La Segunda República Española: Un Periodo de Reformas y Conflictos (1931-1933)

La Segunda República (1931-1933)

Las Elecciones Municipales de abril de 1931

Dimisión de Berenguer (14 de febrero de 1931): Alfonso XIII encargó formar gobierno al almirante Aznar y convocó elecciones municipales para el 12 de abril. El objetivo era elegir ayuntamientos que garantizasen la limpieza de las elecciones constituyentes. La mayoría de los concejales elegidos eran monárquicos, pero los republicanos habían ganado en todas las capitales, donde el sufragio era más limpio. Aznar reconoció que el país se había acostado monárquico y se levantó republicano. Tras unas elecciones limpias, Alfonso XIII, aconsejado por el gobierno, lanzó un manifiesto el 13 de abril de 1931 en el que anunciaba su dimisión. Carecía de apoyos y aceptaba la voluntad del pueblo. La II República fue proclamada al día siguiente, 14 de abril. El Comité Revolucionario en San Sebastián, liderado por Alcalá Zamora, se convertía en el nuevo gobierno provisional.

El Gobierno Provisional

El nuevo gobierno estaba formado por los firmantes del Pacto de San Sebastián: republicanos, socialistas, republicanos conservadores, nacionalistas gallegos y catalanes. Fuera quedaron la derecha monárquica, el nacionalismo vasco y el obrerismo radical. El mismo día que se proclamaba la república en Madrid, Francesc Macià, líder de Esquerra Republicana de Cataluña, proclamaba en Barcelona la República catalana independiente. Esta acción implicaba una desautorización del nuevo gobierno provisional, que se comprometió a buscar una solución. Las primeras medidas se encaminaron a calmar la situación e iniciar el programa de reformas. Los primeros decretos incluyeron la convocatoria de elecciones generales constituyentes para el 28 de junio de 1931 y medidas laborales (decreto de laboreo forzoso, ley de jurados mixtos, reducción de la jornada laboral). Los militares juraron fidelidad a las nuevas autoridades. Sin embargo, se iniciaron los primeros conflictos: algunos sectores reaccionaron con miedo a la llegada del nuevo gobierno (la bolsa, agentes económicos, terratenientes, industriales, y la iglesia, especialmente el Cardenal Segura).

La Constitución de 1931

En junio de 1931 se celebraron elecciones a Cortes Constituyentes. La mayoría fue para una coalición de republicanos y socialistas (el PSOE obtuvo 116 escaños, seguido del Partido Radical de Lerroux con 90 escaños, que se había convertido en un partido de derecha moderada). El primer cometido era elaborar un nuevo texto constitucional. Los partidos conservadores obtuvieron escasos resultados. Las primeras acciones del gobierno fueron la creación de comisiones de expertos para la elaboración del texto constitucional. El texto fue muy debatido, y algunos de sus artículos levantaron disputas (temas relacionados con la religión, el voto de la mujer, y la educación).

La Constitución de 1931 reflejaba un pensamiento democrático avanzado y buscaba una redistribución de la riqueza y la creación de un estado del bienestar para todos, más allá de la defensa del liberalismo de constituciones anteriores. No fue una constitución de consenso, ya que una parte de la oposición no la votó. Breve en artículos, establecía una república democrática con soberanía popular y separación de poderes. El poder legislativo residía en unas cortes unicamerales elegidas por sufragio universal, incluyendo a las mujeres. El ejecutivo dependía de la mayoría parlamentaria. El Presidente de la República era elegido cada seis años por los diputados. Tenía amplios poderes, incluyendo la capacidad de veto y de promulgar leyes. Se contemplaba un estatuto de autonomía para Cataluña y el País Vasco. La constitución definía la República como un estado integral compatible con la autonomía de regiones y municipios, pero no quedó definida la forma de esta república: ni federal ni unitaria. La declaración de derechos incluía la libertad de expresión (opinión, expresión, imprenta, cátedra) y de asociación, el derecho al trabajo, la educación y la cultura, y la igualdad en el matrimonio. Se establecía el matrimonio civil, el divorcio, y la equiparación de derechos para los hijos legítimos e ilegítimos. Se regulaban los derechos sociales y se daba prioridad a los derechos del Estado por encima de los individuos, compatible con la protección de la propiedad privada. El Estado era aconfesional, con libertad de conciencia y práctica de cualquier religión. Este punto generó gran polémica y dividió a la cámara, prohibiéndose a los religiosos dedicarse a la enseñanza. Se establecía el derecho a la educación primaria gratuita y obligatoria. Desde mayo del 31, se produjo una oleada anticlerical con ataques al clero y quema de conventos que el gobierno no supo reprimir. Se reconocía el sometimiento a leyes internacionales.

