La Transición Española: Del Franquismo a la Democracia y la Integración en Europa

La Transición Española: Del Franquismo a la Democracia

La Transición democrática es el proceso de restablecimiento de las instituciones democráticas en España entre 1975 y 1982. Comenzó con la muerte de Franco, proclamándose Juan Carlos I como jefe del Estado, y termina con la victoria electoral del PSOE en 1982.

Tras el juramento de Juan Carlos de Borbón como rey el 22 de noviembre de 1975, el presidente Carlos Arias Navarro fue confirmado en su cargo. El enfrentamiento personal entre Arias Navarro y el rey provocó el fracaso del gobierno. En los meses siguientes se sucedieron importantes problemas de orden público, oleadas huelguistas y atentados de ETA y GRAPO. Arias Navarro dimitió en julio de 1976.

El Gobierno de Adolfo Suárez (1976-1981)

El rey eligió a Adolfo Suárez para formar gobierno. Esta primera etapa se caracteriza por:

  • El asentamiento de las circunstancias que fueron decisivas para la restauración de la democracia en España.
  • La aprobación mediante referéndum de la Ley para la Reforma Política, en la que se establecieron las Cortes bicamerales formadas por el Congreso y el Senado, donde el gobierno queda facultado para convocar elecciones.
  • El surgimiento de numerosos partidos políticos, agrupados en cuatro grandes formaciones:
  • Alianza Popular (AP), formada por los derechistas y encabezada por Manuel Fraga.
  • La Unión de Centro Democrático (UCD), formada por Adolfo Suárez.
  • El Partido Socialista Obrero Español (PSOE), dirigido por Felipe González.
  • El Partido Comunista de España (PCE), dirigido por Santiago Carrillo.

En el País Vasco existía el PNV (Partido Nacionalista Vasco), de derecha tradicionalista, y en Cataluña, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), de izquierda.

En junio de 1977 se celebran las primeras elecciones democráticas. La formación ganadora fue la UCD de Adolfo Suárez. La UCD intentó gobernar en solitario, estableciendo pactos con otras fuerzas políticas. Durante esta etapa se intentaron conseguir tres objetivos:

  1. Elaborar una nueva Constitución.
  2. Construir el Estado de las Autonomías.
  3. Gestionar una política económica de urgencia para hacer frente a los efectos de la crisis energética mundial.

La Constitución de 1978

La Constitución fue aprobada en referéndum el 6 de diciembre y promulgada el 29 de diciembre de 1978. Los principios de la Constitución son:

  • En ella se declara que España es un Estado social y democrático de derecho.
  • Su forma de gobierno es una monarquía parlamentaria, donde el rey es el jefe del Estado y mando supremo de las Fuerzas Armadas.
  • Se declara la indisoluble unidad de la nación, así como la aconfesionalidad del Estado.
  • Garantiza una serie de derechos fundamentales básicos.
  • Se establece la división de poderes: el Legislativo, dado al Congreso y el Senado; el Ejecutivo, al gobierno; y el Judicial, a los tribunales de justicia.

El Estado se organiza territorialmente en municipios, en provincias y en las comunidades autónomas que se constituyan.

Integración de España en Europa

Tres intentos de adhesión a Europa se venían produciendo desde el franquismo, pero la carencia de un sistema político democrático lo impidió. Con la transición a la democracia y la UCD en el gobierno, la candidatura española fue aceptada.

Integración en la OTAN y la CEE

Así pues, uno de los primeros objetivos fue la integración en la OTAN, que se llevó a cabo durante el gobierno de Calvo Sotelo tras aprobarla en el Parlamento en 1981, aunque acarreó la oposición de los partidos de izquierda. No obstante, el PSOE cambiaría su postura durante su primera legislatura y, tras convocar un referéndum, pasó a pedir el ‘sí’ a la permanencia.

En el ámbito económico, la llegada de la democracia renovó las posibilidades de integración en la Comunidad Económica Europea (CEE). De forma que, en 1977, Suárez solicitó oficialmente la adhesión y las negociaciones se iniciaron en 1979. La integración de España en la CEE también se convirtió en uno de los principales objetivos del primer gobierno socialista de Felipe González.

En 1985 se firmó en Madrid el Tratado de Adhesión, que entró en vigor a partir del 1 de enero de 1986. El proceso de adaptación de los sectores productivos a las condiciones necesarias para el ingreso en la CEE comportó una severa reconversión industrial que permitió su saneamiento financiero y su adaptación tecnológica. En contrapartida, provocó el cierre de empresas y el aumento del paro, hechos que desencadenaron importantes conflictos laborales, sobre todo en la siderurgia y en la construcción naval. En la agricultura se impusieron medidas cautelares ante el temor del resto de países al impacto del sector agrícola español, especialmente la producción de frutas y verduras. Finalmente, en junio de 1985 se aprobó el Mercado Único, que establece la libre circulación de mercancías, servicios, trabajadores y capitales entre los países miembros.

Consecuencias de la Integración

En consecuencia, la integración en la CEE consolidó el sistema democrático, reforzó el Estado de Derecho español y contribuyó a reducir la actividad terrorista. Además, reforzó las relaciones diplomáticas con el resto de países. En 1991, España se sumó a los Acuerdos Schengen, lo que supuso la eliminación progresiva de los controles en las fronteras entre los Estados miembros.

Para la expansión económica española fue decisiva la aportación de los recursos comunitarios llegados por la vía de los Fondos Estructurales y de los Fondos de Cohesión, por los que se financiaron las infraestructuras que permitieron la modernización del país. El PIB per cápita se duplicó entre 1985 y 2013. El desarrollo de la agricultura se benefició de la incorporación a Europa. La economía española tuvo que adaptarse a un mercado más competitivo. Además, el crecimiento económico favoreció la consolidación del Estado de bienestar y la universalización de servicios básicos como la sanidad y la educación.

Hacia la Unión Económica y Monetaria

En 1992 se firmó el Tratado de Maastricht, por el que la CEE pasó a denominarse Unión Europea (UE) y por el que se establecen una serie de reformas de ámbito económico y social para profundizar en la unión económica. En Maastricht se estipularon los criterios de convergencia económica que darían derecho a los Estados a formar parte de la Unión Económica y Monetaria (UEM). Entre esas condiciones encontramos: no superar un déficit público del 3% del PIB y no superar una deuda pública del 60% del PIB.

Cuando se aprobó el primer programa de convergencia, los objetivos parecían factibles, pero el escenario económico cambió radicalmente con la crisis de 1992, cuando el ‘boom’ económico de los 80 terminó de forma abrupta. En España llegó con cierto retraso, pero desde 1993 se instaló con fuerza. Las elecciones de marzo de 1996 dieron la victoria al Partido Popular (PP), cuyo programa económico favoreció la recuperación y permitió en 1999 cumplir los objetivos del Plan de Convergencia, siendo uno de los 11 países fundadores de la UEM. En consecuencia, los países perdían sus antiguas monedas a favor de la nueva moneda europea. El 1 de enero de 2002 se pusieron en circulación las monedas y billetes de euro y comenzó el periodo de retirada de las antiguas monedas.

La Dictadura Franquista (Contexto Histórico)

Ideología del Régimen

El Estado se construyó en torno a la dictadura de Franco, que concentraba prácticamente todo el poder y la soberanía nacional en su persona. Era el jefe de Estado, del gobierno, de los ejércitos y del Movimiento Nacional. El franquismo comprende una dictadura militar y eclesiástica de tipo tradicional, donde el ejército representó el papel más destacado en la nueva estructura política.

El régimen prohibió los partidos políticos, a excepción de la Falange, pero sí colaboraron algunos grupos ideológicos, los cuales constituyen las ‘familias políticas‘, compuestas por:

  • El Ejército, principal garante de la permanencia del régimen.
  • La Iglesia.
  • El Movimiento Nacional (FET de las JONS), que unificaba falangistas, carlistas y funcionarios.

Otros grupos que colaboraron con el régimen fueron los monárquicos, una minoría elitista formada por seguidores de Don Juan de Borbón, y los tecnócratas del Opus Dei, conservadores que buscaban la eficacia de la gestión.

Los apoyos sociales de la dictadura provenían de la oligarquía terrateniente, la burguesía industrial y financiera, y numerosos campesinos y sectores de clases medias urbanas.

Evolución Política

El franquismo careció de texto constitucional, de forma que se rigió por siete Leyes Fundamentales. Las primeras de ellas fueron el Fuero del Trabajo y la Ley de Cortes.

Etapas del Régimen

  • Primera etapa (Hegemonía nacional-sindicalista): Se caracteriza por la represión y el exilio. Los ‘gobiernos azules’, con Serrano Súñer, diseñaron un Estado fascista. Los falangistas emplearon el SEU (Sindicato Español Universitario) para encuadrar la sociedad.
  • Segunda etapa: Ampliación de Leyes Fundamentales, con el Fuero de los Españoles (recogía derechos sin garantías) y la Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado (declaraba España como reino y a Franco como dictador vitalicio).
  • Tercera etapa (Gobierno de los tecnócratas): Se inició una amplia modernización de la Administración y Economía para lograr la expansión económica sin cambios políticos. Se aplicó el Plan de Estabilización de 1959, que supuso la salida de la autarquía y la liberación de la economía con el inicio del desarrollismo.

