El desarrollo económico de la década de los 60
El mayor éxito del régimen franquista fue el desarrollismo económico de la década de los 60. Paradójicamente, este éxito también supuso la principal causa de su caída, ya que el régimen perdió sus principales bases sociales al impulsar un cambio social que no supo gestionar politicamente. Así, optaron por la democracia las nuevas clases medias deseosas de libertad y las clases sociales altas interesadas en el ingreso de España en la CEE.
Evolución política de la Transición
2.1 El Gobierno de Carlos Arias Navarro (1975-1976)
Tras la muerte del general Franco el 20 de noviembre de 1975, dos días después las Cortes proclaman a Juan Carlos I rey de España.
Las diferentes opciones políticas acogieron el cambio presentando tres alternativas:
- Inmovilismo: mantener el régimen sin Franco.
- Aperturismo: reformar el régimen desde sus propias instituciones para responder a la nueva situación social.
- Rupturismo: la oposición antifranquista se inclinaba por romper totalmente con el pasado dictatorial y construir un nuevo sistema democrático.
Debido a la fuerza de los sectores inmovilistas del régimen, el rey debe nombrar presidente del gobierno a Carlos Arias Navarro. Este opta por una política reformista muy tibia, compensado por el reformismo más profundo defendido por Torcuato Fernández Miranda, que es nombrado presidente de las Cortes, convirtiéndose en la mano derecha del rey durante el proceso de transición.
Carlos Arias Navarro, en su programa “Espíritu del 12 de febrero”, se limita a otorgar algunas libertades, pero sin permitir el pluralismo político, por lo que queda clara su voluntad inmovilista.
Ante la ausencia de reformas, la oposición se une en la llamada “Platajunta”, producto de la unificación de la Plataforma de Convergencia Democrática organizada por el PSOE y de la Junta Democrática organizada por el PCE.
Aumenta la conflictividad social y política con manifestaciones, huelgas y campañas a favor de las libertades democráticas y la amnistía para los presos políticos. A estos problemas se unen los atentados de ETA y los sucesos de Montejurra con enfrentamientos entre grupos carlistas.
Ante la falta de apoyo y forzado por el rey, el presidente Carlos Arias Navarro dimite el 1 de julio de 1976.
2.2 El primer gobierno de Adolfo Suárez (1976-1979)
El rey elige para suceder a Arias Navarro al joven político Adolfo Suárez, antiguo secretario general del Movimiento Nacional, que opta por las reformas.
Su objetivo, apoyado por el monarca, era conseguir una reforma progresiva del sistema político a partir de la evolución de las leyes y de las instituciones franquistas, para lo cual necesitaba anular la resistencia de los inmovilistas y atraerse a la oposición rupturista hacia posiciones reformistas.
Tras conceder una amplia amnistía y mantener contactos con la oposición democrática, en noviembre de 1976 consigue que las antiguas Cortes franquistas aprueben la Ley para la Reforma Política: Cortes bicamerales elegidas por sufragio universal y legalización de partidos políticos y sindicatos obreros.
El nuevo gobierno dirigido por Suárez se enfrentó a tres tareas principales mediante una política de consenso:
- La crisis económica de 1973 mediante los Pactos de la Moncloa de 25 de octubre de 1977.
- La aprobación de la Constitución del nuevo régimen político: Constitución aprobada por referéndum el 6 de diciembre de 1978.
- La solución del problema regional a través de la progresiva constitución del Estado autonómico con los estatutos de autonomía de Cataluña y País Vasco de diciembre de 1979.
Para salir de la crisis económica, el gobierno llegó a dos acuerdos con los partidos políticos que se conocerían como Pactos de la Moncloa. Su contenido incluye dos grupos de acuerdos: políticos y económicos.
Aparte de la crisis económica de 1973, los principales problemas fueron dos:
- Las amenazas de la extrema derecha con atentados terroristas y el intento de golpe de estado en 1978 en la llamada “Operación Galaxia”.
- El terrorismo de los grupos de extrema izquierda: GRAPO y, sobre todo ETA, que perpetra casi 100 asesinatos en 1980.
3. La Constitución de 1978
La Constitución se basa en el consenso y fue elaborada por una Ponencia Constitucional integrada por miembros de los principales partidos políticos, con la excepción del PNV: Manuel Fraga (AP), Miguel Roca (Minoría Catalana), Gregorio Peces-Barba (PSOE), Jordi Solé Tura (PCE), Gabriel Cisneros, Pedro Pérez Llorca y Miguel Herrero de Miñón (UCD).
El sistema político de la Constitución de 1978 es el siguiente:
- Monarquía parlamentaria en la que la Corona tiene funciones representativas.
- Las Cortes Generales actúan como representante de la soberanía nacional por lo que ostenta el poder legislativo, y nombra al presidente del gobierno (poder ejecutivo) y a las máximas instancias judiciales (poder judicial).
- Las Cortes Generales son bicamerales: Congreso de los Diputados como cámara de representación popular y Senado como cámara de representación territorial.
- Se establece la independencia del poder judicial, cuyo máximo órgano es el Tribunal Supremo.
- Una organización descentralizada del Estado basada en los municipios, las provincias y derechos a la autonomía de las regiones.
En cuanto a los derechos constitucionales, España se define como un Estado Social y Democrático de Derecho en el que se respetarían desde el Estado los siguientes derechos:
- El reconocimiento de una amplia declaración de derechos fundamentales y libertades civiles y políticas.
- Una justa distribución de la riqueza.
- Participar libremente en la vida política a través del pluralismo político.
- La libertad de mercado.
- Estado aconfesional con libertad religiosa.