Reformas Republicanas: Objetivo Modernizar la Sociedad Española
Reforma Militar de Azaña
Azaña impulsó la reforma militar. Elaboró una ley de retiros (jubilaciones de oficiales), disolvió la Academia Militar de Zaragoza.
Reforma Religiosa y Educativa
Tenía como objetivo disminuir el peso de la Iglesia Católica en la educación y en la sociedad. Se implementó la separación Iglesia-Estado, la prohibición de órdenes religiosas en la enseñanza, la ley de divorcios y las misiones pedagógicas. Se impulsó la educación laica y aumentaron los recursos para escuelas y maestros.
Reforma Territorial
Se elaboraron estatutos de autonomía para establecer gobiernos autónomos. En 1932, Cataluña obtuvo su Estatuto de Autonomía. El País Vasco lo obtendría en 1936.
Reforma Agraria
Para solucionar los problemas del latifundismo en Andalucía y Extremadura, donde muchos jornaleros no tenían tierra, se decretó una ley de expropiación de grandes fincas que no se cultivaran, lo que permitió distribuirlas.
Oposición a las Reformas
Desde el conservadurismo, se opusieron a las reformas para hacer frente a los propietarios agrarios, parte del ejército y las clases medias. El golpe de estado del General Sanjurjo fue frenado.
Surgieron grupos como la Unión Militar Española (UME), liderada por José María Gil-Robles, grupos fascistas como la Falange Española (FE), monárquicos como José Calvo Sotelo y carlistas.
Desde el obrerismo, la UGT se radicalizó y surgieron núcleos anarquistas que formaron la FAI. Protagonizaron levantamientos como el de Casas Viejas, que fueron reprimidos.
Gobiernos de Derechas y Radicalización
Tras la represión de Casas Viejas y la dimisión de Azaña, las nuevas elecciones de 1933 dieron la victoria al centro-derecha. Alejandro Lerroux fue presidente.
El desmantelamiento del bienio anterior provocó la radicalización de los partidos de izquierda.
Revueltas de 1934
La remodelación del gobierno con la entrada de tres ministros de la CEDA provocó un estallido de revueltas. En Asturias, hubo un levantamiento de socialistas, anarquistas y comunistas. En Cataluña, Lluís Companys proclamó la República Catalana, lo que llevó a la disolución de la Generalitat y la suspensión del Estatuto de Autonomía.
Frente Popular 1936
Ante las nuevas elecciones de 1936, la izquierda se agrupó en el Frente Popular con el objetivo de recuperar las reformas del primer bienio republicano.
La derecha se presentó como Bloque Nacional, liderado por Calvo Sotelo (CEDA y Falange), con la intención de modificar las reformas en sentido conservador.
Aunque las elecciones fueron ganadas por la derecha, se nombró a Azaña presidente de la República y a Santiago Casares Quiroga jefe de gobierno.
Preparación del Golpe de Estado
La división entre derechas e izquierdas se intensificó. Extremistas de derechas defendían un golpe de estado para acabar con la República, amparándose en la violencia social y el asesinato de Calvo Sotelo.
Fuerzas conservadoras, contrarias al golpe, buscaban interrumpir por la fuerza el proceso reformista republicano.
Golpe de Estado y Guerra Civil
El 17 de julio de 1936 se inició el golpe en Melilla, Tetuán y Ceuta. El 18 de julio se extendió a la península, donde los sublevados se apoderaron de ciudades y constituyeron una Junta de Defensa Nacional para «restablecer el orden».
El 19 de julio, el gobierno republicano, a cargo de José Giral, entregó armas a las milicias de los sindicatos y partidos del Frente Popular, que se mantuvieron fieles al gobierno. El levantamiento fue sofocado en Madrid, Cataluña y el norte, pero España quedó dividida en dos zonas, lo que desencadenó la Guerra Civil.
Internacionalización del Conflicto
La Guerra Civil Española tuvo gran repercusión internacional, convirtiéndose en una confrontación entre fuerzas democráticas y regímenes fascistas.
Los militares sublevados contaron con la ayuda de la Alemania nazi e Italia, que aportaron aviación, artillería, carros de combate y tropas voluntarias.
Francia y Gran Bretaña mantuvieron una política de neutralidad, creando el Comité de No Intervención. Esta «no intervención» perjudicó a la República.
La URSS fue el único apoyo militar de la República. Además, se produjo un movimiento de solidaridad internacional con la República, con voluntarios de diversos países formando las Brigadas Internacionales.
Zona Republicana: Guerra y Revolución
La guerra desencadenó situaciones revolucionarias en la zona republicana. La defensa de la República movilizó a militantes y sindicatos de izquierda, que formaron comités que ocuparon y colectivizaron fábricas y repartieron latifundios. Este proceso fue impulsado por la CNT y la FAI.
El anticlericalismo se intensificó, persiguiéndose a la Iglesia como símbolo del orden aristocrático.
En 1936 se formó un nuevo gobierno de coalición liderado por Largo Caballero, que fusionó las milicias en el Ejército Popular.
En 1937 se produjo un enfrentamiento armado en Barcelona entre las fuerzas republicanas. Juan Negrín formó un nuevo gobierno, con mayor influencia comunista, y proclamó la resistencia a ultranza.
Zona Sublevada: una Dictadura Militar
Los sublevados establecieron un poder militar único en la zona que controlaban.
Se creó un nuevo Estado, con la Junta de Defensa Nacional nombrando al general Francisco Franco como jefe de gobierno en 1937.
Se decretó la unificación de todas las fuerzas políticas del bando sublevado en un partido único: Falange Española Tradicionalista y de las JONS (FET y de las JONS).
El nuevo Estado se inspiraba en el fascismo y defendía un modelo conservador y la preeminencia del catolicismo. Uno de sus primeros objetivos fue acabar con las reformas republicanas.
Represión Sistemática
En la zona franquista se instauró una política de persecución sistemática a los partidarios del Frente Popular y a todo aquel que hubiera apoyado a la República.
El objetivo de la represión era atemorizar a la población y eliminar cualquier tipo de oposición al nuevo régimen.