierda y derecha en julio de 1936 provocaron la sublevación militar que desembocó en el inicio de la Guerra Civil Española.

Cada una de estas fases estuvo marcada por tensiones políticas, enfrentamientos entre la izquierda y la derecha, y la lucha por mantener o modificar el orden social y político en España.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *