La Transición Española: Del Franquismo a la Democracia

El Mensaje de la Corona

El día 22 de noviembre de 1975, dos días después de la muerte del General Franco, tuvo lugar la coronación de Juan Carlos de Borbón y Borbón como Rey de España. El monarca juró lealtad a los Principios del Movimiento Nacional y a sus Leyes Fundamentales, y por ello a priori parecía que aceptaba la continuidad del Régimen Franquista. Pero, en ese mismo acto, Juan Carlos I pronunció un discurso, conocido como el **Mensaje de la Corona**, que abría la puerta a un sistema político basado en un **efectivo consenso de concordia nacional**. Después de cuarenta años de dictadura, se hablaba implícitamente de reconciliación.

En este mensaje, la palabra más repetida es «**todos**», especialmente cuando afirma que «el Rey quiere serlo de todos los españoles». Esta insistencia en la unidad y la voluntad colectiva hacía creer que la nueva monarquía sería parlamentaria, con la legalización de todas las ideologías y la apertura de un proceso constituyente. El propio monarca se refería a un futuro «**sistema constitucional**».

La Esperanza de un Cambio

Entre líneas, se podía intuir que la «nueva etapa» traería un régimen parlamentario y constitucional, fundamentado en un **consenso**. Y así fue, la búsqueda del **consenso** caracterizó la Transición: los partidos buscaron fórmulas aceptadas por la mayoría, haciendo posible la implantación de un régimen de libertades.

El Papel de las Fuerzas Armadas y la Iglesia

El discurso también aludía a las **Fuerzas Armadas** y la **Iglesia**, poderes fácticos del Franquismo. A las Fuerzas Armadas, Juan Carlos I exigió **disciplina**, indicando su subordinación al poder civil. En cuanto a la Iglesia, aunque la monarquía se proclamaba católica, la Iglesia española ya no era monolítica en su apoyo al franquismo, mostrando una parte de ella una postura crítica.

Descentralización y Derechos

El mensaje admitía «dentro de la Unidad del Reino y del Estado las **peculiaridades regionales**», apuntando a la descentralización y los autogobiernos. Además, el compromiso con los **Derechos Sociales y Económicos** y las **libertades** acercaba al Rey a los modelos democráticos europeos.

El Camino hacia la Democracia

Con la Transición, España se transformó en una **Monarquía Parlamentaria** a través de reformas. Adolfo Suárez, nombrado presidente del Gobierno, impulsó la **Ley para la Reforma Política**, aprobada en octubre de 1976. Esta ley implicaba la sustitución de las Cortes Franquistas por otras elegidas por sufragio universal, abriendo el paso a la legalización de los partidos políticos (aunque excluyendo al PCE inicialmente). El pueblo español ratificó la reforma en un referéndum el 15 de diciembre de 1976.

El Referéndum y las Elecciones

Tras el referéndum, se prepararon las elecciones generales a Cortes Constituyentes, convocadas para junio de 1977. Previamente, se decretó la amnistía para los presos políticos y se legalizó el derecho de huelga. La legalización del **Partido Comunista** en la Semana Santa de 1977, aunque generó rechazo en la ultraderecha y el ejército, fue crucial para la consolidación democrática. Las Cortes elaboraron el proyecto de Constitución, que fue sometido a referéndum el 6 de diciembre de 1978, obteniendo un amplio respaldo popular (excepto en Euskadi).

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