La Segunda República Española: Un Análisis de su Auge y Caída

La Segunda República Española (1931-1939)

Proclamación y Primer Gobierno

Tras las elecciones municipales del 14 de abril de 1931, se proclamó la Segunda República Española. Este periodo estuvo marcado por la crisis de 1929, la crisis de la democracia en Europa y el auge del comunismo y del fascismo. El rey Alfonso XIII se exilió en Italia.

La República contaba con el apoyo de los intelectuales, las clases medias y la mayoría del movimiento obrero. En contra, se encontraban los grupos económicos más poderosos y algunos sectores campesinos. El comité revolucionario del Pacto de San Juan (1930) se convirtió en el primer gobierno provisional, compuesto por:

  • Republicanos conservadores (Niceto Alcalá Zamora, presidente)
  • Republicanos de izquierdas (Manuel Azaña)
  • Republicanos radicales (Alejandro Lerroux)
  • Miembros del PSOE (Indalecio Prieto)
  • Nacionalistas catalanes y gallegos

La República reconoció amplios derechos individuales, proclamó la amnistía y llevó a cabo reformas en áreas como la agricultura, el ejército, la educación y el trabajo. Sin embargo, el impacto de la crisis económica provocó huelgas y enfrentamientos con las fuerzas del orden. El principal conflicto fue el enfrentamiento con la Iglesia Católica, exacerbado por la quema de iglesias, lo que deterioró la imagen de la República. En las elecciones a Cortes de junio de 1931, los socialistas y los republicanos de izquierdas obtuvieron la mayoría.

La Constitución de 1931

Las Cortes aprobaron una nueva Constitución el 9 de diciembre de 1931. Sus principales contenidos fueron:

  • República democrática de trabajadores.
  • Estado integral, pero con posibilidad de autonomías. La aprobación de un Estatuto de Autonomía requería la elaboración por la mayoría de los ayuntamientos o 2/3 de los censados, y su aprobación por 2/3 de los electores. En caso de no ser aprobado, debían transcurrir 5 años para presentar otro Estatuto. Las Cortes tenían la última palabra en la aprobación de los Estatutos.
  • Separación de poderes (legislativo, judicial y ejecutivo).
  • Presidente elegido de forma indirecta por las Cortes y compromisarios. No podían ser presidente eclesiásticos, militares ni miembros de la familia real. Las legislaturas duraban 6 años. El presidente tenía capacidad de veto, pero si la ley era aprobada por 2/3 de la cámara en segunda votación, se aprobaba. Podía disolver las Cortes dos veces, pero si en la tercera se consideraba injustificado, podía ser destituido.
  • Las Cortes tenían el poder legislativo. Se creó la Diputación Permanente de Cortes.
  • Se creó el Tribunal de Garantías Constitucionales.
  • Sufragio universal, incluyendo a las mujeres, directo y secreto.
  • Estado laico. Se permitía la práctica de cualquier religión, pero se separaba la Iglesia del Estado y se le prohibía el comercio, la industria y la enseñanza.
  • Educación y cultura como obligación del Estado para toda la población.

El Bienio Reformista (1931-1933)

Niceto Alcalá Zamora fue el primer presidente de la República y Manuel Azaña el presidente del gobierno. El gobierno contó con el apoyo de la mayoría de los partidos del Gobierno Provisional, excepto el Partido Radical. Las reformas continuaron. En 1932 se aprobó el Estatuto de Cataluña, que otorgaba a los catalanes el derecho a un gobierno propio (la Generalitat), un presidente y un parlamento.

Durante el Bienio Reformista se llevaron a cabo reformas en diversas áreas:

  • Reformas sociales: jornada laboral de 8 horas, derecho a huelga y jurados mixtos de arbitraje.
  • Reforma educativa: se intentó reducir el analfabetismo, se crearon nuevos centros de enseñanza y se promovió una educación laica, liberal, mixta, pública, obligatoria y gratuita. Esta reforma encontró la oposición de la Iglesia y la derecha.
  • Reforma militar: el objetivo era modernizar el ejército y asegurar su fidelidad a la República. Se permitió a los generales y oficiales retirarse con el sueldo íntegro si no juraban fidelidad a la República. A pesar de esto, algunos militares como Sanjurjo, Franco y Mola permanecieron en el ejército. El número de retirados fue menor de lo esperado.
  • Reforma agraria: fue la reforma más ambiciosa, con el objetivo de resolver las desigualdades en el campo. En 1932 se aprobó la Ley de Bases de la Reforma Agraria, con la oposición de los terratenientes y la antigua nobleza, quienes financiaron el futuro golpe de Estado de Sanjurjo (1932). Se creó el Instituto de Reforma Agraria, que expropió tierras (con indemnización previa). Sin embargo, la falta de fondos impidió asentar a tantas familias como se pretendía, lo que provocó protestas campesinas y ocupaciones de tierras.

Los principales opositores a la República fueron José María Gil Robles, fundador de la CEDA, y José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange. Las huelgas y ocupaciones de tierras por la CNT llevaron a la caída del gobierno de Manuel Azaña. Los socialistas comenzaron a oponerse a un gobierno que reprimía a los campesinos. La unión republicano-socialista entró en crisis y Azaña dimitió. Alcalá Zamora disolvió las Cortes y convocó nuevas elecciones en noviembre de 1933.

Cultura y Educación

El lema de “cultura para todos” se convirtió en un objetivo central de la República. Muchos dirigentes del gobierno pertenecían al mundo cultural y veían en la República la oportunidad de regenerar el país. José Ortega y Gasset y Gregorio Marañón se presentaron a las elecciones y obtuvieron escaños como diputados por la Agrupación al Servicio de la República. Algunos escritores se sintieron desplazados por el gobierno de masas, pero otros, como la Generación del 27, se identificaron plenamente con el ideal republicano. El Gobierno provisional diseñó un ambicioso plan educativo, inspirado en el modelo de la Institución Libre de Enseñanza, del que se encargaron Marcelino Domingo y Fernando de los Ríos.

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