La Transformación Social y Económica Durante el Reinado de Isabel II: Desamortizaciones y el Surgimiento de la Sociedad de Clases

EL REINADO DE ISABEL II (1833-1868): LAS DESAMORTIZACIONES DE MENDIZÁBAL Y MADOZ. DE LA SOCIEDAD ESTAMENTAL A LA SOCIEDAD DE CLASES.

Se trata de expropiar la tierra a la Iglesia y a los concejos para ponerla a la venta. El primer decreto había sido de Godoy en 1798, centrado solamente en los bienes de algunas instituciones benéficas de la Iglesia. Durante la Guerra de Independencia también hubo algunos intentos, así como en el Trienio Liberal, pero fueron frustrados con el regreso del absolutismo. La guerra carlista de 1833 hizo aún más urgente el proceso desamortizador por el gran aumento de la deuda del Estado, pero también facilitó esta labor al Gobierno gracias al sentimiento anticlerical que se extendió por el país como consecuencia del apoyo de los frailes al carlismo. Los grandes objetivos de las desamortizaciones liberales fueron eliminar la deuda que tenía la Hacienda pública y lograr la formación de una clase media de propietarios que, por deber su riqueza al régimen liberal, le fueran fieles.

La Desamortización de Mendizabal y Madoz

La primera gran desamortización fue la de Mendizábal en 1836, que afectó sobre todo a los bienes del clero regular. Sin embargo terminó por extenderse también a los bienes del clero secular en manos de los obispados. Duró hasta 1845 pero no consiguió los resultados que se esperaban porque se aceptó el pago con títulos de deuda pública, cuyo valor en el mercado era bajo. En 1851, con los moderados en el poder, se firma un Concordato que entrega a la Iglesia el control de la enseñanza y la censura, a cambio de la aceptación de la pérdida de bienes eclesiásticos ya vendidos en las desamortizaciones. La segunda desamortización fue la de Madoz, en 1855; aunque puso a la venta más bienes de la Iglesia (rompiendo el Concordato de 1851) se centró en los bienes de propios y baldíos de los ayuntamientos; aunque se pudo amortizar más deuda pública, las tierras siguieron en manos de los grandes propietarios y la desaparición de las tierras concejiles perjudicó a los campesinos, para los que tradicionalmente habían sido una fuente de ingresos complementaria.

El Surgimiento de la Sociedad de Clases

La sociedad de este periodo está muy condicionada por la propiedad. Una vez desmontado el Antiguo Régimen, que se basaba en los privilegios y en la división estamental, asistimos a la construcción de la sociedad de clases, basada en la riqueza y la propiedad.

La Nobleza y la Alta Burguesía

La vieja nobleza perdió sus privilegios estamentales pero sus señoríos se convirtieron en propiedad privada, y las desamortizaciones les permitieron aumentar sus propiedades. Su principal negocio fue invertir para vivir de las rentas. Los generales y las jerarquías de la Iglesia impidieron cualquier democratización y mantuvieron a la elite en el poder. La alta burguesía, formada por terratenientes, banqueros, dueños de fábricas y profesionales de alto nivel, defendía el libre mercado, pero también el proteccionismo, y políticamente apoyaron a los grupos más conservadores. La acumulación de cargos en sus manos garantizaba la protección de sus intereses y fue aumentando su riqueza y su separación de los demás grupos sociales.

Las Clases Medias y Bajas

Fuera de la elite dirigente nos encontramos las clases medias: pequeños propietarios rurales, mandos intermedios del Ejército, funcionarios, profesionales liberales de menor nivel, pequeños comerciantes y propietarios de pequeños negocios. Sus ingresos estaban por encima de los de los campesinos y jornaleros, pero dependían de la bonanza económica para no pasar dificultades. Por debajo se encontraban campesinos, artesanos y trabajadores de servicios. La situación del campesinado, alrededor del 80% de la población española, se fue deteriorando. Subieron las rentas y la desaparición de los bienes concejiles con la Desamortización de Madoz asestó el golpe definitivo a sus economías. Los artesanos vieron un rápido deterioro en su situación tras la disolución de los gremios, y poco a poco fueron trasladándose al sector industrial y vieron muy reducido su peso social. El crecimiento de las ciudades hizo aumentar el número de los trabajadores del sector servicios. También creció el servicio doméstico. En general estos grupos adoptaron la ideología conservadora de las clases dominantes, rechazando las ideas progresistas.

El Papel de la Mujer

En cuanto al papel de la mujer, no varió sustancialmente: su incorporación al mercado laboral fue escasa, manteniéndose dentro de los trabajos poco cualificados o del servicio doméstico, mientras las mujeres de las clases altas se dedicaban a la administración de la casa y a la participación en determinadas actividades sociales reservadas a ellas.

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