El Gobierno y el Programa de Reformas

Aprobada la Constitución el 9 de diciembre, se formó el primer gobierno constitucional. Era un gobierno de coalición presidido por Manuel Azaña e integrado por republicanos de izquierdas y socialistas. La presidencia de la República recayó en Alcalá Zamora, de corte más conservador. Otros miembros importantes fueron Indalecio Prieto y Largo Caballero. Este gobierno emprendió ambiciosas reformas en diferentes aspectos. Este fue el periodo más activo de la República en cuanto a reformas. Destacan:

  • Reformas Laborales: Impulsadas por Largo Caballero, líder de UGT y Ministro del Trabajo, incluyeron medidas como el seguro de enfermedad, vacaciones pagadas, jornada de ocho horas y salario mínimo. La CNT, que no colaboró en las reformas, organizó violentas huelgas revolucionarias.
  • Reforma Agraria (1932-1933): Marcelino Domingo intentó atajar el problema de la redistribución de la tierra, que había creado una situación de anarquía y violencia entre los jornaleros. Se trataba de abordar el problema técnico: aumentar la productividad. El proceso fue muy lento, ya que se debía elaborar la Ley de Reforma Agraria, crear el Instituto de Reforma Agraria con expropiaciones e indemnizaciones, y asentar campesinos. No se abordó a fondo por temor a que la oposición de los terratenientes pudiera acabar con la República. El Instituto de Reforma Agraria solo expropió algunas fincas a cambio de una indemnización. El problema fue que el Estado no disponía de recursos para la compensación y solo 10.000 campesinos obtuvieron parcelas. No se solucionaron los problemas del campo, y el clima social empeoró, pues tanto jornaleros como propietarios perdieron la fe en la República.
  • Reforma Militar: Abordada por Manuel Azaña. Los objetivos eran reducir el número de oficiales, garantizar la fidelidad al nuevo régimen y modernizar el ejército. Se buscaba reducir el excesivo protagonismo que había tenido el ejército y conseguir militares fieles a la República. Se aprobó la Ley de Retiro de la Oficialidad, que ofreció a muchos oficiales pasar a la reserva activa con la paga completa. Esta medida no causó malestar general, pero algunos consideraron que se favoreció a los oficiales que defendían a la República, e iniciaron una conspiración para derribarla. Otros decretos complementaron la reforma: derogación de la Ley de Fugas y la Ley de Jurisdicciones. Se redujo el número de capitanías, desaparecieron los tribunales de honor, etc. En agosto de 1932, el general Sanjurjo se pronunció en Sevilla y, al fracasar, fue detenido y encarcelado junto a sus compañeros (se instaló en Portugal, desde donde encabezaría la sublevación del 36). Se creó la Guardia de Asalto como cuerpo encargado del orden público, con el fin de sustituir al ejército en esta función.
  • Reforma Religiosa: La constitución fijaba la secularización de la sociedad. Se planteaba la separación Iglesia-Estado. Se suprimió la subvención a la iglesia, se estableció la libertad de cultos y se introdujo el matrimonio civil y el divorcio. La Ley de Congregaciones limitaba la posesión de bienes a la Iglesia y contemplaba la posibilidad de disolución de órdenes religiosas. El enfrentamiento con los jesuitas llevó al estado a su disolución y a la nacionalización de sus bienes. Estas medidas fueron consideradas una agresión al catolicismo y surgió un movimiento anticlerical, con la acción descontrolada de algunos radicales. Esto fue un problema para el gobierno, que no pudo controlar la situación, y fue motivo de enfrentamiento entre las derechas y las izquierdas.
  • Reforma Autonómica: Basada en el Pacto de San Sebastián. Fue un tema polémico, que enfrentaba a los defensores de la unidad de España (el ejército, la CEDA, la Falange, y algunos partidos obreros como el PSOE o el PC, partidarios de un gobierno central fuerte, en contra de los anarquistas) y los regionalistas catalanes y vascos. Ya en 1931, el presidente Macià había proclamado la República catalana, adelantándose a la aprobación de la Constitución y sin respetar los acuerdos pactados. En 1932, Cataluña obtenía su Estatuto de Autonomía. La autonomía del País Vasco fue más lenta por el enfrentamiento entre el gobierno provisional vasco (PNV) y la coalición de republicanos y socialistas en el gobierno central. Se elaboró el Estatuto de Estella siguiendo el mismo proceso que el anterior, pero no fue aprobado por las tres provincias vascas. Posteriormente se envió a las Cortes Generales, pero allí su aprobación se retrasó por la oposición de los socialistas. La llegada del bienio radical-cedista lo retrasó aún más, y se aprobó finalmente en 1936 por consenso entre nacionalistas, republicanos y socialistas.
  • Reforma Educativa: Llevada a cabo por Fernández de los Ríos. El objetivo era acabar con el retraso secular que sufría la educación en el país, acabar con el analfabetismo e implantar una enseñanza laica y liberal. Se crearon 10.000 escuelas, se contrataron 7.000 maestros de enseñanza primaria, se renovaron los programas educativos y se introdujo la educación mixta. Se buscó llevar la cultura a los pueblos mediante las Misiones Pedagógicas, con especial implicación de intelectuales, profesores y alumnos universitarios. El nuevo régimen contó desde sus comienzos con el apoyo de intelectuales como Ortega y Gasset, que había creado en marzo de 1931 la Agrupación al Servicio de la República. La República permitió a la mujer asumir un papel relevante.

