La Transición Española: De la Dictadura a la Democracia
La Transición española es, desde una perspectiva política, el proceso histórico que desmanteló la dictadura franquista en España y culminó con el establecimiento de un régimen democrático. Este periodo se inició tras la muerte del dictador Francisco Franco el 20 de noviembre de 1975 y sentó las bases de la democracia actual, consolidada con la Constitución de 1978.
Contexto Inicial: Tensión y Expectativas
La situación del país tras la muerte de Franco era extremadamente delicada. Por un lado, existía una fuerte demanda social y política por instaurar una democracia plena. Por otro lado, los sectores más inmovilistas del franquismo, conocidos como “el búnker”, mantenían un control considerable sobre las estructuras del Estado y se resistían al cambio.
En medio de estas tensiones se encontraba la figura del rey Juan Carlos I, sucesor de Franco a título de rey, quien desempeñaría un papel crucial en el proceso.
La Oposición Democrática y la Presión por el Cambio
En marzo de 1976, las principales fuerzas políticas democráticas se unieron formando la Coordinación Democrática, popularmente conocida como la «Platajunta«. Esta alianza aglutinaba a la Junta Democrática (impulsada principalmente por el Partido Comunista de España, PCE) y la Plataforma de Convergencia Democrática (vinculada al Partido Socialista Obrero Español, PSOE). Las demandas de la Platajunta eran claras:
- Ruptura democrática con el régimen franquista.
- Convocatoria de elecciones libres.
- Legalización de todos los partidos políticos y sindicatos.
- Amnistía general para los presos políticos.
- Restablecimiento de las libertades fundamentales.
Para alcanzar estos objetivos, la oposición recurrió a la movilización social y la presión política.
El Gobierno de Adolfo Suárez y la Reforma Política
Ante la creciente presión y la incapacidad del gobierno presidido por Carlos Arias Navarro para liderar el cambio, el rey forzó su dimisión en julio de 1976. Juan Carlos I nombró entonces a Adolfo Suárez como nuevo presidente del Gobierno, una figura procedente del propio régimen franquista y antiguo miembro del Movimiento Nacional. Esta decisión fue inicialmente recibida con escepticismo y desconfianza por la oposición democrática, que aún operaba en la clandestinidad y exigía la disolución inmediata de las instituciones franquistas.
Suárez, asesorado por Torcuato Fernández-Miranda (presidente de las Cortes franquistas y del Consejo del Reino), emprendió un audaz programa de reformas con el objetivo de transformar el sistema desde dentro. Sus planes incluían:
- Una amnistía para los delitos de intencionalidad política.
- Una reforma profunda del marco legal.
- La convocatoria de elecciones generales libres en menos de un año.
La Ley para la Reforma Política: «De la ley a la ley»
El primer gran hito de la estrategia de Suárez fue la presentación, en septiembre de 1976, de la Ley para la Reforma Política, redactada por Fernández-Miranda. Esta ley fue un instrumento jurídico clave que permitió transitar de la legalidad franquista a un sistema democrático utilizando los propios mecanismos legales del régimen, en un proceso conocido como «de la ley a la ley».
La ley derogaba implícitamente las Leyes Fundamentales del franquismo, reconocía los derechos fundamentales de la persona como inviolables, atribuía la potestad legislativa a la representación popular y establecía un sistema electoral democrático. El principal desafío era lograr su aprobación por las Cortes franquistas, que con ello firmaban su propia disolución. Sorprendentemente, la ley fue aprobada por las Cortes en noviembre de 1976 y ratificada masivamente en referéndum popular el 15 de diciembre de 1976, con un 81% de votos afirmativos.
Avances hacia la Democracia Plena
Paralelamente, Adolfo Suárez mantuvo discretos contactos con los líderes de la oposición, logrando gradualmente que aceptaran la vía reformista en lugar de la ruptura total. El gobierno de Suárez tomó decisiones cruciales para normalizar la vida política:
- Legalización del Partido Comunista de España (PCE): En abril de 1977, Sábado Santo, se legalizó el PCE, proscrito desde la Guerra Civil. A cambio, el partido aceptó la monarquía como forma de Estado y la bandera nacional, un gesto que buscaba calmar a los sectores más conservadores, especialmente dentro del Ejército, aunque provocó la dimisión de algunos altos mandos militares.
- Amnistía Política: Se aprobó una amplia amnistía que permitió la excarcelación de los presos políticos encarcelados durante la dictadura por sus ideas o actividades políticas.
Las Primeras Elecciones Democráticas (1977)
Estas medidas allanaron el camino para la celebración de las primeras elecciones democráticas en España desde la Segunda República, que tuvieron lugar el 15 de junio de 1977. Los principales partidos que concurrieron fueron:
- UCD (Unión de Centro Democrático): La coalición de centro liderada por Adolfo Suárez.
- PSOE (Partido Socialista Obrero Español): Liderado por Felipe González.
- PCE (Partido Comunista de España): Con Santiago Carrillo al frente.
- AP (Alianza Popular): Partido conservador formado por antiguos dirigentes franquistas, liderado por Manuel Fraga Iribarne.
- Diversos partidos nacionalistas y regionalistas.
La UCD resultó ser la fuerza más votada, obteniendo 166 escaños, seguida por el PSOE con 118. Adolfo Suárez formó así el primer gobierno democrático de España tras la dictadura.
La Crisis Económica y los Pactos de la Moncloa
El nuevo gobierno democrático tuvo que enfrentarse de inmediato a una grave crisis económica, derivada de la crisis del petróleo de 1973. Esta crisis se manifestaba en altos niveles de desempleo, una inflación galopante, cierres de empresas, caída de salarios y una creciente conflictividad social. La situación económica amenazaba con desestabilizar el incipiente proceso democrático, generando preocupación entre los empresarios, que respondían con desinversión y despidos.
Para afrontar esta compleja situación y, al mismo tiempo, avanzar en la elaboración de una nueva Constitución, el gobierno de Suárez promovió un gran acuerdo nacional. En octubre de 1977 se firmaron los Pactos de la Moncloa, un conjunto de acuerdos suscritos por el Gobierno, los principales partidos políticos con representación parlamentaria, las asociaciones empresariales y los sindicatos.
Objetivos y Medidas de los Pactos
Los principales objetivos de los Pactos de la Moncloa fueron:
- Saneamiento y reforma de la economía: Se buscaba controlar la inflación (estableciendo límites al crecimiento salarial vinculados a la inflación prevista), implementar una reforma fiscal progresiva (mejorando los impuestos sobre la renta, patrimonio y sociedades), reformar la Seguridad Social y racionalizar el sector público empresarial.
- Actuación jurídica y política: Se acordó garantizar y desarrollar las libertades democráticas (expresión, reunión, asociación), reformar el Código Penal y el Código de Justicia Militar para adecuarlos a los principios democráticos, y avanzar en la descentralización del Estado.
- Estabilización del proceso democrático: Fomentar un clima de consenso y diálogo social para evitar la confrontación y consolidar la transición pacífica.
Una medida concreta clave fue la moderación salarial, ligando los aumentos a la inflación prevista, lo que contribuyó a reducir la conflictividad laboral. La reforma fiscal permitió que, ya en 1981, la recaudación por impuestos directos superara a la de los indirectos. En el ámbito político, se sentaron las bases para una vida pública democrática, respetuosa de los derechos y libertades, principios que quedarían plasmados en la Constitución de 1978.
Legado de Consenso
Los Pactos de la Moncloa representaron un momento fundamental en la consolidación de la democracia española. Demostraron la capacidad de las diferentes fuerzas políticas y sociales para alcanzar acuerdos cruciales en un momento de gran dificultad económica y política. El consenso y el diálogo fueron las herramientas que permitieron regular derechos fundamentales, reformar la legislación y encauzar el proceso constituyente, asegurando una transición pacífica hacia una democracia plena.