Las Asociaciones Internacionales de Trabajadores (A.I.T.)
La Primera Internacional (1864-1876)
El movimiento obrero reconoció la necesidad de una unión supranacional para fortalecer su poder. En 1864, se fundó la Primera Internacional (A.I.T.) en Londres, con una fuerte representación de obreros franceses y alemanes. También participaron algunos italianos, como Mazzini.
La A.I.T. pronto atrajo a anarquistas, pero no a sindicalistas británicos, que mantuvieron su enfoque en el sindicalismo.
Las decisiones de la A.I.T. se tomaron en congresos anuales sucesivos, donde surgieron discrepancias entre los líderes:
- Marx y Lasalle (ambos alemanes): por la colaboración de Lasalle con el gobierno de Bismarck.
- Marx y Proudhon: por el planteamiento político y revolucionario. Se rechazó un dictamen sobre los polacos por considerarlo fuera del ámbito obrero.
- Marx y Bakunin: Bakunin abogaba por la descentralización del poder de la A.I.T., mientras que Marx quería que el control recayera en un Consejo General (controlado por sus partidarios).
Varios factores contribuyeron al fracaso de la Primera Internacional:
- La actitud de los obreros ante la guerra: La A.I.T. se opuso a las guerras dinásticas o de preponderancia, pero no pudo evitar la participación de obreros franceses y alemanes en la guerra franco-prusiana de 1870.
- La Comuna de París de 1871: Tras la derrota francesa, se produjo un movimiento revolucionario en París, en el que participaron algunos líderes de la A.I.T. La represión del ejército francés contra los comuneros desacreditó al movimiento obrero.
- La expulsión de los anarquistas en el Congreso de La Haya (1872): Bakunin creó una Alianza Antiautoritaria para oponerse a la A.I.T. controlada por Marx.
En 1876, la sede de la A.I.T. se trasladó a Nueva York y se disolvió en el Congreso de Filadelfia en 1877.
La Segunda Internacional (1889-1914)
Entre 1875 y 1888, surgieron partidos socialistas en varios países europeos, como el SPD (alemán), el PSOE (español) y el PSF (francés).
En 1889, se fundó la Segunda Internacional, que solo admitía delegados de partidos socialistas. Su principal período de vigencia fue entre 1889 y 1914, aunque todavía existe en la actualidad.
Ideológicamente, la Segunda Internacional era más homogénea, con solo socialistas. Adoptó símbolos clave del movimiento obrero, como el himno y la fiesta del Primero de Mayo.
La Segunda Internacional enfrentó varios desafíos:
- Anarquistas: Se les prohibió el acceso por su condición de apolíticos.
- Colaboración con la izquierda radical francesa.
- Sindicatos: Los partidos políticos fomentaron la creación de sindicatos de clase para defender los problemas laborales. Se creó una Internacional Sindical.
- Colonialismo: Dividió a los socialistas entre quienes criticaban el expansionismo colonialista y quienes veían beneficios económicos para los trabajadores europeos.
- Guerra: La Segunda Internacional abogó por el boicot a las guerras, pero fracasó en 1914 cuando los gobiernos apelaron a la»unión sagrada de los pueblos y las arma».
La Primera Guerra Mundial supuso un gran fracaso para el movimiento obrero. Después de la guerra, la Segunda Internacional continuó, pero con menos fuerza. La Revolución Soviética de 1917 llevó a la creación de la Tercera Internacional (Internacional Comunista), que dividió aún más al movimiento obrero.