Antecedentes de la Segunda República
Antecedentes Políticos
La crisis del sistema político de la Restauración, el Pacto de San Sebastián, la sublevación de Jaca y las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 fueron los principales antecedentes políticos.
Antecedentes Económicos
El atraso económico, la heterogeneidad en el proceso de centralización capitalista, la concentración oligárquica del poder económico y una base económica principalmente agraria con escaso desarrollo industrial marcaron el contexto económico.
Antecedentes Sociales
Se caracterizaron por una importante actividad del movimiento obrero, descontento y conflictividad social.
Antecedentes Culturales
El desarrollo de corrientes intelectuales, una gran actividad cultural, una fuerte oposición a la dictadura, la mejora de la prensa y la aparición de la radio configuraron el panorama cultural.
La Segunda República (1931-1936)
La Segunda República constituyó un intento de modernización del país. Surgió de las elecciones municipales del 12 de abril de 1931. El cambio al nuevo régimen instauró un gobierno provisional formado por el Pacto de San Sebastián, y se negoció un estatuto de autonomía.
El Bienio Reformista (1931-1933)
Tras las elecciones a Cortes Constituyentes, se formó un gobierno liderado por Manuel Azaña. Se aprobó la Constitución de 1931, que definía a España como una república democrática de trabajadores, un estado no confesional, moderno, descentralizado y con una función social de la propiedad. Se subrayó la separación del Estado y la Iglesia. Alcalá Zamora fue elegido presidente de la República y Azaña se encargó de la jefatura del gobierno.
Reformas del Bienio Reformista
Se afrontaron reformas en diversos ámbitos:
- Reforma Militar: Creación de la Guardia de Asalto, que generó malestar entre la oficialidad.
- Reforma Educativa: Implantación de un modelo de escuela pública, obligatoria y gratuita, lo que creó un grave conflicto con la Iglesia.
- Reforma Territorial: Concesión de la autonomía de Cataluña, gobernada por la Generalitat. El proyecto del estatuto para el País Vasco fue paralizado.
- Obras Públicas: Construcción de obras hidráulicas.
- Reforma Agraria: La Ley de Reforma Agraria afectó a los latifundios del sur y a tierras deficientemente cultivadas, buscando asentar a campesinos en tierras expropiadas. Esto provocó tensión entre propietarios y jornaleros.
- Reformas Laborales: Se implementaron cambios para mejorar las condiciones laborales, como el derecho a la huelga.
Estas reformas polarizaron la vida política debido a la resistencia de la Iglesia, la España católica y los propietarios de tierras, favoreciendo la movilización política de los católicos contra la República. La derecha exigió la rectificación de la República y una revisión de la Constitución. Se produjo la conspiración militar de Sanjurjo. La crisis final del bienio reformista se produjo por los errores en la represión de la sublevación anarquista de Casas Viejas.
El Sistema de Partidos Políticos
Durante la Segunda República, el sistema de partidos políticos experimentó reagrupaciones, desapariciones y surgimientos, como el PNV, la Lliga Catalana y Esquerra Republicana de Catalunya.
- Derecha: CEDA (liderada por José María Gil Robles), Comunión Tradicionalista Española, Renovación Española, Partido Agrario, Acción Popular y Falange Española (liderada por José Antonio Primo de Rivera).
- Izquierda: Comunistas, anarquistas, CNT, PSOE (con el sindicato UGT), y republicanos de izquierda (liderados por Manuel Azaña).
El Bienio Radical-Cedista (1933-1936)
Las elecciones dieron el triunfo a la derecha, con la CEDA en primer lugar y el Partido Radical de Lerroux en segundo. Se llevaron a cabo contrarreformas en el terreno laboral, y se paralizaron las reformas agraria y militar. Se detuvo el proceso de secularización de la enseñanza y el proceso autonómico del País Vasco. Se planteó un conflicto de competencias entre el gobierno central y la Generalitat. Se endureció la política de orden público. La opinión pública se radicalizó y se dividió entre derechas e izquierdas.
La Revolución de Octubre de 1934
La Revolución de Octubre de 1934, cuyo objetivo era la defensa de la República y de las masas trabajadoras, suspendió el Estatuto y la Generalitat. La revolución produjo miles de muertos y encarcelados, puso en evidencia la imposible convivencia entre la derecha y la izquierda, la debilidad de la democracia y la confianza en el ejército.
El Frente Popular (1936)
El Frente Popular, constituido por la izquierda republicana, la Unión Republicana, el PSOE, el PCE y el Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), buscaba relanzar la obra legislativa del gobierno provisional y del bienio reformista. Las elecciones de 1936 evidenciaron la radicalización de las dos Españas. El Frente Popular obtuvo la victoria, pero no logró la convivencia, desencadenando un movimiento revolucionario espontáneo. El nuevo gobierno, presidido por Azaña, restableció el Estatuto catalán y retomó la política reformista. Se dio validez legal a la ocupación de fincas y se destituyó al presidente de la República, Alcalá Zamora, siendo sustituido por Azaña. Casares Quiroga se convirtió en jefe de gobierno. Comenzó la tramitación parlamentaria de los estatutos de autonomía del País Vasco y Galicia. La situación social era terrible por las acciones de grupos de extrema derecha. Las conspiraciones y enfrentamientos sociales evidenciaron la debilidad de los republicanos y el fracaso democratizador de la burguesía liberal republicana. La democracia española no se consolidó y la radicalización llevó a la Guerra Civil.
La Edad de Plata de la Cultura Española (1898-1936)
Este periodo se caracterizó por la libertad de pensamiento, la importancia de la educación, la creación de la Institución Libre de Enseñanza, la difusión de la cultura y las bibliotecas municipales. Destacaron autores como Unamuno, Azorín, Pío Baroja y Jacinto Benavente; arquitectos como Gaudí; músicos como Albéniz y Manuel de Falla; y pensadores como José Ortega y Gasset, Juan Ramón Jiménez, Ramón Pérez de Ayala y Ramón Gómez de la Serna. La Generación del 27, con Federico García Lorca, Rafael Alberti, Luis Cernuda y Vicente Aleixandre, también brilló en este periodo. Otros artistas destacados fueron Dalí, Miró y Luis Buñuel. En el campo de las ciencias, destacó Severo Ochoa.