La Oposición y la Conflictividad Social

Durante este escaso periodo de dos años, la República tuvo que afrontar una serie de conflictos sociales y políticos que le impidieron alcanzar sus objetivos. La oposición vino desde diferentes frentes:

  • El anarquismo y el obrerismo radical: El enfrentamiento con la FAI (anarquismo libertario) fue el más problemático. Sus métodos de lucha (huelga general, insurrección, ocupación de fincas, acción directa) fueron frecuentes en el campo andaluz y extremeño. La república reaccionó aprobando la Ley de Defensa de la República, que permitía suspender las garantías constitucionales. Sucesos como los de Casas Viejas (enero de 1933, en Casas Viejas, Cádiz, los campesinos se sublevaron y atacaron a la Guardia Civil, lo que justificó el envío de la Guardia de Asalto; cuando todo había acabado, un viejo anarquista se atrincheró en su casa con hijos, nietos y algunos vecinos, y se desencadenó una brutal represión: se incendió la casa y se ametralló a sus ocupantes, asesinando después en el pueblo a doce hombres) hicieron que se rompiera la coalición republicana: el PSOE rompió con Azaña.
  • La oposición política: Provino de la derecha monárquica antirrepublicana (alfonsinos, carlistas que formarían la Comunión Tradicionalista) y los fascistas que formarían Renovación Española. La oposición militar se agrupó en torno a la figura del General Sanjurjo, que aglutinó a todos los militares agraviados por las reformas de Azaña. Sanjurjo dio un golpe de estado, pero con escaso seguimiento en Madrid y Sevilla. Se abortó al saberse el día y la hora del golpe. Sanjurjo fue condenado a muerte, aunque se le conmutó la pena por cadena perpetua. La derecha católica tenía como objetivo conquistar el poder por la vía pacífica. En 1933, José María Gil Robles fundó la CEDA, que aglutinaba a todas las derechas regionales. Representaba a las masas católicas y defendía la religión, la familia, el orden y la propiedad. No se pronunciaba sobre la forma de gobierno, pero se convirtió en un partido de masas: pequeños propietarios, labradores, sectores de clases medias, profesionales urbanos, etc.
  • La crisis de la coalición gobernante: Fue resultado de un conjunto de problemas: el acoso de organizaciones empresariales y patronos contra las medidas de Largo Caballero; las huelgas en el campo y en la ciudad organizadas por la CNT; la postura del Partido Radical de Lerroux, que aglutinaba a otras fuerzas de la derecha y monárquicas; los enfrentamientos entre miembros del gobierno; las diferencias dentro del PSOE (una tendencia a colaborar y Largo Caballero a finalizar la colaboración); el desprestigio que significaron los sucesos de Casas Viejas, que se tradujo en un enfrentamiento entre los republicanos radicales de Lerroux y los socialistas; y el avance de la CEDA en las elecciones municipales. En septiembre de 1933, Alcalá Zamora disolvió las cortes y convocó elecciones para noviembre de 1933.

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