Relaciones Internacionales y Fin del Aislamiento

España pasó del aislamiento al reconocimiento exterior. Durante la Segunda Guerra Mundial, Franco mantuvo neutralidad y no beligerancia, pero mostró apoyo a las potencias fascistas. Esto sumergió a España en aislamiento internacional tras la derrota del Eje.

Sin embargo, en el contexto de la Guerra Fría, España pasó a ser una plataforma anticomunista. En 1953 se firmó el Concordato con la Santa Sede y el acuerdo Hispano-Americano con EEUU, y en 1955 España entró en la ONU.

El reconocimiento internacional y el fin del aislamiento, que estimularon la modernización del régimen, produjeron desde los 60 un acelerado cambio social. El éxodo rural llevó a cinco millones de españoles desde las áreas rurales a las capitales provinciales y áreas industriales.

Etapa Final del Franquismo (desde 1969)

Las tensiones más relevantes se dieron entre los aperturistas, partidarios de reformas, y los inmovilistas. En junio de 1973, Franco nombra a Carrero Blanco presidente del Gobierno, pensando que garantizaría el régimen. El 20 de diciembre de 1973, Carrero Blanco es asesinado por ETA. Franco nombra a Carlos Arias Navarro, cuyo gobierno, aunque anunciado como aperturista, tomó un rumbo inmovilista, limitando el Estatuto de Derecho de Asociación Política al marco del Movimiento Nacional.

Sociedad y Economía

Primeros Años: La Autarquía

Los primeros años se caracterizaron por la autarquía, búsqueda de autosuficiencia económica con gran intervención estatal. Se nacionalizaron sociedades como Renfe y se creó el INI. Los cultivadores se vieron obligados a entregar productos al Servicio Nacional del Trigo y Comisaría Nacional de Abastecimientos y Transportes, que repartían por racionamiento. La autarquía generó extrema carestía y el recurso al mercado negro (‘estraperlo’).

La Era de los Tecnócratas: Estabilización y Desarrollismo

Los tecnócratas del Opus Dei, desde 1957, propusieron modernizar el país sin cambiar el régimen. En 1959 se puso en marcha el Plan de Estabilización, inicio del desarrollismo. Se suprimió el sistema de cambios múltiples, se devaluó la peseta, se congelaron salarios y sueldos, aumentó la presión fiscal y se establecieron sistemas flexibles de Relaciones Laborales.

A partir de entonces, España recibió un considerable volumen de divisas, generadas por tres vías:

  1. El turismo.
  2. Las remesas de emigrantes.
  3. Las inversiones extranjeras.

Cambio Social

Se produjo un fuerte crecimiento de la población (‘baby boom’). Hubo necesidad de mejorar servicios públicos, apareciendo la enseñanza pública. Se extendió el consumismo. Se originó una nueva estructura social, con reducción de jornaleros agrarios y aumento de obreros urbanos y clases medias. Los españoles comenzaron a desear más libertades políticas.

La Oposición al Franquismo

La oposición estuvo presente a lo largo de la dictadura, aumentando con los años. Inicialmente, partidos y sindicatos del Frente Popular quedaron desarticulados en la clandestinidad. El gobierno republicano en el exilio buscó apoyo internacional. La derrota en la Guerra Civil, la represión y las penurias generaron pasividad y miedo.

A finales de los 50, la oposición en el exilio perdió influencia y ganó relevancia la oposición del interior. El PCE de Santiago Carrillo fue el más implicado en la movilización obrera y estudiantil, llevando el peso de la oposición política hasta la Transición.

En el País Vasco, la presencia de ETA fue una macro dinámica terrorista, junto a otros grupos como el FRAP.

A partir de 1960, con el aumento de trabajadores industriales, asalariados y estudiantes, se mantuvieron tres frentes:

  • La movilización laboral, encabezada por Comisiones Obreras (CCOO).
  • La movilización estudiantil, que exigía libertades y democracia.
  • La movilización urbana, impulsada por grupos cristianos y militantes de izquierda.

La Iglesia comenzó a separarse paulatinamente del régimen tras el Concilio Vaticano Segundo.

Las respuestas antifranquistas defendían la ruptura democrática y se articularon en dos organismos unitarios: la Junta Democrática, nucleada en torno al PCE, y la Plataforma de Convergencia Democrática, en la que tuvo especial importancia el PSOE, liderado por Felipe González y Alfonso Guerra.

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