El feudo
El feudo estaba formado por el castillo, la extensión de tierra que lo rodeaba y una serie de construcciones: casas de los campesinos, iglesia, molino, hornos, herrería… En el feudo también se encontraban las tierras del señor: los pastos, donde se alimentaba el ganado, los bosques, destinados a sus cacerías y a la obtención de la leña y la tierra dedicada a los cultivos. (El castillo se concibe como una ciudad en miniatura. Dispone de edificios anexos como establos, herrería, almacenes, etc.)
La vivienda del señor
En el feudo la vida giraba en torno al castillo, lugar donde se refugiaba la población en caso de peligro. En él vivían el señor feudal, su familia y los caballeros armados que le habían jurado fidelidad. Los caballeros debían defender el feudo en caso de ataque, o llevar a cabo cualquier misión que el señor les encomendara.
La tierra
Se dividía en:
- La reserva. Constituía la parte de las tierras explotadas directamente por el señor. La trabajaban los siervos, es decir, campesinos que le debían obediencia y no podían abandonar el feudo. En determinadas épocas del año también trabajaban en ellas los campesinos libres.
- Los mansos. Eran parcelas de tierra que el señor cedía a los campesinos libres y en ellas situaban sus viviendas. A cambio, tenían la obligación de entregarle parte de la cosecha y realizar otras tareas para él.
La agricultura
En el feudo, las labores agrícolas eran la principal actividad de los campesinos. Allí se cultivaban distintos productos, dependiendo del clima y del tipo de suelo. Los cultivos más comunes eran los cereales y las legumbres.
Las técnicas agrícolas
La producción de los feudos era más bien escasa, ya que las técnicas agrícolas que se empleaban eran muy rudimentarias. Se seguía utilizando el arado romano de madera, que apenas removía la tierra. La mayoría de los instrumentos con los que se trabajaban las tierras de labor eran de mano, como la azada, la hoz y la guadaña. El excremento de ganado, utilizado como abono, resultaba insuficiente para renovar la fertilidad de la tierra. Por ello, se practicaba el barbecho, que consistía en dejar descansar la tierra cuando se agotaba y mantenerla sin cultivar durante un tiempo.
La ganadería
El ganado más abundante, según las zonas, eran los bueyes, que tiraban de carretas y arados, las ovejas, las cabras, los cerdos y las aves de corral. De ellos se obtenían alimentos y otros productos, como lana y cuero. Asimismo se favoreció la cría de caballos ya que eran indispensables en la guerra.
La sociedad feudal
La sociedad feudal se clasificó en estamentos o grupos cerrados que tenían funciones bien delimitadas: la nobleza se dedicaba sobre todo, a la guerra, el clero (estamento constituido por sacerdotes, frailes y monjes. Dentro del clero existían grandes diferencias económicas y sociales) se dedicaba a la oración y los campesinos al trabajo de la tierra. Ninguna persona podía cambiar de estamento, y por tanto de función social, salvo que se incorporara a la iglesia.
Los privilegiados
Estaba compuesto por la nobleza y el alto clero, cuyos miembros disfrutaban de una serie de privilegios, como no pagar impuestos y ser juzgados por unas leyes especiales. Los nobles, además, no estaban obligados a realizar ningún trabajo, y los que poseían feudos podían recaudar impuestos e impartir justicia entre sus campesinos.
Los no privilegiados
Integraban este grupo el resto de la sociedad: el bajo clero, los campesinos libres, los siervos, los artesanos, los soldados y los pequeños grupos de comerciantes; ninguno de ellos poseía privilegios.
La nobleza
Este estamento estaba formado por señores feudales y caballeros.
Los señores feudales
Llegaron a tener tanto poder que en sus feudos actuaban como reyes: cobraban multas e impuestos por el uso de los molinos y hornos, y por el derecho a cruzar sus puentes o atravesar su territorio. Impartían justicia e imponían castigos y sanciones. Organizaban sus propios ejércitos. Muchos señores feudales lucharon entre sí con el objetivo de ampliar sus territorios. Esta circunstancia favoreció que los feudos pasaran a ser hereditarios (se transmiten de padres a hijos).
Los caballeros
Eran guerreros que se ponían al servicio de un señor feudal para subsistir, ya que solo poseían sus armas y su caballo. Se convertían por tanto en vasallos y pasaban a formar parte de su séquito, es decir, acompañaban y seguían a su señor. Los caballeros cumplían una serie de obligaciones: protegían la propiedad de su señor, le auxiliaban en la guerra o luchaban contra otros feudos. Además debían reunir una serie de valores: valentía, lealtad, humildad, justicia, disposición de amparar a los indefensos, como los huérfanos y las damas, etc. Estos valores terminaron por convertirse en los ideales de la nobleza.